Elián soltó un suspiro en cuanto miro salir a Anzu; Espero unos minutos y se acercó a la recepción con pasos lentos.
-Al parecer ya no queda casi nadie en el lugar –dijo Elián mientras se acercaba a ellos dando una intensa mirada cargada de frialdad a Noelia.
-Elián, ¿estás seguro? Parecía que el grupo de chicos que salieron hace un momento eran las últimas personas del lugar –sonrío Noelia. Elián rodó sus ojos y mordió levemente su labio inferior conteniéndose de decir algo inapropiado.
–Kilian, necesito la agenda de recepciones por un momento -ordenó mientras estiraba su mano hacia él.
Kilian alzó su mirada hacia Elián y luego la bajó observando los libros que traía en su mano, para luego fruncir su ceño -¿Por qué la quieres?
-Las explicaciones no son necesarias en este momento -pasó rápidamente su mirada a Noelia y luego a él.
Kilian miró a Noelia que parecía confundida, luego soltó un bufido y pasó la agenda a Elián, el cual, anotó con agilidad algunas palabras y volvió a pasar la agenda a él.
-Gracias –su voz sonaba distante, y su mirada le expresaba enojo. Elián dio una última mirada a Noelia antes de dirigirse a la salida.
-¿Pasa algo? –preguntó Noelia, sus palabras sonaban con un tono de preocupación.
Kilian ignoró su pregunta y abrió la agenda que estaba en la mesa, visualizando el nombre de Anzu en él. Kilian chasqueó la lengua y luego alzó sus codos en la mesa juntando sus manos para luego apoyar su barbilla en estas.
-Es hora de que vayas a casa, no quiero que llegues tarde –sugirió Kilian, Noelia asintió lentamente; ella sentía que existía un gran vacío entre los dos, por lo evasivo que era a veces Kilian; Noelia tomó sus cosas y se paró de su aiento.
-Nos vemos mañana –sonrío ella, Kilian asintió.
En cuanto Noelia está a unos pasos de la salida, Elián entró; dejándola, cortésmente, salir, pero se despidió de ella con su manera fría y distante, para luego seguir su camino; en cuando pasó por recepción, Kilian lo detuvo.
-¿Por qué lo hiciste? –pregunto desde su asiento, Elián detuvo sus pasos y alzó sus cejas confundido.
-Anzu conoce a Noelia. Ella se sintió incomoda al verla aquí –respondió Elián.
Kilian soltó un suspiro bajando su intensa mirada –Ya veo. Nuestro trabajo aún no ha terminado –dijo evitando discutir con él.
-Así es, los arcángeles estaba esperando por nosotros –comentó Elián, para luego desaparecer.
. . .
Un chico de estatura promedio, delgado, de cabello lacio y algo largo, que lo tenía pintado marrón, bajaba a toda prisa por las escaleras que daban a la biblioteca privada de ese enorme lugar, frunció su respingada nariz y apretó sus manos cuando recordó haber dejado sus llaves encima de la mesa de la sala. Volvió y se acercó a la mesa; buscó en medio de los papeles, de repente hizo una mueca con sus delgados labios cuando dejó caer algunos papeles al suelo, pero la expresión de su cara alargada cambio cuando sus ojos rasgados de orbes azabaches, que los adornaban unas pestañas cortas y abundantes, observaron una postal que cayó a sus pies, la cual tenía prensadas algunas palabras que llamaron su atención.
<<BIBLIOTECA GRIM REAPER.
Solicitud de intercambio.
Shin Elián. >>
Frunció levemente sus cejas rectas y luego alzó del suelo la postal junto con sus llaves, que habían caído junto con los papeles, para enseguida guardarlas en su bolso y dirigirse a la salida.
. . .
Alice le daba vueltas a su popote en el vaso de limonada, mientras observaba con atención a Anzu, quien estaba frente suyo, leyendo algunos libros mientras escribía en su agenda.
-Todo el día has estado leyendo libros –comentó Alice antes de darle un sorbo a su limonada.
-El ensayo se entrega mañana en la mañana –respondió mientras volvía a anotar información importante en su libreta.
Alice dejó un lado su limonada y apoyó su barbilla en su mano para luego posar su mirada triste en la cancha de fútbol. Anzu alzó su mirada y al notar esa expresión en la cara de su amiga dejó de escribir.
-¿Qué sucede? -Alice la miró y luego soltó un pesado suspiro.
-Mateus ha estado actuando extraño últimamente, no sé qué sucede con él -ella frunció su ceño, bajo su mirada y luego la volvió subir.
-¿A qué te refieres con extraño? –preguntó con un tono gélido.
-Recuerdas que te pedí acompañarme a aquella cafetería -ella asintió -Bueno, hay una historia detrás de ello y se trata de la hermana de Mateus.
-¿Que tiene que ver la hermana perdida de Mateus con esa cafetería? -frunció su ceño.
-Estoy segura que ella trabaja ahí, y aún mejor, ella estudia aquí –sus ojos brillaban de la emoción, pero se apagaron enseguida -pero Mateus no quiere saber nada de ella. Solo quiero que él no se sienta tan solo.
-No sería nada extraño que él le guardara rencor -hizo una mueca.