Tiempo después me comuniqué con Alisha y le dije que me encontraba en la ciudad.
Decidímos encontrarnos en el parque para charlar.
- ¡Lila! ¡Estoy muy feliz de verte! - dijo abrazándome fuertemente.
- Yo también, ¿cómo has estado?
- Muy bien, este año curso el último grado en secundaria.
- ¿Cómo te está yendo?
- Bien, aunque no todo está escrito. ¿Tú empiezas la universidad?
- El mes que viene debería empezar, pero decidí tomarme un año libre.
- Está bien. Si no estás segura de que quieres hacer, es mejor así.
- Eso mismo pienso... Pero dime... ¿cómo está tu familia?
- Están bien. Deberías ir a casa algún día, mi madre se pondrá feliz de verte.
- Me encantaría ir.
- ¿Qué te parece la semana que viene?
- Me parece estupendo, dime que día, tomo un bus y voy.
- No es necesario. Te iré a buscar en el carro con mi padre.
- Está bien. ¿Sabes dónde vive mi tía?
- Sí, lo sé.
- De acuerdo. Entonces nos vemos el sábado a las tres. ¿Te parece?
- Sí, nos vemos a esa hora.
Regresé a casa y tía Indira preparaba la cena, junto con Denali. La tarde se me había pasado volando.
- ¿Cómo te fue con Alisha?
- Bien tía, me invitó el sábado que viene para ir a su casa. Acepté ir, me pasará a buscar con su padre a las tres.
- Me quedo más tranquila que vengan a buscarte, la zona donde viven es peligrosa.
- Yo no lo creo así, madre - comentó Denali -. No todos son malos, hay gente de buen status en esa zona, como la familia de Alisha; por ejemplo.
- Puede ser. Pero hay muchos delicuentes y mucho de ellos protegen a la mafia. Por ejemplo: el hermano de Ranjit, tu comprometido.
- ¡Madre! ¡No digas tonterías! Tal vez Ram fue un criminal en el pasado, pero no creo que haya trabajado en la mafia. Además, ahora ha cambiado, junto con Ranjit manejan el negocio familiar.
- ¿Ram?
- Sí, Ramveesh Basu. ¿Te resulta familar?
- Denali - comentó Indira -. De que forma ella va a conocer al chico, si recién llega a la ciudad.
- Conocí de casualidad a un tal Ramveesh la otra vez en la feria, pero no sé si es el mismo.
- Creo que solo hay uno en la ciudad y ese, es él - comentó Denali -. ¿Cómo lo conociste?
- La feria estaba llena de personas, salí del borbollón como pude y al hacerlo, me lo llevé puesto. El pobre quedó en el suelo y tuve que ayudarlo a levantarse.
- ¡Qué manera tan extraña de conocer gente! - dijo riendóse con ganas.
- De mí puedes esperar cualquier cosa - respondí sonriendo.
- De todas formas no es conveniente que entables una amistad con él.
- Tranquila tía solo lo conocí de casualidad.