Artemisa
Pude escuchar la mitad de la conversación entre Tyler y Aiden, me di cuenta de que algo no iba como esperaban y de que Aiden sabía quién era yo.
No me importó que lo supiera porque es el mejor amigo de Tyler y si él confía en Aiden yo también puedo hacerlo.
-Hay un problema, los de las carreras se han enterado de que corres esta noche, pero no saben que eres tú, Artemisa.-me dijo Tyler tranquilo.
-Y, ¿cómo lo vamos a hacer para que no me reconozcan?
Sabía que ya tenía un plan para ayudarme.
***
Narrador desconocido
Lo tenía todo controlado para desenmascarar a la chiquilla y acabar con Tyler en la carrera, mataría dos pájaros de un tiro. Pero algo no iba bien, la carrera estaba a punto de comenzar y Artemisa o la Pantera Negra no había llegado todavía, solo estaba Tyler con su grupo esperando para empezar.
Tenía la certeza de que todo iba a salir según lo previsto.
Tyler
Después de explicar a Artemisa lo que tenía que hacer me marché confiando en que nada se nos saldría del plan.
Llegué y me reuní con los chicos.
-¿Va todo bien?-preguntó Aiden.
-Sí tío, lo hemos solucionado.-le tranquilicé.
-Qué pasa, parece que Artemisa se ha cansado de ti ya.- dijo Ryan intentando picarme.
-No se encontraba bien y la he dejado en casa.-me inventé lo primero que se me ocurrió para hacerlo más creíble, aunque algún día tendrán que enterarse de quién es Artemisa.
-¿Está enferma? ¿Tiene gripe? Espera… ya sé. La has envenenado, joder tío que es buena persona no pue…- no pudo continuar porque todos estallamos en carcajadas.
-Anda, piensa un poco antes de hablar Keanu.-le dije.
-Entonces, ¿no la has envenenado?-preguntó preocupado.
-Antes de hacerla daño a ella, me lo hago yo mismo, ¿entiendes?
-Ooh así que tú y ella… ya sabes… estáis ¿liados?-dijo poco convencido haciendo gestos con las manos.
-Querido Ty-Ty, cuánto tiempo sin verte.-dijo Kathy tirándose encima de mí en cuanto me vio.
-Tyler, ya va a empezar la carrera, vamos-dijo Aiden tirando de mí hacia la moto.
-Qué pasa hermano, quedan 10 minutos no tengas prisa.
-Faltan 10 minutos y una persona por llegar.- dijo alterado.
-Lo tenemos controlado, supusimos que habría más gente de lo normal, por lo que hay más riesgo de que la vean. Ella va a venir, estoy seguro.
Artemisa
Estaba entrando por la calle que estaba junto a la Morgue, así llamaban a la calle donde se hacían las carreras, podéis suponer de dónde viene el nombre. Había mucha más gente que el otro día y mucha más de la que iba a verme en la Costa Este.
Aquí había personas con carteles y coreaban mi nombre, o más bien mi apodo. No se acercaron a mí, me temían porque era como una leyenda, aparecía de la nada y desaparecía con rapidez. Ellos sabían que la Pantera Negra había llegado porque me vestí con unos pantalones negros, una cazadora de cuero negra también y llevaba la cara tapada con una máscara negra felina. Esto último había sido idea de Tyler, yo quería maquillarme de forma en que no pudieran reconocerme, pero era demasiado arriesgado.
Estaba segura de que Jason ya se habría enterado de mi regreso a las carreras. Y eso solo significaba una cosa: problemas.
Llegué a la carrera a la crítica de su comienzo. Antes de colocarme pude ver que los chicos se encontraban en primera fila, Aiden en cuanto me vio me guiñó un ojo mostrándome apoyo. Me dirigí a la línea de salida donde ya se encontraban todos los demás. Había un hueco justo al lado de Tyler, así que me coloqué a su lado.
Tyler me hizo un asentimiento con la cabeza y yo le contesté con otro. Estábamos listos.
Todos comenzamos acelerando y saliendo disparados de la línea de salida.
Tyler y yo fuimos sacando ventaja de los demás hasta que vimos a un hombre encapuchado esperándonos subido en una moto. Llegaban los problemas.
Fue directo hacia Tyler apuntándolo con una pistola, así que aceleré y choqué contra el hombre para evitar que disparara a Tyler.
Sentí un ardor en el hombro, pero no le di importancia, sería del golpe.
El encapuchado calló al suelo y nosotros seguimos por nuestro camino.
Llegamos a la línea de meta seguidos, primero entré yo y después Tyler. Él se paró al llegar y yo continué, así lo habíamos planeado, no me podían ver.
Había echado de menos participar en las carreras, allí me sentía como en casa, una casa en la que nadie me conocía.
Pasé por las calles y el acantilado con rapidez por si a algún loco le había dado por seguirme. Estaba todo muy oscuro, solo había la iluminación escasa de las farolas.
Todavía me dolía el brazo, así que cuando llegué a casa me quité la camiseta y vi lo que realmente me pasaba y me horroricé.
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Editado: 28.11.2018