Capitulo XXXII: Perra en celo

SUSAN

Me dejo caer estirando mis brazos, la brisa se hace presente cuando caigo, no sé cómo le hare ya que no sé nadar, nunca pude aprender, sin embargo no me dejaría ganar por Logan.

Caigo al agua sintiendo un golpe en mi cabeza ya que caí con ella, recibiendo toda la fuerza, al caer intento nadar pero no puedo, hasta que siento que me falta el aire pero unas burbujas aparecen en frente de mi al caer un cuerpo en el agua, es Logan quien al verme se acerca nadando y me sujeta de la cintura para llevarme a la superficie, intento ayudar para que no sienta muy pesado mi cuerpo, al llegar agarro todo el aire que puedo y nos acercamos a la tierra, donde al hacerlo Logan no me suelta en ningún momento.

Me mantiene abrazada de la cintura y me tiene en su regazo, me mira con ojos preocupante, nunca lo había hecho en mí, siento una electricidad que me tiene nerviosa por sentir necesidad de besarlo, sin embargo mi impresión es más grande cuando se acerca lentamente, en un momento pensé que estaba soñando pero al sentir cuando une sus labios con los míos, me siento como gelatina.

Pensaba que sería como los besos que antes me daba, suaves y delicados sin amor, pero los ciento llenos de pasión, con desesperación al sentir que me atrae más con sus brazos alrededor de mi cintura, mientras que yo no me quedo atrás y enrollo mis manos en su cuello acariciando su cabello sedoso.

Devora mi boca con deseos que jamás pensé sentir de esta persona, ni de Mark quien su amor hacia a mi es grande pero yo no lo amo, pero sin embargo no dejare que esto siga, así que pongo mis manos en su húmedo pecho y lo detengo alejándolo.

Al hacerlo me mira inquieto, confundido mientras que yo le sonrió de manera tosca pensando en las mejores palabras para dejarlo humillado, es mi momento.

-Creo que el que se hubiera lanzado debía de haber sido tu – digo sonriendo, Logan cambia su expresión a una seria, sin decir nada se levanta haciendo que caiga al suelo en el cual me ensucio por la tierra y lo húmedo de mi ropa.

-Me voy – dice cuando se transporta dejándome sola aquí, no dejo de sonreír, me acabo de dar cuenta de lo que nunca pensé que ocurriría.

Logan está enamorado

Asi es o tal vez me equivoco, pronto lo descubriré de eso estoy segura, me levanto limpiándome lo que puedo para luego transportarme a mi cuarto, al hacerlo me introduzco a la ducha para limpiarme, dejo que el agua caiga en mi cuerpo mientras recuerdo lo que paso, me relamo los labios para luego mordérmelo.

Sonrió sin poder evitarlo al saber que me bese con Logan, sentí de nuevo sus labios pero de forma de diferente, una apasionada que dejo sin aliento, sin duda estar enamorada aun me ha hecho sufrir de muchas maneras, después de todo lo que paso aun me sigo regañándome mentalmente por saber que esa persona llamada Logan Britter aun haga un sensación única en mí.

Después de salir de la ducha indago en mi cuarto buscando que ponerme, no tengo mucho que elegir, me coloco un pantalón y una falda negra, busco una camisa de mangas largas, al colocármela cubro mi tatuaje, no quiero que nadie sepa que lloro, si lo saben, posiblemente preguntaran mi lamento y la verdad que siempre me duele recordarlo.

No la quiero olvidar, ya que es lo único que tengo pero sin embargo me lastima, por eso lloro aunque sé que eso me afectara en el futuro.

Dejo que las lágrimas caigan aunque no es de noche para hacerlo, mi deslizo en dura pared cubriéndome con mis brazos, lloro porque es lo mejor.

Solo recordar me hace sentir débil e insignificante, soy una tonta bruja, siempre me discriminare por lo sucedió pero sé que esto no es solo mi culpa, es la de Logan, si tan solo…

Sé que eso no hubiera remendado las cosas pero aun así estaba ansiosa por querer saber si de verdad tenia sentimientos hacia mí, ¡Pero el muy idiota se aprovechó! ¡Carajo como quisiera odiarlo!

En ese momento la puerta se abre pensando lo peor de que me haya descubierto alguien, pero suspiro tranquila al ver que es Alaska quien entro, se acerca a mí con ojos preocupante.

-Susan ya no sufras por favor – dice abrazándome, me rodea mientras que yo no puedo evitar llorar – no te lamentes.

-Es lo que más quisiera – digo en un hilo de voz – todo esto es mi culpa, nunca debí caer fácilmente.

-Oye lo único que puedo decir de esto que no me arrepiento que Logan estuviera contigo – dice mirándome con seriedad – te dio un hijo, uno que te ama a pesar de estos años.

-Lo sé – digo limpiando mis lágrimas – dejare de llorar, es que amo tanto hacerlo que no quiero dejarlo de hacer.

-Te comprendo pero – dice cuando me da un pañuelo – pero las brujas no lloran, debes entender las reglas.

-Ok Alaska – digo fingiendo una sonrisa – no lo hare.