Destiny Moonlight

Destiny Moonlight

CHAPITRE 51...

 

Sabía a la perfección que, en Jackson, había alrededor veinte tiendas de comida, todas de diferentes lugares del mundo, como lo fue la avenida de Nueva Orleans, esta era llamada el pequeño callejón Latino había desde Tacos hasta algo más diferente como las Arepas, los famosos fideos, inclusive la comida conga.

-iré a pedir los tacos, ustedes espérenme aquí- anunció mi padre una vez se levantó, yéndose de nuestra mesa, hoy, el restaurante Jalapeño (era así como se hacía llamar), había sido ocupado por el grupo de madres y sus pequeños niños exploradores.

Mi padre era el único hombre aquí... además de Clark, pero, me refería a como padre, pues, siempre ha sido así, las madres son aquellas que se encargan en su adultez de sus hijos, las madres eran aquellas que se desvelaban por la salud y el bienestar de sus hijos, las que apoyaban a sus hijos en todo.

-ya sabes a que universidad irás? –la pregunta de Ashton por un momento me saco de orbita, siendo esa la pregunta de mi vida.

¿Universidad? Pues...

-aún no sé a dónde ir...-musite tratando de evadir a toda costa esa respuesta.

-Pero... Alexa... pronto terminaras el instituto, terminar la secundaria y no sabes a que Universidad iras- bufe vagamente sintiendo la necesidad de explicarle mi situación.

-Durante todas las vacaciones pensé en ello- empecé, apoyando mis manos en la mesa dedicándome vagamente a mirar Clark- me llegaron alrededor de cinco Universidades-.

- ¡¿cinco?! Alexa eso es excelente- musitó casi anonado.

-si fueron cinco, Harvard, Jales, Oxford, Columbia University...- fruncí mi nariz, tratando de recordar la última- Cornell University- musité.

- Pero... eso es excelente, sabes, lo que un estudiante promedio añora ir a una de esas- atornillo eso en mi cabeza hasta dejarme fuera de órbita.

- ¿y sabes lo que representa para una estudiante promedio sin dos padres, ser criada por uno solo y luego abandonarlo una vez cumplido los dieciocho? - puse mis manos sobre la mesa y gruñí con desdén.

-si, pero, el sueño de todo padre es ver a su hijo cumplir sus metas y por supuesto eso es lo que quiere tu padre Alexa, no solo verte ahí todo el tiempo-.

-Ashton, no lo entiendes-.

-tal vez no lo hago, pero, se lo que tu padre quiere para ti, lo sé, porque yo también añoro verte en una gran Universidad recibiendo un diploma, Alexa, lo sé, porque también es lo que quiero para mí, lo quiero para los dos y no solo lo quiero, lo veo también-.

Imaginarme... un futuro lejos de mi padre era difícil, no quería, simplemente no lo aceptaría, tuvo sus mejores momentos de adultez desde sus treinta hasta ahora dispuesto siempre para mí, el me enseño todo, él estuvo conmigo siempre, supo cómo sacarme adelante y ahora en mi juventud dejarlo por una simple Universidad, no quería de esas niñas que se iba de la casa y volvía diez años después porque le avisaron del hospital que su padre falleció en un sillón solo con unas botanas y el televisión encendido, no quería escuchar que mi padre estuvo solo en casa cuando casi muere de un ataque cardiaco, no quería ser de esas niñas hipócritas que venía cuando le daba la gana y luego se iba para seguir su vida como si no hubiese mañana.

No, simplemente no lo aceptaría.

-no lo quiero dejar solo... Ashton, es que aún no lo entiendes? -.

Respiro hondo y se tomó su tiempo para descifrar el brillo de desesperación en mis ojos.

-o simplemente tienes miedo de lo que pueda haber más allá de este pueblo, Alexa-.

Tenía miedo si... pero de abandonar a mi padre...

El estruendo de una bandeja caerse fue el que corto la conversación entre nosotros dos.

-lo siento tanto- la voz de una madre apenada fue la que me indico de dónde provino ese alboroto.

-no con calma, no ha sido su culpa- mi padre siempre fue del tipo caballeroso, aunque estuviera empapado de aderezo por culpa de un niño que corría con su bandeja, se limpió suavemente su camisa.

-pero, es mi hijo, enserio te debo unas disculpas- mi padre solo negó con la cabeza y por primera vez se dedicó a mirar a la mujer frente a él.

-no hay problemas, se lo que es tener una mancha, bueno, tenía tiempo que no veía una en mi camisa- rio levemente.

Siempre tuvo su risa contagiosa, pues, de alguna manera siempre era como la medicina para la pena, la mujer tomo dos servilletas más y se las extendió a mi padre.

-siempre eres tan dulce? - cuestiono sin pensarlo.

Mi padre solo sonrió de lado y levanto su rostro mucho más.

-bueno es un placer ser un hombre dulce-.

Ella sonrió amablemente y extendió su mano- soy Elena-.

-Cristhian- musitó mi padre.

-vienes con la familia? - cuestiono ella.

-si mi única familia, mi hija y su amigo-.

-oh, pues, una reunión de jóvenes parece interesante- bromeo esta.

-mami, mi comida-.

Ella quito un mechón de su rostro y se dispuso a mirar a su hijo- en cuanto termine de hablar con Cristhian, pediré una nueva ¿ok? -.




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