Destinos Cruzados

Capítulo 7

─Estoy agotado ─Kean se arrojó en la cama, acostándose sobre su espalda.

─Al menos quítate la ropa, Kean ─le dije rendida, sacándome los zapatos.

Sacudió la cabeza.

─Estoy bien.

─Vamos, conociéndote si no te cambias ahora te quedarás dormido con todo y ropa ─me reí en voz baja mientras veía como cerraba sus ojos─. Sí, creo que tendré que hacerlo yo misma.

Él abrió los ojos fugazmente.

─ ¿Me vas a sacar la ropa? ─preguntó con una sonrisa y yo asentí.

─Si es así ─se sentó y yo me acerqué a él, desabotonando su camisa botón por botón─. Quizás podría acostumbrarme a esto ─apoyó los brazos hacia atrás, dándome más facilidad de quitársela.

Rodé los ojos y él se rió.

─Listo ─arrojé su camisa a un lado e inconscientemente miré su torso desnudo.

Me sonrojé por los pensamientos que vinieron a mí, pero agradecí que la habitación estuviese ligeramente iluminada evitando que él lo notara.

─ ¿Puedes ayudarme con el cierre del vestido? ─quizás el champagne estaba haciéndome un poco más audaz.

─Claro ─se sentó al borde de la cama.

Le di la espalda, agachándome un poco y él fue deslizando lentamente el cierre hacia abajo y deteniéndose al final.

Me giré para darle las gracias, pero quedé atrapada con sus ojos color cielo, los cuales se habían oscurecido por el deseo.

Él moría por tenerme ahora mismo.

No me había puesto a pensar en lo que podría significar el hecho de que Kean y yo nos quedáramos en la misma habitación y que compartiríamos la cama, hasta ahora.

Me mordí ligeramente el labio inferior y sin poder resistirme más, me puse a horcajadas sobre él y lo besé intensamente.

Estaba sorprendido al principio, pero luego sus labios se sumergieron en los míos con un deseo insuperable.

El beso fue salvaje, nuevo y exploratorio. Yo me perdí en él, entrelazando su cabello con mis dedos. Sus besos se trasladaron a mi cuello, sintiendo su cálido aliento, mientras sus labios exploraban los lóbulos de mis orejas y mi clavícula, descendiendo hacia mi vestido. Respirábamos con dificultad, pero nos negábamos a dejar de besarnos. La excitación subía por mi cuello y mi pulso comenzó a acelerarse.

Esto realmente estaba pasando, yo y Kean íbamos a....

─Kean ─le dije entre jadeos.

Él se detuvo y sacudió su cabeza.

─Lo siento, me estaba dejando llevar ─me dejó a un lado y se puso lejos de mí con la mirada baja.

Gateé hacia él y levanté su quijada para que me mirara a los ojos.

─Quiero hacerlo ─dije más segura de lo que pensaba.

─ ¿Qué? ─frunció el ceño, creyendo haber escuchado mal.

Le lancé una mirada decidida.

─Felicity nosotros no podemos...

─ ¿Por qué? ¿Porque mi padre es tu jefe? Me vale mierda lo que Robert Harris piense. Me gustas, Kean y por culpa suya y de la vida que escogí es tan jodido que lleve una relación ─suspiré─. Sé que es complicado para ti también, pero me gustas. No me quiero casar contigo, ni te amo con toda mi alma. Me gustas, así de simple. ¿Podemos solo vivir el momento sin ningún compromiso?

─Creo que sí ─se encogió de hombros.

─Bien, eso es lo que haremos.

─ ¿Estás segura? ─preguntó por última vez para confirmarlo y yo asentí.

Él sonrió y me giró, poniéndome debajo de él.

─De acuerdo, es hora de perder el control.

 

***

 

─ ¡Regresé! ─dije en voz alta, entrando al apartamento.

Fui hasta mi habitación para dejar mis cosas y luego salí por las mismas para dirigirme al baño.

En el segundo que abrí la puerta, me encontré con una compañía inesperada.

─ ¡Aidan! ─exclamé atónita.

─ ¡Barbara! ─él casi se cae al verme.

─Oh, Dios ─cerré la puerta e inmediatamente me dirigí a la habitación de Lana.



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En el texto hay: asesinatos, secretos, amor

Editado: 10.02.2019

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