CHAPITRE 41...
Así que, al salir de la Universidad, bajo la mirada examinante, para mí, de Cristhian y de Hannah, camine junto a Clarissa Blair, mientras esta sencillamente hablaba por celular con su hermano mayor, Calvin.
- ¿seguro que ya llegaste? -
Suponía que el chico debía estar diciendo: "Si, tonta, ya llegué, sino porque otra cosa estaría llamándote".
Finalmente, ella sonrió satisfecha y cerro la llamada.
-Esta fuera con el auto, nos llevara al mall-
-Excelente-
Masculle desviando la atención a los murmullos que sobresalían a mi alrededor, las personas juzgaban la ropa de Cristhian y de Hannah, como seguían nuestros pasos y como miraba a todos como si fuesen sospechosos.
-No les prestes atención, por cierto, el chico de traje esta guapísimo, ayer no te lo pude decir, pero, ahora-
-Clarissa ¿no era que está enamorada de Dante Lovegood? –
-No, mi vida está destinada a él, pero, quien quita que diga que un chico es lindo-
-Bueno...-
No tenía argumento en contra de eso.
-Sabes que tienes razón-
-Lo que me pone a pensar... Alexa, Steven es tu novio, el príncipe empresario es el pasado, entonces... ¿Qué pasa con eso? -
- ¿Qué pasa con eso?... Desearía saber lo yo también Clarissa, sin embargo, no sé cuándo estoy con Steven me siento tranquila, a gusta, pero, con Ashton es sencillamente alarmante, despierta, emocionada, excitada-
-Vaya... bueno al menos no he tenido novio desde la vez que vi a Dante-
-Tuviste una cita con Matteo, Clarissa-
-De hecho, fue más bien que necesitaba mi tarea de Periodismo, quería ayuda y como no conocía a nadie me pidió a mí, por allí mismo aprovecho y me pregunto por ti, es decir, que el tipo no quiere nada, lo cual fue una pérdida de tiempo, total-
- ¿pregunto por mí? -
-Sí, lo hizo cosas como: ¿Cómo está? ¡Que ha hecho todo este tiempo?... sabes sospecho que está enamorado de ti, le dije que tenías un novio: Steven Manchester, le dije que estabas tan embobada con él, que era una pérdida de tiempo preguntar por ti, porque no lograría nada-
Esa era una amiga.
Sonreí cómplice con ella y antes de que pudiera tocar la puerta, Cristhian había empujado de ella a mi lado, dándome acceso total, mientras Hannah se ocupaba del lado de la puerta de Clarissa.
La luz del sol en Nueva York de verdad era una gema, aun así, pude deslumbrar un auto rojo, frente a la universidad, con un chico apoyado a él como si fuese una especie de películas en la cual la primera escena es un chico súper guapo apoyado a su auto de lujo, pues, debía admitirlo desde hace un tiempo atrás, de hecho, desde que Ashton volvió a mi vida, los chicos venían siendo muy interesantes, me refiero a que ahora parecían chicos guapos, a mi disposición, Calvin, era sencillamente, como el tipo de la marca de ropa interior de lo hombre el tal... Calvin Klein.
Era como ma viva imagen.
-Dios, esto ha de ser una broma, Blair-
-Alexa, te presento a Calvin Blair, Calvin ella es Alexa Collins-
-He oído delicias de usted señorita Collins-
-El placer es mío, Calvin-
Sonreía de lado, su fragancia era torturante, pero, su forma de ser era excesivamente de un skate, algo que usualmente se interpretaba como vagabundo, aunque segun Clarissa Blair , el chico no era mas que un recien graduado de la Universidad, un chico en la carrera empresarial.... creo.
-Entonces... ¿podemos irnos? -
-Claro que sí-
Exclamó Blair con entusiasmo tomando mi mano y llevandome dentro del auto.
-Señorita Collins-
Pero la voz demandante de Hannah me hizo parar y recordar a mis dos guardaespaldas.
-Hola linda soy Calvin-
Debía admitir que el chico era realmente bocón, sonrió de lado y extendió su mano a Hannah quién solo lo examinó por unos segundos y luego ignoró por completo su presencia.
Lo cual extrañamente me causo risa, sin embargo le pedí a Clarissa y Calvin que esperaran dentro.
-Hannah, Cristhian, podrían por este momento, dejar de seguirme, digo, solo ire de compras con mis amigos-
-me temo que eso no se podra señorita, las ordenes superiores de nosotros vienen del señor Clark-
Informó Cristhian.
-Pero... es decir ustedes... hacen genial su trabajo, pero, necesito...-
Oí y leve suspiro de Hannah, quien se quitó sus lentes oscuros y me miro con una ceja alzada.
- ¿Privacidad? -
Asentí temerosa.
-Solo por hoy-
-Escuche señorita, no es por molestar, ni nada por el estilo, pero, nuestro trabajo es cuidarla a usted, no dejarla sola, tenemos en claro nuestra misión, estamos dispuestos a todo por usted... no obstante, entiendo que quiera privacidad-
No sabía que decir, estaba perpleja por dos razones:
1. Nadie jamás en mi vida había tenido tanta paciencia para hablarme despues de contradecirle tantas veces.
2. No había sentido jamás en mi corazón este sentimiento de pena y ternura por un chica, es decir, Hannah tenía un punto clave solo querían protegerme, de alguna manera eso me llenaba de ternura.