Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

XXIV.

Nia salió de una de las tantas iglesias que había en Westminster, encontrándose con Felix en la salida de esta, con unas gafas de sol y con un semblante relajado. 

-No pierdes la costumbre –sonrió, llamando la atención de Nia, mientras se posiciona enfrente de ella y baja sus gafas. 

-No tengo el porqué –respondió cortante, cruzando sus brazos frente a su pecho. 

-Pensé que, desde que te dedicas a robar almas de los que antes protegías, te cambiaría un poco –hizo una mueca, pensativo, mientras ella fruncía su ceño. 

-Solo hago algo que me parece justo y también ayudo a tu raza -gruño.

-¿Justo? -soltó una carcajada, haciendo que ella frunciera aún más su ceño -no es justo lo que haces. Esas almas robadas pudieron reencarnar.

-No juzgues a los que… -dejo de hablar en cuanto su mirada se chocó con una silueta bastante conocida para ella, al otro lado de la calle -no puede ser verdad -susurro entre dientes.

Nia hizo puños sus manos, dispuesta a enfrentar a quien había reconocido a simple vista, pero Felix la detuvo, agarrando el brazo de ella, no entendiendo el porqué de su cambio repentino pero sabía que su reacción no llevaría a nada bueno.

-Cálmate -dijo al notar la expresión furiosa de Nia, para luego mirar a la dirección que los ojos de Nia recorrian y sonrió al mirar el punto que ella miraba con furia -Ena Brown. La Shinigami por la cual te desterraron de Kepler, ¿verdad?

Nia se soltó del agarre de Felix con brusquedad, al ver como Ena desaparecía en un viejo Mustang conducido por un demonio.

-Pensé que estaba en Call Hill, ¿por qué la dejaron libre? -frunció levemente su ceño.

-No lo sé, pero lo averiguaré -gruño furiosa.

Ella se alejó de Felix para ir por un taxi, y en cuanto lo consiguió se subió a este con rapidez, pero alguien se le adelantó y se subió al puesto delantero del taxi, dejándola aún más furiosa al ver quien se había  sentado ahí.

-Brick Lane, por favor -dijo Felix al taxista, mientras Nia se cruzaba de brazos en la parte trasera.

Nia camino hasta el cubículo siete con los pasos pesados de Félix siguiéndole en su camino; ella paró sus pasos a unos cuantos pasos del cubículo siete y se giró a él.

-¿Por qué me has seguido? -interrogó.

Él alzó una de sus cejas, mirando a Nia -quieres saber porque Ena está libre, ¿verdad? Pues yo también. -él agitó su mano para que ella continuara su camino.

Nia soltó un bufido, se dio media vuelta y continuó con su camino para finalmente entrar al cubículo, encontrando a Zaid, sentado, leyendo algún montón de papeles. Ella carraspeó, llamando su atención.

Zaid alzó su mirada encontrándose con Felix y Nia, se paró de golpe de su asiento con su ceño fruncido -¿Que hace un commons aquí? -interrogó enseguida.

Felix se quedó en su lugar con su semblante relajado y sin una pizca de miedo, mientras Zaid se acercaba con pasos peligrosos a él a lanzar su primer golpe, pero Nia se colocó en medio de los dos, interrumpiendolo con sus palabras.

-¿Por qué Ena no está en Cane Hill? prometieron enterrarla para siempre -intentó escucharse, no muy molesta.

-¡¿Qué?! -exclamó sorprendido, colocando su atención en ella, olvidándose por un momento de Felix.

-Lo que escuchaste -gruño Nia, frunciendo su ceño.

-Imposible, ella está en Cane Hill, no he recibido reporte alguno sobre eso -se alejo hasta a la mesa, negando varias veces.

-Acabo de verla en Westminster junto con un demonio. Explica eso.

Zaid empezó a rodear la mesa con pasos lentos, desconcertado y luego alzó su mirada encontrándose con Felix, volviendo a fruncir su ceño -saca a ese Vampiro de aquí -gruño.

-No me iré -habló por fin, con un tono tranquilo.

-Te dije que lo sacaras -le repitió a Nia, quien también tenía su ceño fruncido.

-Se lo que planeas -Felix empezó un recorrido lento por los estantes de libros, tomando uno que otro libro para ojearlos rápidamente -recibo órdenes de Agar no de Neron, y Agar sigue órdenes de las soberanas.

Zaid lo miró con desconfianza y desde el otro lado de la mesa lo juzgo con su mirada -No se de que hablas, tus palabras suenan a las de un fanfarrón -Felix dejo de mirar los libros y pasó su mirada a Zaid, se sacó sus gafas y sonrió.

-Zaid, sabes perfectamente de qué hablo, acaso crees que soy estupido. Tu y tu equipo han vigilado Draugr de cerca por varios años, conocen cada movimiento de Neron y de mi familia, sabes perfectamente que mi hermano tomaría el mando en caso de que Neron fuera herido, pero dejame decirte algo, yo he permitido que ustedes tengan su trabajo facil y aun mas, yo los guíe intencionalmente hasta Daenus para que conocieran a las soberanas. Así que no me vengas con estupideces -soltó un bufido.

- ¿Acaso puedo confiar en tus palabras? -gruño.

-Esta en ti creer en mis palabras -hizo una pausa y paso su mirada a Nia, quien los miraba confundida -Kristen espera tu visita, al norte de Osiris, donde el desierto empieza y donde a unos kilómetros, en el cielo, reina Kepler -Felix tomó la mano de Nia, y salieron de ahí, sin espera de una respuesta.



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En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

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