Despierta Hermanita

Tolkien o la Comunidad de la Miseria

Decidir...

Una odiosa tarea que pone a prueba si pesa más lo que deseamos o lo que se debe hacer.

Mientras unos tienen el mundo a sus pies y todo cuando deseen es permitido, otros debemos conformarnos con lo que es realista, por no decir, contrario a lo que somos. Mas lo que ignoramos es que, tarde o temprano nuestro destino busca la forma de colarse en esta imposible existencia y perforar nuestro corazón para anidarse allí, en el lugar al que nuestros anhelos pertenecen.

Lilith intentaba escapar de una mano  que no la dejaba respirar, unos ojos  ámbar sin alma, con deseos de sangre. Un grito ahogado la trajo de regreso al mundo real.

Ya podía respirar mas sus ojos se sentían pesados como rocas, sus hombros entumecidos. 

Ese era el gran día en el que tendría que escoger entre quedarse en Reading o esperar a que la lechuza de Oxford llegara con la bendita carta.

Estudiar en Reading sería un lugar perfecto porque estaría cerca de Julian, quien estaba en el complejo florecer de su adolescencia: un padre ausente emocionalmente y una madre al otro lado del oceano. Por otro lado estaba el aún más odioso factor económico. Reading le ofrecía una beca completa mientras que Oxford sólo cubriría parte de su matrícula. 

Para su misfortunio su promedio fue suficiente para Reading pero no lo que Oxford considerara una buena inversión. 

Lilith se debatía entre dos universidades y entre quitarse su pijama y vestirse apropiadamente o seguir esperando a que su papá llegara para abrir juntos la carta de Oxford la cual sería entregada ese día.

Un lazo invisible la arrastró hacia la ventana gentilmente.

El cartero se movía en cámara lenta. 

Su corazón estaba latiendo frenéticamente: emoción, miedo...

El Ford Fiesta 2003 plateado de Nahan aceleró levemente en dirección al buzón. 

¿Quién era ella para arrebatarle el sentimiento de alegría o de decepción a su padre? 

El robusto cartero dio un paso atrás y volvió la mirada a la bestia plateada. 

Desde su ángulo no podía ver el rostro tigueño de su padre pero asumió que le habría hecho algún gesto al cartero para que este no depositara los sobres en el precario buzón color crema con el apellido de los antiguos propietarios: Matheson.

La puerta del automóvil se abre y la cabellera ondulada de Nathan con algunos rayos grises aparece en la escena. Pese a su baja estatura, camina como todo un caballero y se ve un poco más alto de lo que es. 

Antes de dirigirse al cartero saca su portafolio y bata del asiento del copiloto. 

Alguien cierra la puerta del baño y el estridente sonido perturba a Lilith. Que los cielos se abran y desplieguen su ira sobre el individuo que distrajo a la ansiosa adolescente.

Se mordió la lengua para no maldecir como un marinero ebrio. 

Nathan y el cartero ya no estaban a la vista.

El particular sonido del juego de llaves abriendo la puerta la dejó fría.

Necesitaba algo que la tranquilizara así que tomó su mp3 y presionó play.

The Ecstasy Of Gold  de Ennio Morricone no ayudó sino a incrementar el suspenso en su torrente sanguíneo. El sonido de la percusión en el 17avo acorde acompañaba los pasos de Nathan escaleras arriba. Desde la cama pudo ver la sombras que se colaban como espectros. Silencio. La soprano en el 24avo acorde deslizaba un sobre blanco debajo de la puerta. 

El Libro de los Siete Sellos abierto a sus pies mas el mensaje oculto esperaba a ser visto por los ojos oscuros de una criatura perdida. 

Contó hasta 2 y dio un salto hacia el sobre para impedir que los sellos se abrieran por voluntad propia. 

Sus pequeñas manos trigueñas sostenían un ligero paquete. Las sombras de los pies de Nathan se cansaron de esperar que un grio de felicidad o un lamento de lobo salieran de la habitación. 

Con cuidado puso el pristino sobre en el escritorio y tomó el abrecartas de su abuelo paterno a quien no pudo conocer pero cuyo legado era uno que otro artefacto funcional de lujo en perfecta condición. El accesorio de plata casi no brillaba pues era un día gris de otoño. Puso su mano izquierda sobre el papel y con la derecha comenzó a abrir el sobre. 

La risita de sabelotodo de David desde el otro lado del Atlántico sonó tan clara que  dibujó una sonrisa en su rostro y la animó a acabar con el suspenso de una vez por todas. 

Lo primero que sus ojos vieron fue el escudo de armas:  "Dominus Illuminatio Mea". Que fuera la luz que guiara sus pasos pues se sentía perdida. 

De pie con la carta totalmente desplegada pero incapaz de leer. 

''Estimada Señorita Rush,

En nombre de la Escuela de Literatura Inglesa nos complace informarle que...''

No fue necesario leer más para saber que su esfuerzo por ser una estudiante sobresaliente y las cartas de recomendación de sus profesores de filosofía e inglés habían rendido sus frutos. Como casi todo en su vida, el haber sido aceptada en dos de las mejores universidades de su país no había sido sorpresa pues siempre se había esforzado por ser académicamente competente. No solo se trataba de elegir una universidad, se trataba de tomar un paso importante para lograr su independencia total; se trataba de elegir entre la Universidad de Reading y estar cerca de su hermano Julian quien a pesar de doblarla en estatura aún tenía corazón de niño y Oxford, lo que su corazón pedía.

No estaba en su naturaleza ser egoísta, no podía dejar solo a su hermano y dada la situación económica de su familia sería más viable vivir con su papá que mudarse a una ciudad diferente lo que representaba incrementar los gastos de su familia. Cerró sus ojos y trató de mirar las cosas objetivamente ¿A quién quería engañar? No era ni Oxford ni Reading, era cualquier lugar apartado de todo en donde pudiera vivir rodeada de música que la inspirara para darle vida a sus fantasías Lovecraftianas. Sabía que tenía las aptitudes para seguir una carrera de ese corte pero optó por una en la que también pudiera darle vida a su voz. Tanto Oxford como Reading eran universidades de prestigio y su programas de artes y literatura eran brillantes, sosos, pero brillantes. Como el mundo de Lilith.



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En el texto hay: vampiros, misterio, hermanas

Editado: 02.11.2022

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