Capitulo XXX: Celos

SUSAN

Una pequeña risita sale de mis labios al ver la expresión de Logan en la puerta, me siento bien al saber que aceptan su castigo, de una manera esto era obvio, se lo que sucederá y tenía las posibilidades de ganar.

-Bien – me levanto de la cama y me acerco al hombre que se encuentra aún en la puerta - ¿ella ha venido? – Sabe perfectamente de lo que hablo.

-Si por eso necesitamos tu ayuda – responde serios - ¿lucharas con nosotros?

-Por supuesto que si – digo alegre – si es por mí que vienen, no es por nadie más.

-Entonces vamos – dice cuando se da la vuelta.

-No será tan fácil – le digo haciendo que se detenga, me voltea a ver enarcando una ceja.

-¿De qué hablas? – pregunta serio, lo que le diré le costara controlar, pero es necesaria, es parte de mi juego.

-Para que yo vaya tienes que soltar a mi compañero – digo cruzándome de brazos con una sonrisa maliciosa.

-¡Eso nunca! – exclama enojado, ¡Bingo! Me lo esperaba y me siento satisfecha – no sabemos si puede ser peor que tú.

-Bien – digo yendo de nuevo a mi cama donde me acuesto – les deseo lo mejor  en esa batalla – es lo único que digo para luego ponerme en posición de dormir, lo dejo de mirar cuando me volteo y sonrió al saber lo que pasara.

-Está bien – responde cuando escucho que sale de mi celda, me levanto en seguida de la cama, decidida a ir a ver a Mark, salgo de ahí viendo a Logan que está abriendo la celda, se ve muy atractivo con es camisa que le queda muy bien con sus músculos, lastimosamente no los volveré a tocar en mi vida.

Termina de abrir dejando abierto para que salga Mark quien tiene la misma altura de Logan, los dos se matan con la mirada, los detengo cuando veo como se encuentra Mark.

-Mark – digo acercándome a él, veo el hombre que tengo en frente de mí, sin camisa y dejando ver todos sus músculos y abdomen bien fornidos, me cruzo de brazos y una sonrisa maliciosa se me desliza en mis labios – me has dejado sin aliento Mark.

-Tú no te quedas atrás lindura – dice mirando mi escote que es bien visible.

-Dejen de hablar estupideces y mejor vamos a lo que nos conviene – dice un Logan colérico mirándonos con odio.

-Ni celoso te comprendo Logan – respondo haciendo que me fulmine con la mirada.

-No estoy celoso…

-¡Susan! – Exclama una voz conocida, interrumpiendo lo que diría Logan, ladeo la cabeza y veo a mi queridísima amiga, voy por ella y la abrazo – lo cumpliste.

-Sí, no dejare que nadie se salga con la suya – digo sonriéndole, me imita. De repente aparece Tobías junto a Yanis quien me hace un gesto con la mano saludándome, le sonrió tiernamente, tengo ganas de ver a mi hijo pero no es el momento.

-Vamos a luchar – dice Logan pasando a nuestro lado, me encojo de hombros y caminamos siguiéndole el paso hacia la salida, entrelace mi mano con la de Mark quien me miraba confuso.

-¿Ella ha vuelto? – Me pregunta en un susurro, asiento sonriendo – eres muy buena adivinando mi reina.

-Eso es gracias a ti mi alfa – respondo guiñándole el ojo, al estar afuera nos aproximamos a correr hacia donde se encuentra el batallón de Carlota, corro con Alaska quien no deja de preguntarme muchas cosas, aún tiene dudas de mi plan pero con  gusto se las respondo.

Al llegar a donde se encuentran, frunzo el ceño al saber que la cobarde de Carlota envió a su hija en vez de ella, por una parte es mejor ya que Celeste la pondremos mantener cerca.

Me acerco a una distancia prudente donde puedo ver mejor a la chiquita, volteo a ver a Logan quien me mira varias veces pero desvía la mirada por segundo, parece que mis opiniones son ciertas. Observo todos sus olinius y licántropos, todos los conozco por razones de que yo los entrene para luego Carlota les borrara todo recuerdo de mi experiencia entrenándolos porque se habían encariñado de mí.

Y ahora aquí estamos, aunque me cueste hacerlo tendré que destruirlos, pero de algo estoy segura es que no me dejare vencer.

-¡Vaya aquí está la poderosa Susan! – exclama Celeste caminando hacia mí, sonrió de manera tosca por saber que aquí está la presumida – ahora estas en otra manada, y yo creí que éramos amigas.

-No necesito tu amistad para vivir en un infierno – le respondo con una sonrisa de lado, ella en seguida me fulmina con la mirada – mira que buena es tu madre para dejarte sola un cargo que es muy difícil de conseguir.

-Te equivocas, te conseguiré porque te fuiste sin completar el trato que teníamos – dice enojada frunciendo el ceño.

-Suficiente con dejarles un buen ejército que quitarme mis poderes – digo al saldo las manos al cielo – por eso me fui, ustedes eran las que querían des cumplir el trato.

-Claro y por ello te llevaste a mi Mark – dice señalando a Mark quien solo la fulmina con la mirada.

-Se dio cuenta que no le eras insuficiente – digo haciendo que ella se enoje más.

-¡Te matare después de que mi madre te quite tus poderes! – grita enojado volviendo a su lugar.