Escuchó los gritos del líder a travez del auricular, junto a unos ataques de tos. Park estaba muy enojado al descubrir que Ho Seok había dejado escapar a la mujer. Pero, ¿quien lo culparía al saber que la Assasin era nada más y nada menos que su novia? Bueno, nadie lo sabía en realidad.
El hombre le indicó que si le pasaba algo a su hijo lo enterraría vivo. Al parecer había recuperado las fuerzas como para atreverse a amenazarlo de tal manera. Ho Seok siguió atendiendo a sus palabras respetuosamente y colgó luego de escuchar el último grito.
Cerró los ojos, consternado por lo ocurrido. Tantas cosas a su alrededor lo estaban sofocando y a la vez demostrando que era débil. Que el mundo no era tan alegre y dulce como el siempre trataba de verlo. Que las personas eran impredecibles y eran capaces de hacer cualquier cosa por afectar a los demás. Meditó en eso. Realmente los únicos que siempre le habían demostrado quienes eran en realidad fueron sus amigos.
Tomó aire, saliendo del vehículo en dirección a la guarida del Clan Kim. Sabía que era una táctica arriesgada, pero necesitaba decirle a Seok Jin lo que estaba ocurriendo. Se preguntaba: ¿cómo es que JiMin había parado en aquel lugar? ¿Era esto lo que mantenía a los Clanes en unión? ¿La protección hacia Park JiMin?
Entró por la puerta principal. Para ser un lugar de bandidos era bastante acogedora y para su parecer poco protegida. Llegó hasta el vestíbulo, observando cómo un chiquillo de cabello rojizo, como el suyo, salía de una puerta y se acercaba.
-Jung Ho Seok. Que visita tan inesperada- escuchó decir una voz relativamente gruesa. Se volvió, notando allí al mayor de cabello oscuro que le miraba con pausa. Él sabía quien era, todos lo sabían. Más teniendo a Jackson como enemigo.
-Vengo para darles una información importante.- expresó Ho Seok fijando sus ojos en el de anchos hombros, que se paseaba y sentaba ante él en un mullido sofá. De otra área salió un rubio que se quedó viéndolo con las cejas elevadas, señalándolo.
-Tu...- dijo, fijando su vista en El pelirojo. -Hyeong, él es el sujeto. Él es el que apareció en tu habitación ese día.- gritó el muchacho tratando de acercarse a Ho Seok.
¡Mierda!
Dijo en su mente, recordando el pasado enfrentamiento con el menor. Se acomodó el cuello de la camisa nervioso. Seok Jin se incorporó, evitando que Tae Hyung se acercara más y confrontando al pelirojo.
-¿Es en serio lo que dices?- preguntó el mayor. -¿Estás seguro?- el muchacho asintió efusivamente, haciendo que su cabello se agitara con la acción. Solo una pregunta cargaba la mente de Ho Seok: ¿Como rayos lo reconocía? ¿Era ir su color de cabello? Empezaba a mentalizarse dejárselo castaño porque, ¡carajo! Ahora le iba a costar la vida. -¿Que buscabas en mi territorio, Ho Seok?
El menor se limitó a apartar la vista del más alto, nervioso y rascandose la nuca, quejándose de su pronta desgracia. ¿Ese niño tenía rayos X en los ojos? Maldecía su desdicha. Necesitaba mantenerse en calma y hablar de lo que era esencial ahora.
-Creo que lo que quería buscar no es importante en estos momentos, Seok Jin. Quiero hablarte de JiMin.- expresó, tratando de mantener una postura lo más seria posible. El mayor lo miró con ojos un tanto abiertos por la mención, frunció el ceño un poco y le indicó al pelirojo que lo siguiera, ignorando pues a los dos chicos.
Cruzaron ambos la estancia para seguir hasta un amplio despacho. Este le indicó que se sentará.
-Solo por esto dejare pasar Esa falta. Ahora, dime. ¿Que sucede con él?- caminó despacio, llegando a un pequeño refrigerador que contenía botellas de agua.
-Park Go Min me está pidiendo que lo proteja. El gobierno quiere capturarlo y no se cuál es la razón. ¿Acaso tú si la sabes?- Seok Jin por un momento tragó hondo y observó al joven en frente suyo, esperando una respuesta.
-Si quieres hacerlo, bien puedes, pero JiMin está completamente seguro aquí.- contestó el mayor, evadiendo la última pregunta del muchacho. Eso solo Park tenía que respondérselo.
Ho Seok entendió la indirecta. No quería decirle. Se incorporó.
-Lo haré. Este es un mandato de mi jefe y no pienso desobedecer. Así que prepárate para recibirme cada que venga.- expresó firme. Seok Jin lo analizó Y asintió. Era un muchacho muy distinto. Nunca se había detenido a analizarle, a pesar de todas las ovaciones en las que se encontró con él y Jackson, que no eran muchas. Se le veía inteligente, ágil... había escapado de su cuarto como si de un gato se tratase corriendo y saltando. Incluso los relatos de sus hombres le habían confirmado que era demasiado rápido. Que se escabullía con facilidad y lo había perdido. Un chico apto para estar de su lado.
Lo pensó durante unos segundos. Mientras más personas estuviesen de su lado, mientras más clanes, más cumpliría su cometido.
-Espera.- expresó. Ho Seok se detuvo al cruzar el umbral y lo volvió a mirar. -Se que eres de alizas, así que quiero hacer una contigo. Te daré lo que me pidas para que te unas a nosotros.