Deseo Entre Hermanos

Capitulo 4

Había pasado una semana de lo sucedido con Nicolás, pasé varios días y noche pensando en eso y cuando intentaba hablarlo con él siempre me ignoraba, una parte de mí decía que debía olvidarme de lo ocurrido y seguir como si nada, pero la otra parte no dejaba de decirme que tenía que hablar con él sobre el tema. Mi mente me juega malas pasadas recordándome la manera en que me sentí y un escalofrío me recorría de pies a cabeza, esto es jodido.

Por otro lado, hoy tenía la audición para trabajar con una agencia que mi madre logró contactar; Teenage Models. Estaba entusiasmada porque por fin podría trabajar en lo que me gustaba, (en el caso de que me acepten, claro está). Me adentre al salón de casting y caminé hasta donde se encontraba un señor que revisaba una planilla, le di mi nombre y me señaló un punto donde se encontraba una puerta que supongo dirigía a la sala donde me harían las primeras pruebas. Toqué y escuché un leve "pase" así que sin más abrí la puerta, había un señor sentado en un escritorio y una chica de pie junto a este, me hicieron algunas preguntas sobre cuanto tiempo llevaba en esto, sobre como realizaba mi dieta, el ejercicio de rutina y demás. Después de eso la chica midió mi estatura, mi cintura, mis senos y mi cadera.

—mides 1.77 de alto, tu talla es 6 y el tamaño de tus senos es 34 —dijo la chica— vamos al peso —indicó. Seguí sus pasos hasta el objeto, lo miré con algo de recelo antes de subirme, había hecho la misma rutina de siempre pero aún así no seguía dejandando de sentirme insegura— pesas cincuenta y siete kilos.

—muy bien, acercate —habló el hombre y así lo hice— estás bien de estatura y seno, pero tienes peso de más —apenas salieron aquellas palabras de su boca sentí como sí me cayera encima un balde de agua fría— aunque eso se puede solucionar, eres bonita y tienes esa mirada que buscamos, vamos a la sección de fotografía —acto seguido a sus palabras se encaminó hacia la salida del cuarto y yo lo seguí junto con la chica.

—bien, él es Scott; será tu fotógrafo, demuestranos de que estás hecha —dijo y así hice, inmediatamente me pusieron frente a las cámaras comencé a posar, puse mi mirada más seductora y jugué con mis manos haciendo varias poses para darme un toque más delicado, pose de pie, sentada, de espaldas. Total fueron como quince minutos en los que me sacaron varias fotos en ropa y ropa interior, una vez terminada la sección de fotos me dijeron que esperara su llamada en estos días y que lo más seguro es que iba a entrar así que debía tener mi carpeta con todos mis papeles en orden. Salí felíz del edificio y me subí a mí Audi RSQ, aún no me acostumbro a mí nuevo auto super deportivo, me encanta todo en el, salgo del aparcamiento y conduzco a través de las calles de Los Ángeles hacía el conjunto residencial donde vivo, pongo música a todo volumen desde el reproductor y comienzo a cantar por todo el camino a casa.



 

~*~

 

 

—¡ya llegué! —avisé por si alguien estaba cerca, aunque lo más seguro es que nadie me haya escuchado.

—Sam, cariño ¿cómo te fue? —preguntó mi mamá desde la sala.

—bien mamá, ¡creo que me contratarán! —chille emocionada. Corrí hasta ella y la abracé.

 

—me alegro, como no lo harían si Mírate; eres hermosa.

 

—gracias, iré a mí recámara —dije y subí las escaleras, cuando entré a mí habitación  cerré la puerta y me quite la ropa, entre al baño y revise que el agua de la tina estuviera caliente para luego echarle un líquido aromático a fresas y sumergirme, todos mis músculos se relajaron automáticamente y lo agradecí. Al cabo de medía hora después, decidí salirme así que me puse la salida de baño, la amarre de modo que no se abriera y mostrara más de la cuenta, luego solté mi cabello y me puse las pantuflas, así sin más salí del cuarto de baño y me dispuse a estudiar para el parcial de mañana.

—esto es jodido —murmure al revisar mis apuntes, si apenas entendía algo. Decidí bajar por un poco de jugo y  luego venir a seguir intentando, abrí la puerta y camine por el pasillo hasta llegar a las escaleras y bajar, la verdad es que estoy aburrida hasta la mierda, extraño a mis amigos en Colombia, aquí me siento sola; mi mamá trabaja, Nicolás ni me habla y la única amiga que he hecho es María, aunque no tengo la confianza suficiente como para llamarla y decirle que venga. Solté un suspiro y me dirigí hacia el refrigerador, saqué una jarra de jugo y me serví en un baso, luego la dejé en su lugar y me senté en la isla de la cosina, veía a algunas muchachas del servicio trabajando pero no eran conocidas para mí.
 

—¿Porqué tan sola? —preguntaron a mí espalda, miré hacía atrás y vi que era Thomas.
 




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