Destiny Moonlight

Destiny Moonlight

CHAPITRE 42...

 

-no puedo creer que hayas hecho tal cosa, casi me muero de la vergüenza frente a Daniel- masculle cruzándome de brazos.
-espera... Quién es Daniel-.
-oh... Un tipo que conocí, trabajaba en el supermercado, es un gran tipo- comente con una sonrisa.
Este se limitó a respirar hondo- debes tener cuidado te pueden raptar-.
-en un supermercado?- cuestione incrédula.
-incluso en un supermercado-.
-y al chica que viste... También te pudo haber raptado-.
-era diferente ella era linda-.
-el también-.
-lo hombres tienen más fuerzas que una mujer-.
-y eso que?- cuestione incrédula- después de todo a donde me llevas?-.
-hay un mirador de estrellas, cerca en la colina Támesis- comentó con el ceño levemente fruncido, pues, a estas alturas la oscuridad era lo que más abundaba en este lugar.
-si, pero, ese mirador no ha servido desde hace décadas- indique.
-y eso que?-.
-y eso que?- imite desconcertada- estaremos invadiendo propiedad privada!-.
-no habrá nadie que nos vea-.
-eso es muy peligroso- masculle mirando hacia afuera.
-qué pasa Alexa se está acobardando?- apreté mis nudillos y bufé.
-no- me limité a decir.

Y aunque sonara riesgoso, en esta oscuridad, las estrellas invadían el cielo y aún más cuando la colina Támesis era increíblemente alta, adornada con árboles y arbustos, con un mirador hacia el pequeño pueblo de Jackson y sus habitantes y otro más para las estrellas en especial.
-recuerdo que papa me decía que este lugar se llenaba como un cine, a montones, las personas disfrutaban de él siempre- el aire había cesado aquí arriba y tan solo estaban las penumbras de la noche.
-es realmente magnífico- musitó.
-nunca antes has ido a uno?- cuestione incrédula.
-digamos que en mi ciudad, las cosas son un poco más serias, trabajos, bares, cine, nada de miradores ni tiempo para deslumbrarse con la naturaleza-.
Y se me ocurrió que tal vez esa serían una de las razones, por la que quería huir de Nueva York, tal vez allá no había de tan natural como lo era Jackson, tal vez se había hartado de dormir en una casa o edificio donde los carros pasarán a montón y no se pudiera dormir bien, tal vez odiaba que el sol no fuera el que lo despertara sino más bien el pitido del gran tráfico, detestaba el olor a humo que salía de las fábricas o de las personas, el trabajo de nuevas construcciones que se hacía cada día, cada mes, cada año, tal vez estaba harto de esa vida tan urbana y quería ser un chico tranquilo en un mundo donde los destrozos no ocurrieran siempre, quería sentirse diferente en un lugar diferente....

-prefieres una vista así de hermosa- musité.
Al poder entrar a aquel mirador, no me sorprendí en lo más mínimo que estuviera repleto de telaraña y polvo, la parte más alta de este estaba descubierta, pues digamos que estaban por destruir este lugar, pero, se olvidaron simplemente de el, las sillas estaban llenas de bichos.
-esto no es un lugar muy salubre- comentó desconcertado.
-por qué crees eso?- cuestione incrédula.
Ignorándome por completo estiro la tela de picnic sobre el suelo.
-por qué no trajiste a tu nueva amiga?- cuestione.
-no quería que te sintieras sola- respondió de manera burlona.
-idiota- masculle, buscando en el interior de las bolsas- genial trajiste bebidas-.
Inconscientemente pensé en Daniel, que le habrá dicho a su jefe sobre lo ocurrido en aquel pasillo.
Reí inertemente negando con la cabeza al recordar el rostro de Daniel.
-ahora que te está pasando?- me sobresalté al escuchar la voz de Ashton detrás mío.
-ha sido un recuerdo- indique.
-parece que te quedaste con Daniel- lo mire de reojo al saber que había acertado.
-creo que iré a tomar aire afuera- recite parándome.
-espera... No me digas que ese tal Daniel te gusta?- cuestionó incrédulo.
-solo me pareció.... Interesante- musité con la mirada desviada.
-espere que te enamoraras, pero, no tan rápido de una persona, que ni siquiera conoces-.
-tal vez tengas razón, de todas formas que más da-.
-quieres una botana?- asentí ante su repentino cambio de humor y tome la botana en su mano...
Era increíble lo que el universo nos podía ofrecer en una noche.
-esto es magnífico, es como sentirte que vuelas entre ellas-.
Me di cuenta que Ashton tampoco había divisado las estrellas como lo hizo acá- tampoco tienes esta vista?- se me ocurrió preguntar.
-eh... Digamos que el edificio donde vivo no es un gran observatorio- asentí en compensación.
-pero la terraza-.
-la terraza se usa para una piscina y hay reglas que no se pueden romper, como usarla después de las seis de la noche-.
-vaya- suspire pesadamente.
-ponerte en las calles es peligroso a esa hora, te pueden pillar y tomar tu dinero, llevarte tus pertenencias e incluso secuestrarte, cada minuto en esos lugares valen oro y vidas-.
Entonces... Nunca vio una estrellas así, no desde el punto de vista que yo estaba acostumbrada a ver, como lo era las constelaciones y la luna llena sobre nosotros.
-entonces... Me alegra que tu primera vez sea conmigo -indique complacida.
- a mi también, pequeño satélite-.




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