5. La fuente de cristal

Todos se acomodaron en un círculo, una costumbre de los Destinatarios para una planificación eficiente, dibujando en el centro con una vara y con Samy iluminandolos.

-El primer obstáculo para llegar a la ciudad Norte, es la criatura de la fuente de cristal, cualquier movimiento la despierta- hablo Conrrad, el hombre alto y de mirada dura.

-Pero es repelido por el cristal brillante de esta cueva, si lo usamos podríamos lidiar con el problema- se apresuró a mencionar Catalina.

-No será asi- 

-Porque?

-El cristal no emite luz por su cuenta, depende de la energía de uno de los habitantes de esta aldea. Notaste que a veces la luz de los cristales titilan constantemente?-

Al escuchar eso, Catalina recordó el momento cuando Eme la salvó.

-Su estado de salud en muy delicada y cada vez pierde fuerzas para continuar-.

Siendo así las cosas, es muy arriesgado usar los cristales como escudo, estás también eran demasiado frágiles para resistir un golpe.

-Y si usaríamos una imitación?- preguntó Catalina tras una larga pausa- Samy es un catalizador que puede cambiar la materia de sus plumas - 

Un catalizador es lo que conocen en este mundo cómo una mini fuente de energía y son los únicos que pueden compartirla con otros.

-¿Puede transformarse a cualquier materia?- pregunto el Jurgen, el hombre de bigotes largos y mirada triste.

Catalina asintió, Samy se posó entre ellos y transformó sus plumas en cristales, pero estos no brillaban como los otros.

-Lo que me temía...- dijo Conrrad- estos cristales no son solo del poder tierra, también tiene el poder estelar. ¿Tu catalizador puede emitir está energía?-

-No, solo puede cambiar a un poder a la vez-.

De nuevo se hizo una pausa silenciosa, lo que parecía la solución tenía fallas.

-Otra cosa que he sospechado es que esa criatura no está viva- dijo Esthefan.

Catalina alzó la cabeza extrañada.

-Todos ser vivo tiene necesidades y tiende a salir de su entorno, pero este monstruo no ha salido ni una sola vez- explico Esthefan

-Si no está vivo, entonces puede ser...-

-Una efigie-.

-No, eso es imposible, todo registro de su construcción fue borrado hace siglos- se alteró Catalina.

-Pero los que vivieron en esos siglos tienen conocimiento de su existencia-.

Todos en el círculo sabían de que hablaban, solo había un tipo de criatura que podría vivir tanto tiempo. 

-Los errantes- dijeron todos al unisono.

Semidioses, que solo buscan esclavizar a todas las naciones y el principal enemigo de Destinatarios. Dañan con una energía venenosa que solo los hace más fuertes a ellos y los más débiles, perecen. Y era claro que toda la Cueva de los olvidados estaba rodeada de esa energía venenosa. Enervano.

-Siendo está la situacion- dijo Jurgen, quien levantó la mirada dejando de lado su triste mirada- Seré tu escolta, Catalina, para que cruzes y cumplas la mision-

-JUR....-ambos hombres callaron su grito, la mirada decidida de su compañero, les indicaba que él era consiente del riesgo de esa decisión y Jurgen estaba decidido a encarar la muerte por el bien de todos en la cueva. Del escuadrón perdido y de los aldeanos olvidados.