A la mañana siguiente, después de asegurarme que Tyler seguía durmiendo bajé a desayunar.
Me desperté con malestar y un dolor de cabeza del infierno. Me preparé un tazón de cereales con leche. Mientras comía los cereales recordaba la noche anterior y en cómo nada más conocerle la cagué por mi pasado.
Subí a ducharme, hoy no tenía pensado salir de casa. Como el calor estaba llegando me puse unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta de manga corta blanca.
Decidí bajar al salón a ver alguna serie. La casa seguía en silencio así que antes de bajar me paré en la puerta de Tyler y escuché, tampoco se oían ruidos, entonces bajé al salón.
Mientras veía la tele me quedé dormida en consecuencia de la mala noche que pasé. Me despertó el portazo que alguien pegó al entrar. Suponía que sería Tyler, no podía ser otro.
-Tyler, ¿estás en casa?- pregunté.
-Pensaba que seguías dormida- dijo Tyler mientras bajaba las escaleras hasta situarse a mi lado.
-Me desperté temprano. No sabía que habías salido.
-Estuve haciendo unos encargos- al decirlo desvió la mirada.
-¿Encargos que te hizo Jack?- inquirí imaginándome la respuesta.
-Será mejor que no te involucres con esa gente- me advirtió él.-Ya te dije ayer que son gente peligrosa, y como ellos no saben nada de ti será mejor que no te metas.
-Al menos podrías decirme de qué se trata.- insistí. Ese chico era tan terco que no soltaba prenda.
-Eres muy pesada, ¿lo sabías?- dijo suspirando.
-Es lo que pasa cuando no me cuentas lo que está pasando- solté.
-Que paciencia hay que tener…-dijo por lo bajo para que no lo oyese.-Está bien, pero a cambio quiero algo.
-¿Qué quieres?- pregunté, esto me daba mala espina.
-Quiero que me digas quién es Jason.
Me quedé helada al escuchar su nombre. ¿Cómo sabía lo de Jason y cómo conocía su nombre?
-No conozco a ningún Jason.- dije pero me tembló la voz.
-No me mientas, ayer no parabas de decir su nombre en sueños.
-No sé lo que oíste, pero no te incumbe- dicho esto cogí las llaves de la harley y salí.
Arranqué rápido y me alejé sin rumbo fijo.
-Soy una estúpida-pensé.
Descubrí un acantilado entre las montañas, paré, bajé de la moto y me senté en la orilla.
-¿No estarás pensando en saltar, bonita?-dijo una voz detrás de mí.
Me giré y vi a un chico de unos 25 años, alto (no tanto como Tyler), rubio, con los ojos marrones y parecía musculoso. Se acercó y se sentó a mi lado.
-De momento solo miro, después ya se verá- dije dándole la espalda.
-Lo que sea que te haya pasado no puede ser tan malo-dijo el chico- Por cierto soy Ethan.
-Yo soy Artemisa-dije ignorando lo primero. Le tendí la mano.
-Es un nombre muy peculiar. ¿Esa moto es tuya?-preguntó.
-Así es, bueno, por el momento.-dije recordando a Ángel.
-Es preciosa. Será mejor que me marche, ya llego tarde. Ha sido un placer conocerte, Artemisa.
Nada más decir esto se levantó y se fue. Que chico más raro.
Después de eso se me pasó el tiempo volando. Me di cuenta de lo tarde que se había hecho cuando vi cómo se metía el sol por el horizonte. Ni siquiera había comido y no tenía nada de hambre. Me subí a la moto y regresé a casa.
Tyler
Salí de casa temprano para asegurarme de que no había nadie por los alrededores. Empezó a sonar mi teléfono, en la pantalla aparecía Jack, qué inoportuno es, pensé.
-¿Qué?- pregunté nada más descolgar
-¿Así es como saludas a tu querido amigo?-dijo Jack.
-No empieces con eso, hace mucho que dejaste de ser mi amigo. Ahora dime qué es lo que quieres.- me estaba cabreando, pero tenía que mantener la calma.
-Que impaciente. Darren ya sabe qué es lo primero que tienes que hacer.
-¿Cómo que lo primero? ¿Cuántas cosas más tengo que hacer?- pregunté.
-Todas las que hagan falta, recuerda que de ti depende si tu tío vive o muere. Sería una pena que la única persona viva que cree en ti desaparezca.- dijo riéndose. Joder, este capullo tenía razón.
-Ve al grano- me estaba cansando de esperar.
-Hemos pensado que ya es hora de que vuelvas a correr. Pero esta vez lo que ganes será para nosotros.
-Está bien- dije, no tenía otra alternativa. No podía perderle a él también.
-Te mandaré un mensaje con los datos-dijo, y acto seguido colgó.
No quería correr de nuevo, ya lo había dejado desde que ocurrió el accidente, pero no quería perder a mi tío. Si fuera necesario daría mi vida por la suya.
Después de que Artemisa saliera así de la casa me cabreé todavía más. Pero también me preocupaba. Vi el dolor en sus ojos, el sufrimiento sus recuerdos cuando la pregunté por Jason. Tenía que hacer algo para que no sufriera esta vez, porque yo sabía que iban a pasar muchas cosas hasta que soltaran a mi tío.
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Editado: 28.11.2018