Desde que te conocí amor

19. Disculpas aceptadas

Iliana Miller.

Sigo enojada con Matt por no decirme que tenía parte de la carta y por no hacer su trabajo como guías. Ahora no vamos a poder conocer la ciudad. Ni si quiera dejan que salgamos. No entiendo a esos chicos.

Martes por la mañana y no hemos salido.

Los tres estábamos tomando nuestro desayuno, tranquilos hasta que hablé.

-¿Y si hoy salimos?

-No Ily. Mejor los esperamos a los chicos.- me dice Nadia como si ya estuviera harta de siempre escuchar lo mismo.

-Tiene razón Nadia, mejor los esperamos.- Damon habló. Estaba de su lado.

-Agh- rodé los ojos. -Amargados.

De pronto alguien llama a la puerta del departamento.

-Los invocamos.- dijo Damon en voz baja.

Sonreí al verlos parados en nuestra puerta. Pero también tengo ganas de pegarle una cachetada a Matt, por todo lo que ha hecho.

-Pasen.- les dice Nadia.

-¿Nos extrañaron?- dice el pesado de Dave

-No.- me crucé de brazos y rodé los ojos.

Parezco niña chiquita haciendo berrinches.

-Disculpen a Ily... me imagino que ya saben el por qué.

-Sí- dice Matt algo tímido. -Lo siento Il.

¿Qué? Solo regresa como si nada y dice lo siento. No soy así de fácil, aunque tenerlo devuelta cerca hace que mis latidos se aceleren.

-¿Il podemos hablar?

Sigo sin decirle nada, así que él se acerca a mí y me agarra del brazo. Lo quité inmediatamente, no puede ser posible.

-Il por favor. Déjame hablar.

-No Matthew. Ya basta. Yo no quiero hablar, mejor dicho, no hay nada de qué hablar.

-Sí que lo hay. Es importante... ustedes están en... peligro.

¿Qué? ¿En peligro?

-No me interesa.

-Le diste una oportunidad a tu ex y a mi no. Sorprendente Il.- se acomoda el cabello hacia tras.

Bien está enojado, pero no tiene derecho a enojarse.

-No hables así. Además, Charles demostró que ha cambiado y al menos él me está diciendo la verdad y me ha estado ayudando con todo esto.

-Il tengo la carta. La verdadera carta, fui a ver a tu mamá y me dijo que te la diera.

Me quedé paralizada al escuchar eso. ¿Debo confiar en él? El tiempo me lo dirá.

-Bien, entrégame la carta.

-Si te la entrego ahora, podemos ir luego al parque... a conversar.

Agh, odio que se salga con la suya. Lo odio. No, no lo odio. Quiero odiarlo. Odio quererlo.

Me confunde, si parecía que todo estaba bien, luego me alejó y ahora vuelve como si nada. Esto me está matando por dentro.

-Bien. No me queda de otra.

Sonríe victoriosamente. Me llena de esperanzas, es mi cajón de esperanzas y eso no está bien, al final no sé qué pasará con Matt...será mejor que piense en algo más que no sea Matt.

Matt se despide y sale con Dave de nuestro departamento. Aún me quedo pensativa sin saber muy bien si ir o no. De todas formas, ya tengo la carta y sé que esta vez es la carta verdadera porque hasta incluso está firmada... bien recuerdo cuando el doctor entregó la carta a mamá, tenía la firma de papá.

Lo que me he dado cuenta de todo esto es que Matt sólo es así conmigo y eso me gusta demasiado. Es amoroso y cariñoso conmigo y sólo conmigo...
Le abrí mi corazón por ese motivo, con otras personas siempre se muestra frío y no expresa nada a nadie.

Me gusta ese chico.

Talvez sí debería ir con él.

Más tarde, tenía la carta en mis manos, no estoy segura de querer leerla aún, mejor dicho, ya no quiero leerla. No puedo creer que Charles la cambió, ahora más que nunca no quiero ni verlo pintado. Provocó mi desconfianza hacia a Matt y ahora me cuesta mucho convencerme que en todo esto hay algo de verdad, pero todas sus buenas acciones conmigo han hecho que al menos hable con él.

Lo pensé varias veces y finalmente fui al parque, aquel parque donde nuestros más oscuros secretos salen a la luz con la persona indicada, con la persona que nos une el hilo rojo.

Cuando llegué vi el rostro de Matt, era algo de sorpresa y a la vez de felicidad. Me recorrió con la mirada.

No pude evitar sonrojarme.

-Il.- me sonríe

-Hola Matthew.- digo entre dientes, aún con mis mejillas color carmesí.

-Te queda bien mi sudadera.

¿QUÉ?

Oh no

No me di cuenta que fui con su sudadera... de hecho desde ayer por la noche estoy puesta su sudadera.

La verdad es que huele muy bien y lo extrañaba quería al menos poder llevar puesta su sudadera. Aunque tenía y sigo teniendo sentimientos confusos hacía él.

-Gracias.- dije tímidamente.

-Siéntate.- dijo apuntando al columpio al lado de él.

Asentí y tomé asiento, él se sentó en el columpio de al lado.

-Il lo siento mucho.- dijo con una sonrisa triste. -Discúlpame.

-No tengo nada que disculparte.- dije algo seria.

-Claro que sí Il. Sólo discúlpame, por haber hecho todo eso, por ni tan siquiera pasarte las fotos, por alejarte de mí y regresar como si nada. La verdad es que intento ayudarte.

-Me hubieras ayudado sí me habrías pasado esas fotos de la carta y me brindarías tu apoyo en vez de alejarme de tu vida sin explicación alguna.- me crucé de brazos.

-Lo sé Il, y por eso lo siento mucho. No fue la mejor opción, pero no tenía de otra.

-¿A qué te refieres? ¿No tenías de otra?

-Sí flaca, no tenía de otra...

Quedé confundida al escuchar eso. De verdad que trato de entenderlo, pero cada vez es más confuso y complicado.

-Mira flaca, yo fui a la casa de tu madre...

Me explicó todo lo que había pasado, hasta incluso me dio un anillo y un collar... esos que había dejado de ponerme porque me hacía acuerdo de mi padre. Pero ahora más que nunca quiero llevarlos conmigo, para recordarlo siempre.

Matt me confundía, pero ahora entendí todo... 

-Matt ¿Por qué lo hiciste? No tenías que molestarte... 



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En el texto hay: misterio, juvenil, amor

Editado: 16.12.2021

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