«Me gusta la gente que deja marcas sin necesidad de herir»
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Julietta.
El ambiente era enigmático. Pequeñas gotas de lluvia caían cada vez con mayor precisión. Había neblina y muchos árboles. Me veía corriendo de algo desconocido, una oscura mancha con colmillos llenos de sangre. Los saltamontes se abstenían de hacer su propio sonido.
Podía sentir como las ramas perforaban parte de mi piel a medida que me adentraba entre el bosque seco. El corazón me bombardeaba advirtiendo que pronto podría dejar mi pecho, sentía las pequeñas punzadas en mis desnudos pies mientras eran cubiertos por el barro y rasgados por las ramas.
Al llegar al precipicio, solamente observé el ocaso mientras todo empezaba a desaparecer.
No pude dormir adecuadamente después de tal sueño, lo había tenido un par de veces y como siempre, nada tenía sentido alguno.
—¿Qué es lo que tienes? —la pregunta de Evans me hizo voltear hacia él—. Has estado muy silenciosa, más de lo habitual.
Nos encontrábamos una vez más caminando al paso dictado por Miller, se podía apreciar en el despejado cielo aquella impresionante luna a punto de completarse.
—No es nada.
—¿Estás segura? —asentí—. Jul, sé que te despiertas en las madrugadas. ¿Has vuelto a tener pesadillas?
Evité verlo directamente a los ojos.
—No tiene importancia, son solo sueños.
—No digas eso, aún recuerdo cuando te despertabas llorando los primeros días—mencionó—. Los malos sueños son difíciles de superar, también he pasado por eso.
Mordí mi lengua, no quería hablar del tema, mucho menos cuando habían cosas más importantes por las cual deberíamos preocuparnos.
—Agradezco que te preocupes, Evans. Pero en realidad no es nada.
Lo único que sabía era que respetaría lo que le dijera, sin importar su mirada inconforme y preocupada. Cuando nos detuvimos mi mirada viajó por los alrededores, observé al hombre llamado Gale que platicaba con otros más. Aunque no era quién había capturado mi atención. Un poco más atrás estaba él, Denrek Miller regresaba de algún lugar, quizás guiando a los hombres que hacían el perímetro, o algo completamente diferente.
Aquellas desapariciones de su parte empezaban a generarme un mal presentimiento. Siendo el comandante no era cuestionado en ningún aspecto, y por eso no entendía como Philip había podido contradecir a sus espaldas, además, Miller no había hecho nada al respecto y dudaba que no estuviera enterado de la participación de Gale en aquella expedición.
La teoría de Marco y Dave tenía doble filo, después de todo, cualquiera puede ser un monstruo ocultándose con la apariencia de un humano.
Aunque debía estar más enfocada en Gale, tambien sentía una necesidad de mantener un ojo sobre Denrek. No entendía mi propia insistencia, pero de algo estaba completamente segura y es que había algo raro en él, y cualquier cosa que estuviera ocultando no podría ser nada bueno.
También estaba la posibilidad de que no fuera más que un estúpido resentimiento desencadenado a nuestra última discusión. Nunca había hablado con ese hombre y nuestro primer encuentro con palabras no resultó ser el mejor.
Para cuando el anochecer empezó a ser más evidente, descansaba mi cabeza sobre el hombro de Evans.
—Insisto, estas más pensativa de lo usual.
Observaba a los diferentes desconocidos, ya había perdido el rastro de Miller y no me sorprendía demasiado.
—¿Recuerdas lo que nos comentaron Marco y Dave los primeros días?
—Sí, aunque continúo pensando que algo así parece imposible.
Lo escuché con atención, como había pensado, Evans seguía sin creer completamente en esa posibilidad, y aunque tampoco quería involucrarlo demasiado, quería saber su opinión respecto a mis sospechas.
—Sospecho de alguien.
—Así que con eso has tenido ocupada tu mente—agregó—. En todo caso, ¿quién?
Sabía lo ridículo que podía sonar tomando en cuenta nuestra poca empatía, aunque sentía la necesidad de compartir con alguien sobre esa espina que me estaba perturbando desde que lo vi por primera vez.
—Denrek Miller.
Me obligó a alejar mi cabeza de su hombro cuando volteó todo su cuerpo para verme con gran sorpresa.
—Es el comandante, el encargado de todo este escuadrón, ¿cómo piensas algo así?
Sabía que podría ser su reacción al escucharme, pero estaba empeñada en mostrar todos mis argumentos ante esa sospecha.
—Si lo piensas bien, ha sido el único beneficiado ante la misteriosa muerte de Peter Galesson, sin contar sus peculiaridades.
—¿Peculiaridades?
—Sus desapariciones, esa mirada que tiene...algo no me agrada en él.
Quizás me estaba dejando llevar por prejuicios, pero sabía que había algo más que traía consigo ese hombre.
—Jul, siempre hay algo que no te agrada en las personas—me recordó—. Y está bien, pero no por eso debes acusarlos así. Es cierto que es algo extraño, pero no creo que sea el infiltrado. A decir verdad, dudo que esa teoría sea certera.
No esperaba hacerlo cambiar de opinión, pero había logrado confirmar algo. Denrek Miller no era alguien peculiar y hasta Evans notaba algo extraño en él.
Para el anochecer, suplanté a Marco de hacer la guardia nocturna cuando se quedó dormido mientras hablábamos de la torre blanca. Algunos más del escuadrón seis hacían guardia, pero estaban más entretenidos hablando entre ellos como para percatarse de un movimiento a sus espaldas.
—Marco—agité su hombro un par de veces hasta que se incorporó a gran velocidad—. He visto algo, vamos.
Tomé el arco entre mis manos, aunque nos habían dado armas más funcionales, se trataba de una defensa adicional que me había acompañado durante tanto tiempo.
El cansancio desapareció completamente del muchacho, ambos estábamos dispuestos a descubrir a quien fuera el infiltrado.
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Editado: 07.12.2023