Destined

Capítulo 2.- Bienvenida.

Cuando su padre estaba a punto de hablar, algunas voces comenzaron a escucharse a las afueras de la tienda en donde se encontraban, ella miró a su padre y este le dio su aprobación, sin dudarlo más, salió de la tienda a ver qué sucedía.

La gente se habría paso a cierta persona que iba entrando, un hombre que ella desconocía en su totalidad, le pareció extraño, puesto que ella conocía a toda la gente.

 

-Regresó... -Escuchó.

 

Cuando volteo pudo ver a su padre cómo observaba a aquel hombre, ella lo miró con confusión, para luego concentrarse en aquel joven.

"¿Quién eres tú?"
 


 


 


 

Aquel hombre que escondía su cara bajo una capucha le era imposible de reconocer, lo observó hasta que esté dio vuelta y ya no pudo divisarlo más, casi de inmediato su mirada fue dirigida a su padre, ella lo observó de manera que entendiera las miles de preguntas que deseaba fueran respondidas a lo que él indico que volviera a entrar.
 


 

-Padre, ¿Quién era él? -Preguntó con intriga mientras volvía a tomar asiento.
 


 

Su padre lo analizó un momento antes de poder contestarle, no estaba seguro de cómo debía explicarle a su hija quién era aquella persona la cual desconocía por completo.
 


 

-¿Padre? -Insistió. -¿Por qué razón la gente se ha apartado de esa manera y se le han quedado mirando cómo si fuera un soldado que regreso de la guerra?
 


 

Por más que intentara contener su intriga, algo la obligaba, algo llamaba a que se preguntara por aquel individuo el cual claramente pudo notar que se trataba de un hombre, después de haber escuchado unos cuantos murmullos de la gente.
 


 

-Es mejor que algo así no lo sepas por el momento, querida. -Por fin habló aquel hombre que estaba frente a ella.
 


 

Él sabía el "riesgo" que podría ocasionarle el hecho de que le ocultarse ciertas cosas, ella era una persona muy curiosa y a pesar de que lo negara no podía deshacerse de algo así tan fácilmente, ella estaba apunto de hablar, pero una persona de fuera entro y la interrumpió.
 


 

-Líder, hay cierto asunto que las personas del consejo quieren discutir ahora que regresó... -Una mirada fulminante de su padre a aquel sujeto le cerró la boca. Ella lo observó con cierto enojo.
-Está bien, voy en camino.
 


 

Dicho aquello el joven se retiró dejando a nuestra protagonista y su antecesor solos nuevamente. Por un momento hubo un silencio bastante abrumador, hasta que ella escucho hablar a la única familia que tenía.
 


 

-Hija... -Ella volteo a él, prestándole atención. -Ya escuchaste que tengo que irme, por favor, no cometas ningún acto tonto.
 


 

Ella abrió los ojos como platos, era cómo si su padre hubiera leído sus pensamientos, aunque con molestia no le quedó más que aceptarlo y prometerle que no haría nada, lamentablemente -y en ese momento- para ella una promesa debía cumplirse a costa de todo.
El hombre se levantó y se retiró dejándolo a una chica con miles de preguntas en su cabeza, intrigada y curiosa por saber más, pero molesta por haber tenido que prometer algo que no le apetecía cumplir.
 


 


 


 

Después de aquella conversación extraña con su padre, aquella chica optó por ir a su lago favorito, uno que estaba fuera del pueblo dentro del bosque, más no muy lejos cómo para estar en peligro o perderse, a pesar de que su padre le había prohibido anteriormente el salir sin ninguna protección del pueblo, no le prestó atención, cuando ella estaba ahí se podía relajar y liberarse de todos los problemas que tenía y que le esperaban, olvidaba sus estudios, sus entrenamientos e incluso las preguntas que se guardaba diariamente, todo su estrés diario lo dejaba en aquel lago rodeado de arbustos y flores.
 


 

Pero esta vez, por más que intentara olvidar a aquel hombre el cual no fue capaz ni de verle el rostro ya que traía una mascarilla que muy apenas dejaba a vista sus ojos, no podía. Por más que pensara en otra cosa o se centrará en hacer algo, no podía olvidar esa mirada penetrante que lo único que hizo fue ver su camino sin voltear a ningún otro lado.
 


 

-Siento conocerlo... -Murmuró por lo bajo.
 


 

Dicho aquello se levantó de la roca en conde estaba sentada y tomo dirección al pueblo nuevamente, y así transcurrió el resto de su día, sin poder deshacerse de la idea que tenía en la cabeza, hasta que por fin pudo dormir.
 


 


 


 

Una chica se movía de un lado a otro, perdida en sus pensamientos, había pasado una buena noche pero en cuanto despertó lo único que hizo fue recordar lo que ayer la atormentaba tanto, no podía aguantar tal curiosidad.
Frente a ella se encontraba Eithan el cual la miraba de un lado a otro, hasta que se cansó y decidió preguntar.
 


 

-¿Que es lo que te tiene tan inquieta? -Preguntó aquel joven con intriga.
 


 

Aquella se sorprendió de su pregunta, por un momento había olvidado que él estaba frente a ella y lo único que había hecho todo ese tiempo era caminar de un lado a otro, lo miro por un momento y se acercó a él casi corriendo.
 


 

-Eithan, tú eres mi amigo, puedo confiar en ti ¿No es así? -Dijo mientras lo tomaba de las manos, mirándolo directamente a los ojos.
 


 

Aquel chico se sorprendió, por un momento vio cómo le tomaba las manos, volteó a verla y lo único que hizo fue asentir aunque un poco confundido pues no sabía lo que la contraria estaba a punto de decir.
 



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En el texto hay: tragedia, romance

Editado: 18.02.2019

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