Julie
Llegamos al aula y sentí como las náuseas aumentaban. Estar rodeada de más personas no ayudaba para nada.
-¿Estás bien?- preguntó Sebastian.
-Sí, por supuesto- dije fingiendo una sonrisa.
Tocó la puerta y la abrió, un profesor joven como de unos 30 años impartía su clase.
-Hola, Sebastian, ¿ella es la alumna nueva?- asintió –Es un gusto tenerte aquí-
-Gracias- respondí.
-Puedes sentarte en el lugar vacío- señaló y voltee a ver.
Bendita suerte la mía. Con una sonrisa arrogante estaba el tipo de la entrada. Me acerqué y me senté.
-No tuve el honor de presentarme, soy Adonis- dijo.
-Creo que mi nombre ya lo sabes- respondí.
-Eso no es lo que normalmente me dicen-
-¿Y qué te dicen?- cuestioné.
-Tú nombre es realmente perfecto para ti- reí.
-¿Quieren conocer algo de la señorita Martin?- preguntó el profesor.
-Sí- respondieron la mayoría.
-¿Puede ponerse de pie?- me levanté de mi asiento.
-Mi nombre es Juliet, pero pueden decirme Julie- y guardé silencio.
-¿Qué te gusta hacer?- preguntó el profesor.
-No creo que importe mucho, lo que me agrada o no- respondí.
-Comencemos la clase- dijo. Y agradecí enormemente eso.
Me senté de nuevo y comencé a escuchar la clase. Después de varias horas, por fin sería la hora del almuerzo. Guardé mis cosas en mi mochila y comencé a caminar a la cafetería. Escuché unos pasos dirigidos hasta donde me encontraba y voltee. Era Adonis.
-¿Puedo desayunar contigo?- mordí mi labio.
-No luces como la persona que necesita desayunar con la nueva porque no hay otro sitio- respondí.
-Sí, pero me aburrí de mis antiguos compañeros de mesa- dijo despreocupado.
-Está bien- sonreí.
Comenzamos a caminar y después de escoger la comida, comencé a buscar una mesa sola. Lamentablemente en el centro de la cafetería se encuentra Kira abrazada de un hombre bastante parecido a Sebastian, pero supongo que es William, de quien hablaba Adonis. Al lado de él está Sebastian quien lanza una mirada no aprobatoria a mi lado, donde se encuentra el Adonis. Y también está una muchacha, que no deja de observarme. Después de este desafortunado momento, continúo buscando un lugar vacío. Cuando lo encuentro comienzo a caminar hasta él. Sin embargo, una voz me detiene.
-¡Juliet! ¡Aquí hay lugar para ustedes!- dice Kira.
Ignoro su sugerencia y me siento en la mesa vacía, que estaba hasta el fondo. Dejo mi almuerzo y llega Adonis.
-¿Qué sucedió entre Kira y tú?- preguntó.
-Nada. Simplemente ya no nos conocemos y ella se niega a hacerme caso- dije.
-Ella puede ser un poco intensa- sonreí.
-¿Un poco?-
-Está bien, muy intensa. Pero según lo que ha hablado de ti, ella te aprecia mucho- y yo a ella, pensé.
-¿Vamos a seguir hablando de Kira o vamos a desayunar?- cuestiono observándolo fijamente.
-Está bien. Creo que le gustaste a Sebastian- dijo sorprendiéndome.
-No lo creo. A menos que le guste que lo llamen engreído- sentí un leve rubor en mis mejillas, pero me concentré en otra cosa.
-Sinceramente, Sebastian es muy raro. Pero yo estoy disponible- dijo guiñándome el ojo.
-Come, por favor- respondí riéndome.
-Si en este momento volteas hacia la mesa de allá y Sebastian te está observando y a mí me intenta matar con la mirada, te vestirás todo lo que queda de esta semana con ropa más colorida- pensé en lo que dijo, me gustan las apuestas.
-Hecho- respondí.
Voltee hacia la mesa del centro. Y vi exactamente lo que me dijo Adonis. Me arrepentí de aceptar, pero siempre cumplo con mis promesas.
-Ya quiero verte- dijo riendo.
-Adonis, ¿quién es esa chica?- dije observando aún aquella mesa.
-Es una amiga, Caroline, ¿por qué?- respondió.
-No le caigo bien, ¿cierto?- regresé mi mirada hasta él.
-Ella es así. No confía en las personas, pero pronto se dará cuenta que eres alguien en quien se puede confiar- había otro motivo, estaba segura de eso. Y ese motivo era Adonis.
Me levanté de mi lugar y llevé mi bandeja. Revisé mi horario y regresé al aula. Por suerte Adonis se había quedado discutiendo con William y yo podría disfrutar un momento a solas. No puedes hacer amigos. Repetí muchas veces mientras llegaba al salón. Me senté en la butaca y comencé a pensar en eso. No había visto a Adonis en mis sueños, así que tal vez pueda hablar con él. ¿Y si era cierto lo que dijo Adonis? ¿Y si le gusté a Sebastian? No puedo mudarme de nuevo. Se lo prometí a mi tía. No puedo estar cerca de alguien o morirá. Es mi destino estar sola y ya debería de estar acostumbrada. No puedo permitir que alguien más termine lastimado. No puedo permitirme estar con alguien. No es justo. Me levanté y observé por la ventana. Debería de estar en mi casa esa noche. Debería de a ver pasado los últimos momentos de mis padres a su lado. Debí de estar con ellos esa noche. Tal vez así no habrían muerto tantas personas. Tal vez sería lo mejor. Sentí una mano en mi hombro.