Destiny Moonlight

Destiny Moonlight

CHAPITRE 62...

 

-El joven Clark me ordenó comunicarle que su antifaz esta dentro de la caja dorada - fruncí mi ceño y mire a mi alrededor buscando alguna caja dorada, pero, difícilmente veía.

Hasta ese momento Joe no había siquiera cruzado palabra conmigo, me removí en mi asiento y busque bajó los asientos, pero, nada, a mi izquierda, nada, a mi derecha menos.

Mire a Joe, diciendo telepáticamente que: porfavor me dijera en donde esta esa caja.

-tras de usted- respondió tiempo después, girando en U.

Giré mi cuello y con un leve tambaleo tome la caja dorada y sentí su textura, tan brillante y lisa, sin embargo deslice mi dedo hasta su punta y le quite el envoltorio lentamente, pues, era demasiado hermoso para dañarlo.

Sin embargo quede corta en cuanto vi el antifaz.

Ahogue un grito y lo mire sin creer, era cierto que estaba hermoso, era cierto que era diferente de lo que pensaría, era simplemente magnífico, desde su contextura hasta sus finos y elegantes diseños.

Hasta ese momento había olvidado por completo que la fiesta era de antifaces y que obligatoriamente debía tener uno.

Tome la mascara rozando mis dedos con la fina tela roja bajo él y lo mire con mas detenimiento, pues, cuando pensé que sería de papel o un material débil me di cuenta que: era la mascara del material mas fuerte para ella, era como una mezcla de ca...     

Tome la mascara rozando mis dedos con la fina tela roja bajo él y lo mire con mas detenimiento, pues, cuando pensé que sería de papel o un material débil me di cuenta que: era la mascara del material mas fuerte para ella, era como una mezcla de cartoncillo y foami, algo extraño, pues, desconocía el material que emplearon para este.

Amarre con fuerza el antifaz tras de mi, lo mas delicado posible para no arruinar el maquillaje y el peinado de Leonard en mí, suspire nerviosamente sintiendo como en cada momento el auto debía parar: ya fuera por un semáforo o por una curva.

-estamos llegando- sentí como el corazón empezó a latir desbocadamente y como el aire se sentía pesado.

De pronto ya no quería salir, no quería ir... pero, Ashton estaba ahí dentro, abrí mi boca acumulando una bocanada de aire y la saque con estrés.

Gruñí silenciosamente, acercandome a la puerta cuando por fin sentí murmullos y como distintas personas con trajes demasiados exagerados y antifaces se reunían en un solo lugar en un solo hotel.

Hotel Laguna Azul.

Y como lo supuse el pánico se apoderó de mi de pronto me aferre a el sillón y mis oídos se vieron inundados por los paparazzis que acechaban afuera, Joe, salió pero, yo no, no quise, sentía que las personas se burlarían de mi.

Una nerd de Jackson en un baile de Nueva York con el príncipe Empresario como acompañante.

Nada de esto era creíble, nada podía ser verdad.

Cerré mis ojos sintiendo una vez mas el antifaz en mi rostro.

Un antifaz... Destiny, era una antifaz, ahora podía llamarme como quisiera, podría ser quien sea, siendo siempre yo, siendo siempre la chica que de verdad soy sin necesidad del miedo, sin necesidad de los nervios, los nervios siempre bloquearon mis sentimientos y mis emociones, siempre lo hicieron.

Y el antifaz siempre me ayudó como escudo de los nervios y el miedo, dejándome ser libre.

Mi antifaz era...mis lentes, mi capa de invisibilidad era mi yo anticuado, mi antifaz... mi antifaz siempre lo use, para ir a el instituto y evitar ser humillada por los nervios, siempre lo use, pero, jamás en la noche, nunca en la noche, pero, cada año que pasó mi antifaz se fue desgastando, mi antifaz fue desapareciendo, tenía huecos, rasguños, lágrimas, suciedad... pues después de tanto me había protegido demasiado, pero, mi enemigos ya lo conocía sin verme a mi realmente.

Todo cayó como balde de agua fría, me refresco, me hizo ver mi real yo... mi...

Real yo.

Entonces y solo en ese entonces, Ashton y Chad tuvieron razón, mi caparazón de protección era el que usaba día a día,  el que todo el mundo vio.

La puerta se abrió y un destello me hizo cerrar mis ojos sintiendo todo de pronto en cámara lenta, la mano de Joe se extendió y la tome, los paparazzis no paraban de hacer preguntas sobre: ¿quién era?, ¿cuál era mi puesto en la sociedad?.

Mi puesto en la sociedad era simple: era una farsante.

¿Quién era? 

Quien deseara ser.

-el señor Clark la esperara en la recepción- susurró en mi oído Joe, quitándome el enorme abrigo y soltando mi mano y obligándome  a seguir este camino sola.

-nos hablaría sobre la fiesta-.

-cree que sería necesaria con la condición del pueblo-.

Eran cosas que realmente no entendía no sabía como estaba Nueva York ahora, pero, parecía que pasaban por una crisis, aunque no se viera.




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