Después de ti (libro 2.)

Cap. 7 La nueva residente

 

Aquel 1° de septiembre, Hermione se despertó exageradamente temprano, iba a salir de la cama, cuando Remus le sujetó el brazo.

  • Linda, son las cinco de la mañana  --  le dijo
  • Lo sé, pero es que…
  • Todo está preparado, vuelve a dormir  --  insistió
  • Es que…

Pero él la atrajo hacia sí y no la dejó levantarse.

  • Sé que estás nerviosa como si fuese tu primer día de escuela, amor   --  le dijo mientras acariciaba sus cabellos  --  pero no habrá poder humano ni divino, que haga que nuestra hija salga de la cama a estas horas

Hermione iba a protestar nuevamente, pero él la silenció con un beso, y como de costumbre, Hermione olvidó cualquier cosa en la que hubiese estado pensando.

A las nueve de la mañana, Hermione aun luchaba para que Lyra saliera de la cama, pero finalmente lo había hecho.

  • Date prisa Lyra, apenas tendrás tiempo de desayunar  --  le dijo antes de abandonar la habitación

La chica se levantó con la mayor parsimonia, se bañó y comenzaba a vestirse cuando escuchó que su madre la llamaba de nuevo. Antes de salir de su habitación, se puso su inseparable chaqueta y bajó.

  • ¡Por las Barbas de Merlín, niña!  --  exclamó Hermione  --  Ya que no puedo hacer que te vistas apropiadamente, al menos podías peinarte.
  • Mi cabello está perfectamente así, Ma
  • Cariño, es tu primer día de escuela, aunque sea por esta vez
  • ¿Ma, no dijiste que teníamos prisa?
  • Lyra, solo por esta ocasión, para que causes buena impresión  -- insistió ella desesperada
  • Eso sería causar una impresión equivocada, Ma

Remus asistía a aquel diálogo mil veces repetido y se preguntaba si realmente su mujer pensaba que obtendría algo, porque su hija había demostrado hasta la fecha, una verdadera aversión a los peines. Y recordó con nostalgia el cabello alborotado de Hermione cuando era niña. Lyra tenía los cabellos muy parecidos en la forma, pero de un color un poco más claro como los suyos, y en su opinión, se le veían muy bien así, pero ni bajo tortura habría dicho aquello.

 

Llegaron a la estación apenas con tiempo, y ya estaban allí los Black, Harry y Bill. Ron no había podido ir porque no estaba en el país, pero la noche anterior le había enviado una lechuza a Lyra, y Remus sospechaba que con la misma recomendación hecha a Anthar.

  • Bueno lobita, llegó la hora  --  le dijo Sirius  --  espero que te diviertas mucho, y evita por favor a los sujetos indeseables
  • A ver, tío Si  --  le dijo ella jugando con su varita  --  ¿Crees realmente que algún infeliz podría fastidiarme a mí?

Sirius rio escandalosamente mientras Remus hacía esfuerzos por no hacerlo y Hermione lo miraba con ganas de asesinarlo.

  • Por favor Lyra, deja de escuchar a ese salvaje, vas a la escuela a estudiar, no a causar desastres ¿bueno?
  • Eso no sería divertido, Ma, además…  --  pero se interrumpió y se giró bruscamente, pero casi de inmediato se volvió de nuevo  --  como te iba diciendo, pienso hacer caso a lo que dice el tío Si y divertirme tanto como sea posible

Hermione pensó que, aunque amaba a su hija, aquella condenada criatura fácilmente podría pasar por hija del desvergonzado de Sirius.  Harry se despidió de su ahijada con las mismas recomendaciones de estudiar y comportarse. Bill le dio un fuerte abrazo y le dijo que por favor no destrozara muchos corazones, ante aquello Sirius abrió desmesuradamente los ojos y agarró a Anthar por un brazo y lo alejó del grupo.

  • ¿Qué sucede, papá?  --  preguntó el chico sorprendido porque no lo había dejado terminar de despedirse de Harry
  • Escúchame bien hijo, Lyra será responsabilidad tuya, debes…

Pero se interrumpió al ver la cara de horror que ponía su hijo, y la protesta no se hizo esperar.

  • Lo siento papá, pídeme lo que quieras, pero pienso mantenerme lo más alejado posible de esa… “amenaza”  --  dijo con convicción
  • Hijo ella es…
  • Ella es perfectamente capaz de cuidarse, y solo menciónale esto, y verás cómo me envía a la enfermería apenas ponga los pies en la escuela  --  dijo interrumpiéndolo  --  Lo siento papá, pero en esto no puedo complacerte.

En otras circunstancias, Sirius habría reído del empeño que ponía Anthar en mantenerse alejado de Lyra. Él sabía mejor que nadie que la lobita era irascible, pero aquella mutua antipatía en ese momento le resultaba muy inconveniente. Sin embargo, el silbato volvió a sonar y los chicos se apresuraron a subir al tren.

Hermione lloraba como una magdalena, y Remus tenía una sospechosa humedad en sus ojos, mientras que Lyra estaba de lo más tranquila. Subieron y se dirigieron a un compartimiento para luego asomarse por la ventanilla.

  • Escríbenos, por favor  --  pidió Hermione
  • Pa, explícale el inconveniente de eso  --  le dijo la niña a su padre y él sonrió, porque el único inconveniente era que Lyra odiaba escribir aunque solo fuese una línea.



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En el texto hay: magia familia amor, hpoutcannon segundageneracion

Editado: 06.10.2022

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