30/Abril/2005
Tomé pastillas, llegué al hospital porque me arrepentí de haberlo hecho. No sabes el gran vacío que sentí al estar acostada en esa camilla, nadie estuvo para mí, porque cuando me pediste alejarme de mis amigos, lo hice, y todo por ti, para estar bien, para mantenerte feliz, y aún así no te quedaste, espero alguna respuesta de tu parte, aunque lo dudo. La enfermera te llamó, pero no me dió razón de ti, sé que no te intereso. De verdad que no mentía cuando te dije que estaba sola, que lo único que me quedaba eras tú. Te hable del daño psicológico y físico que mis padres me hicieron, también las miles de razones por las cuales no quiero estar con mi familia. El abandonarme sólo me hace sentir una mujer fracasada, y llena de dudas, del porqué ella está a tu lado y de porqué la vida me paga así.
Me encontraba sentada en nuestra banca favorita, escuchando el lindo cantar de los pájaros, y lo único que sentí fue nostalgia, aquella que me hace brotar algo extraño dentro de mi pecho, esa sensación en la garganta de querer expulsar el llanto y no poder, así se ha vuelto mi vida, un oscuro pasado, un camino sin salida. No me he sentido bien físicamente, mis palpitaciones se aceleran constantemente, tengo constantes mareos, y las ganas de dormir para siempre.
Nuestra mascota aún sigue triste, pero se está recuperando, es lo único que me queda y a lo que puedo aferrarme.