Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

XX.

Habían pasado varias semanas donde la cena de esa noche rondaba en su cabeza. La explicación de Anzu no era lo que le había molestado, más bien estaba confundido. << ¿Que pasaría con ellos? ¿Qué pasaría con su hermano y él? ¿Elián en verdad se irá? ¿Acaso hicieron mal en llamarlos “padres”? o incluso, ¿estuvo mal interpretar que eran una familia? >> -todas esas preguntas que se había hecho lo inquietaban y por alguna razón pensaba que las respuesta las tendría en Kilian. Jano tomó la manija de la puerta y entró a la oficina de administración, observó alrededor de está observando a Kilian de espaldas tras su escritorio y encima de este estaba un ramo de lirios, lo que hizo fruncir levemente su ceño y olvido por completo cuál era su motivo ahí.

-¿Qué pretendes? -soltó de repente a espaldas de Kilian, quien se giró al momento en que escuchó su voz. Por alguna razón, ver lirios en manos de Kilian le traía un mal presentimiento.

-Jano -se sorprendió al verlo parado dentro de su oficina -¿cómo estás? -sonrió Kilian amablemente.

-Responde –dijo con un tono gélido.

Kilian bajo su mirada al ramo de lirios, para luego volver su mirada a Jano –Son para Elián –respondió sin más.

-¿Qué pretendes? -volvió a repetir su pregunta.

Kilian soltó un suspiro, algo molesto -¿De qué hablas?

-Hiciste lo mismo en el pasado, le diste regalos y flores a papá, para finalmente decirle que tenías una novia y que posiblemente se casarían –dijo con cierto enojo.

-Las cosas no fueron así, no es lo tu crees. Eso no es lo que realmente pasó –intento sonar convincente, pero para los oídos de Jano no sonaba nada convincente.

-Mentira, eres un mentiroso –hizo una pausa y tomó un respiro calmando su furia – ¿Estás saliendo con alguien? Dile ¿Te vas a casar? Dile, sé directo, pero deja de comprar cosas, como si intentaras confesar algo malo y que con insignificantes regalos te van a perdonar.

-¡Claro! Soy el malo de la familia -dijo con sarcasmo, pero con un dolor en el pecho que lo carcomía.

Jano soltó una sonrisa sarcástica  -¿Familia? Escucha muy bien tus palabras. Tú no eres parte de nuestra familia, tú mismo lo dijiste.

Kilian trago duro, sintiendo sus palabras como una puñalada en el corazón. Jano nunca había sido tan directo como lo está siendo ahora, y sus palabras lo herían y mucho.

-Se irá –retomo, sorprendiendo a Kilian –papá está  decidido. Nos hará elegir a Joel y a mí, si quedarnos o irnos con él –por un momento a la oficina la invadió el silencio. Jano miraba directamente a Kilian, esperando alguna expresión en él, después de mentirle, él quería que sus palabras en verdad fueran una mentira; en realidad Jano no sabía con exactitud cuál era la verdadera decisión de Elián, aun. Jano apretó sus dientes cuando observó a Kilian mirar un punto vacío, sin expresión en su rostro, intentando procesar la información – ¿Te importa? No ¿verdad?

Kilian no respondió, seguía en su mundo, el mundo que se derrumbaba dentro de sí, en el que se preguntaba si soltar sus últimas cartas o dejarse vencer y perderlo todo.

-¡Ja! Era obvio –exclamó. -¿Por qué juegas con los sentimientos de papá? -dijo entre dientes -¿Acaso no tienes corazón?

-Basta, Jano –interrumpió Joel, quien acaba de entrar a la oficina –deja a papá en paz -y esa palabra “papá” que salió de la boca de su hermano gemelo, refiriéndose a Kilian, lo sorprendió demasiado.

-¿Qué has dicho? ¡¿Estás bromeando?! -soltó una sonrisa burlona.

-El hecho de cometer un error en el pasado, no significa que debas tacharlo para toda su vida por ello, y mucho menos cuando ha estado intentando enmendarlo de la mejor manera –respondió Joel con un tono gélido –sal que aquí, hay que hablar –ordenó.

Jano soltó un bufido, para luego mirar a Kilian, reflejando en su mirada dolor y odio, negó levemente con su cabeza y luego salió de la oficina, Joel dio una rápida mirada a Kilian, quien tenía una mirada triste y apagada, para luego ir tras Jano.

Después de unos minutos de que los gemelos salieran del lugar, Kilian se tumbó en su asiento, sintiendo una pesadez en su cuerpo, se sentía lástima, no quería rendirse, pero cada vez le parecía más complicado dar un paso adelante. Kilian soltó un suspiro, se levantó de su asiento, con su rostro cabizbajo, tomó el ramo de lirios y fue hasta la salida.

En cuanto cerró la puerta tras suyo, escuchó la voz de Elián llamarlo, y en un acto de reflejo, escondió el ramo de lirios tras suyo.

-Kilian, los arcángeles pidieron reunirnos mañana a media noche –comentó Elián acercándose a él, pero se sorprendió al ver su triste expresión -¿Pasa algo? -preguntó con cierta preocupación en sus palabras.

Él fingió una sonrisa y negó enseguida.

-No mientas, te conozco desde hace mucho tiempo, algo pasa –insistió.

-Son para ti –dijo estirando el ramo de lirios que había escondido.

Elián frunció levemente su ceño, tomando los lirios con desconfianza; Kilian quería evadir su pregunta, y él, que nunca se quedaba con la duda, siempre sacaba lo que les molestara a cualquiera de los tres.

-¿Está todo bien con Noelia? ¿Discutieron? -pregunto, y aunque el tema de Noelia le molestaba, no podía ver a Kilian de esa forma. Pero él se lo volvió a negar.



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En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

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