Capítulo 8. Los años pasan.
Zarov lleva el ritual de trasfusión en el pequeño Alexis, ellos no acaban de entender el nombre del niño en su marca y le dicen Alec. Así está creciendo rodeado de maldades de las hermanas que no lo aceptan, además de todos en el palacio. el rey Zarov sólo lo aparta cuando juega con las niñas, y lo manda a entrenar con el maestro de armas de la casa real, nadie lo toma en cuenta, hasta que la abuela reina llega a visitarlos y siempre tiene una mirada de dulzura para él. Los años pasan, tiene un hermoso cuerpo trabajado desde pequeño, músculos frágiles por la edad pero sabe y entrena el arte de la guerra. Es hora de enseñarle mis secretos, Zarov, voy a irme un rato a mis estudios de la magia antigua, necesito llevarme al pequeño príncipe Alec.
Claro mamá, es tu experimento, no lo necesito, no se para que lo acepté. Te sirve a ti más que a mis intereses. Llévatelo y lleva a su maestro de guerra. Estarás en la isla de Pontirac, verdad?.
Si, asi es, Pontirac para desentenderme un poco de estos ataques y de gente negativa.
Aprovecharé sin que lo sepa mi hijo, de pasarme el tiempo enseñando a este niño lo que será el futuro de todos. Es hora de enseñarle el poder y adecuarlo a su genética de pálidos mentalistas.
El poder que se puede generar en este niño de 11 años es enorme, enorme, pero falta el amor. El será capaz de realizar hazañas pero, el amor lo llevará a hacerlas, lo debo entrenar en mi magia y educar en mi amor, es tan bello y tan noble. Es fácil vivir contigo esta aventura, cariño, algún día me perdonarás, espero.