Capítulo 14:

" --Ya está hecho.

  --¡Al fin! ¡Dieciocho años, ni más ni menos!

  --Aún no está listo, según...

  --¡Ya tiene la edad! ¡No hay marcha atrás!

  --¡Que no está listo! ¡Lo vas a matar!

  --¡Tú no lo decides! ¡Yo sí!"

--¡Scott!

--¡SCOTT! ¡GRANDÍSIMO TONTO! ¡MÁS TE VALE QUE ESTÉS LEVANTADO!

Gruñendo por lo bajo, abrió de mala gana sus ojos al mundo, otra vez.

No tuvo ni tiempo de replantearse lo que había soñado.

Su hermana maldecía a todo pulmón, desde el otro lado de la puerta, totalmente furiosa.

--¡Ya, no hace falta gritar tanto! --contestó malhumorado, dejando el libro de Química en la mesita de luz.

--¡VOY A GRITAR TODO LO QUE ME DA LA GANA! --los oídos de Scott zumbaron ante la voz aguda de su hermana, se sentó lentamente en el colchón, bastante desorientado--. ¡LLEGAREMOS TARDE A LA ESCUELA POR TU CULPA! ¡FALTA NADA PARA ENTRAR, IDIOTA! --casi pudo escuchar algo romperse.

¡La escuela! ¡Llegada tarde! ¡Sanción y castigo materno! ¡NUNCA MÁS!

La mente de Scott se despabiló de inmediato, con solo recordar a su madre hecha una furia. Saltó de la cama, dando pasos largos y apurados por toda la habitación, haciendo volar prendas y libros de aquí a allá, de su mochila a la cama, al escritorio o al mismo suelo ¡No podía llegar tarde!

En no muy lejano pasado, Scott se había quedado dormido TODOS los días, y llegaba tarde a la escuela TODOS los días, lo cual llegó casi a ser expulsado, y su madre le dió uno de esos castigos inolvidables, cuyas pesadillas aún lo atormentan.

Ya vestido con lo de siempre, pantalón negro y remera azul, un par de zapatillas viejas en la mano y su mochila gris al hombro, abrió la puerta de su habitación de un golpe.

Bajó la escalera casi saltando por ella.

--¡Ya est...!

¡Paff! Patoso como todo ser despistado y dormido ¡Encima apurado! Chocó en lleno con el marco de la puerta ¡Por unos centímetros!

--¡Scott! ¡¿Estás bien?! --se asomó Lila por el umbral, hizo una mueca al verlo frotarse la nariz, la cual se había puesto tan roja que parecía que iba estallar--. Ya estabas tonto de nacimiento ¡Ahora no sé a que nivel degradaste!

Aún con la cabeza atontada, saltando en un pie, mientras se calzaba. Saludó a su madre, con un beso en la frente. Y con solo una zapatilla calzada, tomó la manzana que ella le extendía sonriente. Llevando su mochila y la de su hermana en la espalda, tirando de una Lila malhumorada, corrieron juntos hacía la escuela.

--Mierda --susurró ella casi sin aire, mirando con odio a su hermano--. La próxima... Me voy sin tí

--Lo hubieras hecho --devolvió la mochila rosada a su dueña, dándole de paso una botella de agua.

--Gracias --la tomó de inmediato, tomó un largo y lento sorbo, seguido habló--. Si quieres lo hago --contestó Lila de inmediato--. Pero no te quejes de que mamá pregunte donde estás tú.

Scott suspiró, dándose por vencido, mientras se ponía la zapatilla que le faltaba

--¡Admítelo! Tengo razón --se burló divertida.

Antes de que pudiese contestar, el timbre sonó en la cuadra de enfrente.

--Menos mal que te despertaste ¡Sino hubiéramos llegado tardísimo! ¡Vamos! --y esta vez, ella tiró de su brazo ¡Casi con emoción! ¿Quién la tendría a la hora de entrar a la escuela?

Enserio ¿Había despertado?

--Nos vemos más tarde ¿Sí? --Lila palmeó el hombro de Scott con una radiante sonrisa, mientras se marchaba hacía sus amigas--. ¡Trata de prestar atención a clases! -- y desapareció de su vista en un parpadeo.

Él se quedó un momento, mirado por donde se había ido, mientras su mente, buena y graciosa como siempre, empezó a entremezclar imágenes al azar delante de sus ojos.

Paisaje nevado, como no, una cabellera pelirroja al viento, vistiendo de manera extraña.

"- Mientras yo esté aquí, no te arrastraran a sus problemas sin sentido

Olvida, será lo mejor para tí

Mejor sueña, cree fielmente, que nada de esto es real

Y vive, vive una vida normal, sin preocupaciones inútiles"