¿destino o casualidad?

3. El universo conspiró para abrazarlos.

 

Con el corazón acelerado y un nudo de miedo en el estómago, se abalanza sobre la chica sacándola del camino del carro, que si se dio cuenta que estuvo a punto de atropellar a alguien no le importó. Con el cuerpo dolorido suelta la respiración que no sabía que contenía.
 


Ella se encuentra con los ojos cerrados y no tiene ni idea de lo que acaba de pasar. Siente unos brazos a su alrededor y se da cuenta que también abraza a quién sea la persona que se encuentra bajo su cuerpo. La verdad es que no le viene nada mal que le proporcionen afecto.

—¿Estás bien? —pregunta el chico quitándosela de encima. Es bastante pesada, claro que no pensaba decírselo, ya sentía suficiente dolor como para recibir una bofetada.

Confusa y enojada se pone de pie.

—¡¿Estás loco?! ¡Te lanzaste sobre mí!

Él la observa con los ojos entrecerrados arrepintiéndose de su momento de súper héroe. Irritado por su actitud se da la vuelta y se aleja de la desagradecida que parece sacada de un manicomio por el maquillaje corrido, los ojos rojos y los hipidos que sacuden su pecho cada dos segundos.

Ella mira como el demente que la derribó se marcha sin darle explicación de su acto. Frustrada con el mundo y en especial con los hombres, sin pensar claramente se quita uno de sus tacones y  lo lanza a la cabeza del pobre infeliz que le da la espalda.

El dolor en la nuca le hace detener y voltea para encontrase con una mirada furiosa y otro zapato siendo dirigido a él como un misil. Levanta las manos en señal de rendición y empieza a retroceder muy lentamente.

—Baje el arma señorita —intenta razonar—, podemos solucionar esto hablando.

—¡No! —grita ella presa de la histeria—.  Todos son iguales, te tiran como si fueras basura y se marchan sin dar explicaciones.

Algo le decía que no se refería a la caída que le provocó pero era el blanco perfecto para desatar su furia.
La chica le tira el otro tacón dándole en el estómago y ve con triunfo como el chico se dobla perdiendo aire por el golpe.

Molesto por la agresión, él que también necesitaba desahogarse decide sacar su frustración a gritos.

—¡¿Y que me dices de ustedes?! ¡Das lo mejor de ti y agradecen actuando a tus espaldas, traicionando!

Ella tampoco creía que hablara del taconazo que le impacto, pero decide seguir gritando sus decepciones.

—¡Claro, nosotras somos las que arruinamos años de relación porque ya no nos sentimos las mismas de antes!

—¡Síííí! ¡Nos son infieles con nuestros mejores amigos y como si fuera poco tenemos que enterarnos un mes antes de la boda!

Durante un largo rato se dedican a reclamarse por sus desgracias y por las inseguridades que éstas ocasionaron, hasta quedar afónicos y exhaustos.

Agitada por los gritos y el llanto corre en su dirección y lo derriba posicionándose sobre él apresándolo con sus piernas y sin que ninguno de los dos sepa muy bien qué está pasando ella lo abraza y se suelta a llorar. Sorprendido corresponde al abrazo y le susurra palabras de consuelo al oído, las mismas palabras que le hubiera gustado escuchar. Sin poder evitarlo derrama unas cuántas lágrimas y ella se las limpia con delicadeza.

—Te estoy abrazando —susurra la chica incorporándose para mirarlo a los ojos.

—Lo haces.

—¿Por qué te estoy abrazando?

—Porque ambos lo necesitamos —responde él con convicción.

—No nos conocemos.

—El universo actúa de formas inexplicables, sabía lo que pasaba con nosotros y nos reunió para recibir consuelo.

—Así que esto es gracias al universo —dice un poco dudosa.

—Exacto, el universo conspiró para abrazarnos.



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En el texto hay: destino, amor, casualidad

Editado: 11.10.2021

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