Después de él

Capítulo 15

Miraba a mi madre, quien le servía una taza de café a Harry, Neisan 
estaba a mi lado tecleando algunas cosas en su celular, a pesar de 
todas las cosas que André me dijo sobre la relación de amistad que 
mantuvieron él y Luke, nunca me atreví a preguntarle, le había 
prometido a André no hacer y tenía que cumplir. 
Solté un suspiro y codeé a Neisan, él bloqueó su celular 
rápidamente y me miró alertado, tal vez confundido por mi acto 
antes hecho. 
—¿Qué harás siempre? ¿Te cambiarás de carrera?— pregunté, 
algo intrigada por su respuesta. 
El chico iba a responder, hasta que la voz de mi madre lo 
interrumpió, robándole la palabra de la boca.

—¿Te vas a cambiar? 
—Ah... ah, sí— asintió varias veces y creó una mueca —. No me 
siento bien con la que estoy cursando y lo he pensando mucho, en 
serio, pero no me complace y no quiero ser tan miserable en un 
futuro, ese siempre es el resultado. 
—¿Iniciarás de nuevo? — mi madre tomó asiento en frente de 
Neisan y sorbió un poco de su té.  
—No, voy a revalidar materias, así que no me costará mucho— él 
sonrió de oreja a oreja, satisfecho de ello. 
Desvié mi mirada hacia Harry para darme cuenta que miraba con el 
ceño fruncido toda la escena, di una risita por lo bajo, me parecía 
chistosa la forma en que sus cejas se arqueaban y el tabique de su 
nariz se arrugaba, él dirigió hacia mí sus ojos y relajó el gesto a una 
sonrisa cómplice, me hizo una seña para que saliera de la casa y 
asentí. 
—Permiso— mencioné. Mamá solo asintió y siguió interrogado a 
Neisan mientras que él me lanzó una mirada de ayuda.  
Apreté mis labios y abrí mis ojos en forma de burla, y dejé el 
comedor. Segundos después Harry apareció a mi al frente con una 
sonrisa. 
—Creo que necesitan discutir a solas— indicó—. Bonnie es muy 
controladora respecto a las personas que le importan.  
—Lo es, aunque se preocupa más de lo que intenta controlar, solo 
quiere invadir más a fondo para tener una información exacta— reí 
—, ella siempre ha sido así.  
Harry asintió y nos mantuvimos en silencio durante un largo tiempo, 
sus ojos verdes me miraban con soslayo, sin embargo, podía verlo 
por el rabillo del ojos, alcé mi vista para hablar, pero él lo hizo 
primero.

—¿Me dejarías llevarte a Perth?— preguntó. 
—¿Cómo? No, está muy lejos de aquí, no me llevarás, ¿piensas 
hacerlo en la camioneta? 
—Sí— echó una risa—. Sé que está lejos, de punta a punta, pero no 
importa, tengo algo importante que hacer ahí.  
—¡Oh vamos! ¡No tienes nada que hacer!— carcajeé. 
—Lo tengo— afirmó—. Tú, tengo que asegurarme que llegues para 
que inicies tus clases, no me importa que te niegues, te voy a llevar, 
Hasley. Lo haré. 
—¿Y después que harás? Tú tienes que regresar a Melbourne por 
tu trabajo, ¿y Ellen?  
—Mis alumnos entran hasta febrero, Ellen vendrá con nosotros o 
realmente no sé si todavía tenga citas con tu madre, le preguntaré 
aún— ladeó su cabeza y sonrió—. Sé que quieres. Vamos, déjame 
llevarte y pasar el rato ahí contigo.  
Le sostuve la mirada pensando en sus palabras, era la verdad. Sí 
quería, mi estomago estaba revuelto y quería asentir varias veces, 
había dejado de doler todos los recuerdos, con él comenzaba a 
acostumbrarse a sus actos, palabras y gestos. 
Comenzaba a querer a alguien más. 
Y eso me agradaba. 
—Harry, te he dejado hacer tantas cosas— musité—. Dejar que 
hagas esto, será otro logro para ti, así que está bien. Me sirve de 
paso que me vayas a buscar y dejar a la universidad— vacilé.  
—Aunque creas que es broma, lo haré, cada que salgas iremos por 
un helado, palomitas o algún tipo de comida basura que nos haga 
engordar y quedar como dos bolitas, pero claro; tú te verás más 
hermosa que yo— sonrió.

Mis mejillas ardieron ante su confesión antes dada. No podía evitar 
que este hombre me sonrojara con cada maldito comentario y, de 
alguna manera, a mí me encantaba. Adoraba que volviera a tener 
este efecto, así como él adoraba que lo tuviera.  
Harry acortó la distancia entre nosotros y me abrazó, me enrolló en 
sus brazos y el jodido olor a café me hizo cerrar los ojos para 
disfrutarlo. El tan solo tenerlo cerca de esa manera hacía que me 
aferraba más a su cuerpo, él era ancho y su cuerpo estaba bien 
desarrollado, yo era como un pequeño pedazo de trapo que 
estrujaba con tanta facilidad. 
Nos separamos un poco y alcé un poco mi vista, él me miraba y 
estábamos a unos centímetros de distancia, varios pensamientos 
invadieron mi mente, atisbé sus labios mientras sentía los míos 
temblar, me puse de puntitas y fue tan solo ese acto el primer paso 
para que él acortara la distancia entre nosotros. 
Sentí sus labios sobre los míos. Eran suaves y frescos, eran cálidos 
y seguros. El sabor a café se coló entre mis labios y lo saboreé, mis 
ojos se cerraron al instante y disfruté del momento, uno que era libre 
de culpas, en donde me sentía segura y contenta. 
Aquel beso me hizo revolotear las mariposas en mi estómago, un 
mundo de sensaciones y sentimientos florecieron, creando que 
aquel acto fuera tan especial y—casi—, nuevo para mí. 
Segundos después, nos separamos. Me sentía algo nerviosa y 
avergonzada, Harry no dijo nada y solo llevó su mano atrás de mi 
cabeza y la acercó a su pecho, mi mejilla derecha descansó ahí un 
momento, con cuidado deslicé mis brazos sobre su torso y lo 
abracé. 
—¿Sabes? Nunca aceptes que te digan "me gusta el olor de tu 
cabello", porque no es olor, eso es como un insulto hacia tu 
persona, es aroma— guardo silencio para tomar una bocana de aire y después soltarla—. Me gusta tu aroma, Diane.




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