Después de ti.

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15/Octubre/2005
 


Aprendí que es imposible olvidarte, entre más lo desee, menos se cumplirá. Mi mente no te puede sacar, mi alma te llora a gritos desesperados, y yo aquí, esperando a que todo eso termine. Aunque debo decirte que el mencionarte ya no me es tan difícil, antes me temblaba la mano cuando escribía en esta vieja libreta, ahora me tiembla nuevamente, pero no por ti; sino por mi enfermedad. Cada vez se marcan más mis huesos, mi cara se torna en un color amarillo, creo que esto se ha vuelto una muerte en vida. Ahora sólo ansío ese día, porque esas noches de insomnio pararán, y con ello, este dolor. Estoy en estado de amarme a mí misma, y creo que lo estoy logrando, porque estoy cayendo en la aceptación, en esa fase en la que tengo que asimilar que esta es mi vida y que no me queda más que aceptar que lo tuyo y lo mío quedó en el pasado, yo debo de estar bien porque hice las cosas correctas contigo, tú no las hiciste y ese es tu problema, no el mío. Sólo son recuerdos; como lo que alguna vez fue y ya no será. Te lo digo desde el fondo de mis sentimientos, porque eso de olvidarte nunca sucederá, sólo queda la aceptación. También me doy cuenta de lo equivocada que estaba al prohibirme cosas por ti, así de vacío estaba mi amor propio. Dejé de frecuentar a mis viejos amigos, es más, te defendí cuando ellos me dijeron que tú me estabas engañando. Sabes, los señalé como mentirosos y malos amigos, cuando ellos realmente sólo querían protegerme de ti. Tu no solamente los tachaste de juzgones, también me prohibiste verlos, ¡qué gran error el mío el haberte hecho caso! En la actualidad lo estoy  pagando con creces. Ahora analizo la crueldad que hay en ti y ese tipo de persona que nunca dejarás de ser. El universo, o llámalo como sea, en este momento te estará premiando con esa mujer que da la misma calidad de amor que tú. Este es un día en el cual estoy cargada de enojo, de ira, de muchas emociones, pero creo que es bueno, porque se está quitando esa hipnotización que poseía dentro de mí, esa culpabilidad que nunca debió existir. Era fácil ponerte como la víctima, pero eres más bien el responsable de mentir y de prohibirme tantas cosas, además de no dejarme ir, tal vez mi vida hubiese sido mejor. Alabarte y describirte como un Dios, fue otro más de mi error, para mí eras el mejor esposo, el mejor amante, mi mejor amigo,  pero vaya que sólo eran altas expectativas abrigadas de un falso amor. Ese amor, sigue ahí clavado como siempre, sé que no podré matarlo porque es fuerte.




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