destinados

capítulo 8

Observé a Jeremy esperando que se diera la vuelta y notara mi decepción pero no lo hizo, en ese momento Esteban se colocó de pie y me atrajo hacia él, unió sus labios con los míos pero  no puedo sentir nada más que asco y tristeza, lo empujé con fuerza pero él me agarró de las muñecas con demasiada fuerza.

—Ya te dije que eres mía —me dijo al oído.

Al escuchar eso mi cuerpo actuó por instinto y lo pateé en su parte íntima, Esteban gruñó de dolor y cayó de rodillas mientras se agarraba el lugar en donde había clavado mi rodilla.

—¡No vuelvas a decir que soy tuya! ¡No soy de nadie! —le grité alejándome de él.

—¡¿Qué esta pasando  ahí?! —gritó Megan mientras corría hacia mí.

No le dije nada y simplemente pasé por su lado golpeando su hombro alejándome de todos de todos. 

Caminaba con paso firme hasta el castillo ignorando a todos a mi alrededor, me acerqué a la biblioteca y entré, vi que no hay nadie así que cerré la puerta y subí al segundo piso, miré el sofá y me desplomé sobre el asiento completamente agotada, cerré los ojos y traté de dormir o de descansar un poco, pero antes de que pudiera sentirme relajada alguien comenzó a tocar la puerta con desesperación, bajé las escaleras y cuando llegué a la puerta apoyé mi frente sobre la madera intentando adivinar quien era.

—¿Quién es? —pregunté tratando de sonar normal.

—Alice, soy yo, por favor abre —dijo Brooke al otro lado.

abrí  la puerta sin ningún tipo de animo para dejarla pasar.

—¿Qué paso, cariño? —me preguntó ella dándome un abrazo y acariciando mi cabeza.

—Estoy confundida Brooke —confesé con dificultad.

—¿Por Esteban y Jeremy? —preguntó confundida.

Asentí con la cabeza esperando que me entendiera y al parecer lo hizo porque me mostró una perfecta y cálida sonrisa.

—¿Y cuál es el problema? —preguntó llevándome al sofá de cuero del primer piso.

—No entiendo a que juegan, Jeremy trata de mostrar interés por mí pero después está con ella como si nada y... nunca debimos invitar a Esteban, debí suponer que sería una mala idea.

—Todos los hombres son unos imbéciles excepto mi prometido, definitivamente.

Asentí con la cabeza y me levanté del sofá dispuesta a olvidar todo ese asunto, este viaje no era por mí.

—¿Y a dónde irán Xander y tú después de la boda? —le pregunté cambiando de tema.

—Tenemos pensado ir a Italia pero primero él tiene que arreglar unos negocios y nos iremos en un mes —me contestó ella con cierta emoción.

—¿Y han pensado tener hijos?

—Claro, los dos nos pusimos de acuerdo en que tendremos dos —dijo con una sonrisa.

—¿Dos? pensé que querrías más.

—¡No! Después de analizar la situación y nuestro historial familiar decidimos que dos son perfectos, si tenemos tres unos querrán competir por la atención del otro y eso no es bueno, ahora cariño vamos a relajarnos un poco en el salón de belleza y olvidar todo esto —dijo tratando de animarme. 

salimos de la biblioteca ya un poco mas calmadas y llegamos al auto donde nos estaba esperando el chofer, llegamos a una peluquería y una mujer regordeta de cabello rubio agarró el cabello de Brooke para analizarlo, la llevó un pequeño cuarto y cuando salió de ahí su cabello estaba completamente mojado, una mujer se acercó a mí hablando francés así que no le entendí nada, hice señas con las manos para indicar que me cortara las puntas y después le hiciera ondas, la mujer asintió con la cabeza y me llevó al pequeño cuarto, las luces estaban apagadas y solo varias velas rosadas iluminaban la habitación, me acosté en algo parecido a una cama y apoyé la cabeza en un lavabo.

Lavó mi cabello con jabón olor a lavanda y cuando terminó me envolvió el cabello con una toalla, salimos de ahí y tomé asiento en una silla muy cómoda, giré mi cabeza para ver a Brooke a quien le estaban haciendo ondas y un recogido adornado por flores blancas, la mujer dividió mi cabello en partes y empezó a secarlo con un secador, después pasó la plancha y por ultimo utilizó un rizador grande para hacerme las ondas, cuando terminó quedé sorprendida por como se veía mi cabello, miré a Brooke quien se veía perfecta.

—Te ves hermosa, sé que Xander quedará impresionado —la halagué dedicándole una sonrisa.

Me miró y me devolvió la sonrisa.

—Tú también luces hermosa, sé que Jeremy caerá rendido a tus pies apenas te vea y dejará a Megan para irse contigo —dijo acariciando mi cabello.

Me burlé tal fantasía y finalmente fuimos a almorzar a algún lado, llegamos al mismo restaurante de la última vez pero esta vez pedimos mariscos, dedicamos toda la tarde a hacer compras y cuando llegamos sus futuros suegros me invitaron a cenar otra vez, entré a mi habitación para vestirme con algo más formal, una falda negra ajustada, unos tacones y una camisa sencilla color blanco, no quería tampoco esforzarme mucho.

Al entrar al salón noté que Jeremy estaba ahí con la pelirroja, ella me miraba con todo el odio del mundo y a su lado estaba Esteban con su mirada fija en mí observando como tomaba asiento frente a él, solo estábamos nosotros ya que los señores Price estaban arreglando un problema que surgió en la cocina y Brooke se estaba quitando el tocado y el maquillaje junto con Xander.

—Por cierto Alice, ya te perdone por patearme —me dijo Esteban de la nada.

—Nunca te he pedido perdón por eso, te lo merecías —le contesté tomando un sorbo de agua que estaba dentro de una copa.

Jeremy soltó una suave carcajada pero dejó de reír de repente.

—Estás tomando esa actitud de nuevo, y no me gusta —dijo Esteban con una mirada fastidiosa.

—¿Qué actitud? —pregunté haciendo girar la copa en mi mano.

—¡Esa! deja esa actitud pedante conmigo Alice, probablemente después de esto volvamos.

Jeremy levantó la cabeza para mirarlo de mala manera y yo decidí molestarlo un poco.




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