Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

XIII.

A mediodía, la cafetería estaba poco concurrida, una pareja de ancianos y ella, eran los únicos el lugar. En su cabeza llevaba una bufanda y sus ojos estaban ocultos tras unas gafas oscuras, los cuales no dejaban de observar a las afueras de la cafetería.

-Aquí está su vaso con leche y galletas -dijo Nía, colocando el pedido sobre su mesa.

-Gracias -achino sus ojos mirando la placa con su nombre -¿Merelyn? ¿Te llamas Merelyn? -se sorprendió. Nía le dio una mirada cargada de duda y asintió.

-Necesita algo más, señorita.

-Ah, tal vez…

-Oye, tu -un chico de tez morena, que salió de la cocina, la interrumpió -necesito ayuda en la cocina.

Nía rodó sus ojos al escuchar la voz de Félix a su espalda y soltó un bufido -Lo siento, volveré enseguida -se marchó.

Alice sacó la agenda que traía en su bolso y un bolígrafo -Trabaja en la Cafetería Fallen Ángel. Su nombre es Merelyn -anotó en la agenda y volvió a releer lo que tenía.

Su estatura, su color de ojos, la forma de su rostro, su contextura, su cabello, su ocupación y dos nombres.

-¿Nía? o ¿Merelyn? -susurro.

-No tienes trabajo que hacer -la chica salió con su ceño fruncido seguida por el chico de tez morena.

-Lo tengo. Pero hacer pasteles es divertido -sonrió.

-Félix, tengo trabajo que hacer -dijo entre dientes.

-Nía, Nía, mi querida Nía -negó levemente -no me iré hasta conseguir información de aquello.

Alice dejó de escuchar su discusión cuando Félix mencionó el verdadero nombre de la chica -Así que ese es su nombre -susurro mientras borraba el nombre recién escrito y subrayo el nombre de Nía.

Félix bajo sus gafas y observó a la chica que leía con atención su agenda. Una leve sonrisa apareció en sus labios.

-¿Humana o demonio? -Aspiró con fuerza y luego exhaló con lentitud -Humana -sonrió, pero se borró enseguida, y meneó su cabeza indeciso.

-¿Cuándo dejaras de mirarla? -Nía tenía su ceño fruncido mientras sus brazos estaban cruzados en su pecho. Félix pasó su mirada a ella, sonrió levemente y negó con su cabeza.

-Tal vez deba mirar más de cerca -hablo con un tono seductor.

-Oye -lo tomó de la mano, Félix alzó una de sus cejas. Nía dio una rápida mirada a Alice y soltó un bufido -está bien. Te diré lo que sé.

Félix chasqueó su lengua y guiño un ojo -te espero adentro -se dirigió a la cocina.

Nía lo miró marcharse y luego volvió su mirada a Alice -Así que te gustan las rubias -frunció su ceño -Ya veremos si cambias de opinión -se dirigió a la cocina.

. . .

Anzu llegó a Brick Lane en horas de la tarde, cerca del anochecer. Camino con pasos lentos por la calle, todo el día había tenido su mente en lo pasado la anterior noche, hasta había dudado en volver a Brick Lane, pero ahí estaba, sintiéndose presa de su propia voluntad.

-Bienvenida a la biblioteca Shin –saludo amablemente una mujer joven que se encontraba en recepción -Los libros en venta están a la derecha, los libros de alquiler están a la izquierda. El área de lectura está en el centro -sonrió.

-En realidad he venido a ver al señor Elián.

- ¿El señor Elián? –pregunto sorprendida.

-Anzu, llegaste –se escuchó a Elián a espaldas de Anzu –Mabí, ¿estas empacando ya? –se sorprendió, ella asintió.

-Pedí salir temprano –respondió tomando su bolso –nos vemos mañana, tengan buena noche -se despidió saliendo por la puerta principal.

Elián soltó un bufido, para luego tomar el lugar de Mabí en la recepción -¿Puedes esperar un poco? Como verás, tendré que tomar el lugar de Mabí.

-Está bien, iré por un libro –respondió Anzu, para luego ir al primer cubículo de la biblioteca.

Anzu tomó el primer libro que llamó su atención y se sentó en la mesa más cercana; ella se sentía intranquila, quería pensar en la probabilidad de que aquel chico no lo encontraría ahí, pero era una locura, era la probabilidad más alta que tenía. Cuando pasó la cuarta hoja del libro, unas manos grandes y fuertes golpearon la mesa en la se encontraba, ella se sorprendió, tomando con fuerza el libro, para luego alzar su mirada lentamente, encontrándose con los ojos azul marino de aquel hombre que no había querido ver; él alzó sus cejas en forma de saludo. Anzu bajó rápidamente su mirada de vuelta al libro, sintiendo su cuerpo temblar.

Siwon tomó la silla de enfrente de Anzu y se sentó sin perder ni un segundo su vista de ella –así que, ahora si hablaras, ¿verdad? –hablo con un tono gélido.

Anzu ignoró al chico, alzando un poco el libro a su rostro. Él soltó un bufido

-Estoy siendo amable –gruño.

Anzu soltó un suspiro y cerró el libro para posar sus ojos marrones en él –no tengo nada de qué hablar con un extraño –comentó Anzu –y mucho menos si no es humano –susurro lo último.

Él frunció el ceño y se acercó sigilosamente a Anzu -¿humano? Entonces, ¿Qué soy?



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En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

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