ASHLYN
No podía creer lo que miraba, pero realmente era ello, aunque intente varias veces despertar no podía y sin embargo las cosas no parecían del todo bien, el ave seguía golpeando la ventana con fuerza, mi corazón palpitaba demasiado rápido, no era cardióloga pero sabía que estaba mal.
-Tranquilízate Ashlyn – digo en un susurro, volteo a ver a Hilary y parece que no escucha el gran ruido que hace este pájaro, lo miro de nuevo y juro que es una llama de fuego volando, trato de recordar lo que decía el libro, él va en busca de la persona designada, así que lo que quiere es buscar en este cuarto la elegida, será posible que sea Hilary.
En mi mente estaba el debate si… ¿Dejarlo entrar? O ¿dejarlo ahí hasta que se canse?
La segunda opción estaba mejor pero al ver a la criatura afuera me hacía sentir un poco de lastima, como se lastimaba por entrar, no sabía si quería entrar para estar en el interior de la universidad, tenía sentido, así que arme un plan.
Abría la ventana y después correría hacia la puerta para abrirle, me parecía una buena idea, así que con todos los nervios del mundo me encaminaba hacia la ventana, el ave dejo de hacer movimiento, entendía que lo dejaría entrar.
Quito la cerradura y con mis manos temblando hago fuerza para subir el vidrio, en ese instante al tenerlo ya abierto, corro con rapidez y abro la puerta, al voltear a verlo enarco una ceja confundida cuando esta ave vuela y se acerca al rostro de mi amiga quien ronca sin parar, no entiendo cómo es que no escucha el aleteo del ave.
Frunció el ceño al ver que da vueltas y parece que la analiza pero ella parece no agradarle y de repente abro los ojos como platos cuando la ave me voltea a ver a mí, sus alas de fuego se mueven con rapidez para ir a mi dirección, me quedo paralizada al ver que se acerca mi cara, en ese momento tengo la sensación de gritar de lo tan asustada que estoy, empieza a moverse haciendo lo mismo que le hizo a Hilary pero después se detiene de manera brusca y me voltea a ver, el ave no da miedo pero lo que hace sí.
-Eres tu – escucho un susurro y lo peor es que le pertenece al fénix, me mira con intensidad y de repente hizo lo que nunca espere, siento cuando se introduce en mi cargante quemándome en el interior, pongo mis manos en mi cuello queriendo arrancar el dolor pero es inevitable y siento cuando pierdo los sentidos y caigo al suelo para luego cerrar mis ojos.
**************
Siento pesar en mi cuerpo y aunque me cueste detectar lo que huelo pero lo conozco tan bien el olor a medicamento que es difícil de no conocerlo, abro los ojos con dificulta dándome cuenta de la luz que sale de la ventana, me rasco los ojos y espero que lo que acaba de pasar sea una pesadilla por culpa de ese libro que me leí, al voltear a ver a todos lados me encuentro con los ojos de mi madre.
-¿Madre? – pregunto con un hilo de voz, ella ladea la cabeza para verme, se levanta sorprendida.
-¿Te encuentras bien cariño? – Pregunta acariciando mi cabello, en sus ojos se ven preocupados - ¿Qué te paso Ashlyn?
-¿Dónde estoy? – pregunto evitando su pregunta ya que ni yo sé que me paso, miro a todos lados y no reconozco el lugar.
-En la enfermería de la Universidad – responde sonriéndome – Hilary te encontró en el suelo, se preocupó al ver que no respirabas y te trajo aquí, me llamaron diciéndome que no respirabas.
-Ya entiendo – digo suspirando aliviada – la verdad no sé lo que me paso y… ¿papá?
-Tu padre está trabajando – responde seria levantándose del asiento – ese señor no hace más que tomar y desperdiciar su dinero.
-Mamá…
-El idiota cree que las cosas se arreglaran, pero ya lo hemos decidido – dice interrumpiéndome, no me agrada que haga eso – debería estar pagando lo que me debe en vez de…
-¡Mamá basta! – Exclamo enojada fulminándola con la mirada, ella me ve sorprendida - ¿podrías por favor no decir tus problemas a tu hija que en vez de agradarle la situación del divorcio, la hiere más?
Ella me ve perpleja, su mirada la tiene perdida, sus ojos se hacen pequeños y se siente mal, no pensé decir eso pero estoy harta, apenas acabo de levantarme y ella empieza a quejarse como si fuera su psicóloga.
-Hija… yo…
-Déjalo así – digo interrumpiéndola, suspiro cansada cuando me levanto con dificultad, sigo con la misma ropa así que debo ir a mi cuarto a darme una ducha y regresar a la clase – me iré.
-No Ashlyn – dice la enfermera Cecilia al entrar al dormitorio – quédese aquí porque veré como esta de salud.
-Estoy bien – digo con rapidez – solo fue un mareo que me dejo tirada en el suelo.
-Si solo un mareo donde quedo muerta porque ni respiraba – dice seria, en ese momento se queda callada – señora Ligan se puede quedar a ver como esta su hija.
-No ella se ira – digo enojada mirando a mi madre quien me ve lastimada pero yo estoy más de lo que ella podría - ¿verdad madre?
-Si… por favor cuídemela mucho – dice cuando se pone nerviosa agarrando su cartera, me da una última mirada y se retira.
-Parece que no se lleva bien con su madre – dice sonriéndome, niego desviando el tema pues no es que le interese pero me sentía tan bien que haya venido pero cuando comienza a hablar de mi padre, hace que me colme la paciencia – bien le tomare la presión.
Luego de que la enfermera hiciera todo para ver como estaba, dijo que tal vez era estrés, típico de un enfermera cuando no hayas lo que tiene, si el estrés, como si no me gustase estudiar, amo estar trabajando.
Después de la revisión, me dijo que podía ir a recibir la clase, sin embargo primero me fui a dar una ducha y luego me cambie con rapidez agarrando los cuadernos que ocuparía, luego me encamino olvidando todo ya que sin duda fue una pesadillo y eso hizo que me levantara sonámbula y después del gran susto se me paro el corazón.
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Editado: 21.05.2020