CHAPITRE 29...
Después de cerciorarme de que la fiebre de Ashton no fuera tan grave y que pudiera mantener el equilibrio salimos de la sala y buscamos el auto para poder salir del instituto.
Finalmente terminamos en la carretera, con un ambiente limpio y de alguna manera tranquilizado, ahora resultaba agradable estar a su lado y realmente era lo único que no provocaba una gran conmoción en mi interior, solo era capaz de provocarme felicidad.
Giré la perilla de mi casa y entre sin aviso, teniendo en cuenta que iría a buscar algo caliente en la cocina, este frío infernal era peor de lo que imaginaba.
Estaba a tan solo escasos metros de Ashton Clark, quien permanecía sentado en el sillón con sus ojos levemente cerrados.
-Clark, te gustaría un chocolate...-.
-si- no dejó ni que terminara de preguntar cuando ya había respondido.
-te sientes bien?- y no fue por eso el hecho de que me preocupe, pero, su rostro estaba aún algo caliente y sus mejillas seguían del color carmesí, permanecían sus ojos cerrados y sus pensamientos en el aire.
-seguro- musitó, abriendo levemente sus ojos y sonriendo.
Sonreí como agradecimiento de que aún estuviera consciente y fui en busca de, chocolate caliente que tanto anhelaba hacer para el, al fin y al cabo esta era mi casa y el un huésped.
No pasó mucho cuando por fin tuve el chocolate caliente en mis manos, para poder dárselos y aunque estaba dispuesta a dárselo, mi mentalidad no era otra que pensar: que tal vez estaba durmiendo, camine a paso lento con miedo a que el chocolate se derramara y provocará un gran dolor infernal en mis manos, por lo que cada que vez se salía de control debía parar y tomar un respiro, por tal razón la ida a la sala se me hizo cada vez más difícil.
-Ashton...- cuando por fin divisé la sala, decidida, camine sin problema y busque con la mirada a Ashton, pero, no lo veía.
-aquí- finalmente cuando me acerque más a sofá pude verle, permanecía sentado en el piso, con los cuadernos y mi calculadora, con un lápiz en su boca y una mirada algo vaga.
-has estudiado?- cuestione posicionado el chocolate en su mesa.
Escupió el lápiz y sonrío alegremente cuando vio la taza de chocolate caliente tomándola en sus manos y tragando un poco de el, cerró sus ojos y sintió el calor apoderarse de su cuerpo, ese calor que emanaba del chocolate caliente, tan dulce y libertador de dolor.
-lo he hecho todo este tiempo, pero, me he aburrido tanto que ya me se cada una de estas cosas-.
-pero sigues estudiando-.
-no quiero olvidar nada, Alexa, aunque mi cerebro es como el de elefante, al menos eso dice mi madre- por un momento pude notar el destello de tristeza en sus ojos y como levemente bajaba su cabeza para divisar tan solo la hoja de su examen.
Temía preguntarle sobre eso... Por qué al decir algo que invocará a su madre, el ponía su rostro así, pero, yo no era nadie para saber esa información y no me metería en su vida a menos que él quisiera, deje salir un poco de aire y ladee un tanto mi cabeza, tratando de encontrar respuesta coherente para ello.
Pero no lo hallaba.
-oye...- desvíe mi mirada cuando vi que en mi mente no tenía siquiera una cosa que decirle- de.... De qué color quieres tu cuarto?- cuestione, por un momento parpadeo una sola vez y luego suspiro.
-sería excelente que fuera un color acogedor, no muy caliente, sino algo...-.
-algo tranquilo, el blanco encajaría- dije pensativa.
-estas de broma?- cuando pude ver su expresión recordé que su cuarto era totalmente blanco.
-lo siento... Se me ha olvidado-.
-un azul estaría bien - tomó otro sorbo de el caliente chocolate y sonrío complacido.
-bien, iremos mañana en la mañana a buscarlo -.
-por qué no ahora?- fruncí mi ceño y negué rotundamente con la cabeza.
-te resfriarás más de lo que estás- intentaba sacarle de la cabeza esa absurda idea, sin embargo, sonrío de lado y tomó mis manos sobre la mesa.
-estaré bien, siempre y cuando te tenga a mi lado- me sorprendió por un momento, pero, recordé lo que él era: era un chico atento con la chicas.
Sonreí de lado y negué con la cabeza, levantándome y dirigiéndome a mi cuarto
-no, iremos mañana, será un gran día, puedes ir a buscarme después de clases-.
-como quieras- hizo un ademán y regreso a lo suyo, tomando el cuaderno y viendo lo que suponía ya había estudiado.
Se me ocurrió quedarme estancada ahí, mirándolo estudiar, desconectarse de este mundo y prestar atención a lo que hacía, pero, repare en que eso era innecesario, puesto que el necesitaba concentración y yo tenía deberes que realizar.
Cuando giré la perilla de mi cuarto, el frío invadió mis huesos, claramente debía de pensar antes de actuar, la ventana se encontraba medió abierta, lo suficiente como para que una ventisca entrará y me congelará, camine con gran desdén hacia la ventana y la cerré, justamente en ese momento, mis lentes querían caer, más me obligue a mantenerlos en mi rostro.
Suspire pesadamente cuando por fin tuve mi cuarto en penumbras y sin aire frío, tome camino hasta mi cama cuando descubrí que mi mente estaba tan ajetreada y que por alguna razón me sentía débil, a los pies de la cama me senté hallando interés inerte en mis medias, después de haberme quitado los zapatos, suspire pesadamente nuevamente cuando noté el vacío en la habitación, no oía ruido de Ashton Clark, seguramente debía estar estudiando y yo, estaba entre dos Paredes que parecían querer aplastarme.