Una mañana como cualquiera suena mi despertador 07:00 am, de mala gana me levanto, voy hacia el baño, me aseo, me visto y bajo a desayunar. Me encuentro sola ya que mamá está en el trabajo desde hace dos horas y mi hermana en el internado, la extraño mucho, somos muy unidas y tenerla tanto tiempo lejos de mi es como una tortura. Supongo que el sentimiento es mutuo, pero me repito continuamente que todo esto es por su salud y bienestar.
Termino el desayuno y agarro mis cosas, me subo a mi moto y salgo con destino al instituto.
Al llegar lo mismo de siempre, varios me quedan mirando, según ellos no es normal ver a una chica llegar al colegio en una moto en vez de un auto con chofer. A este instituto solo asisten niños ricos. No todos los que asisten son de clase alta, ni todos unos estirados y engreídos. Por ejemplo mi mejor amiga Karelee, sus padres son millonarios pero ella es atenta y buena con todos, no se le subió el dinero a la cabeza como dicen, o bueno, no tanto.
Entro a las instalaciones y me encuentro con Lee. -Hola Imis-
- Hola Lee - le sonrío y hablamos de chismes hasta el salón. Cuando estamos en nuestros asientos, entra la profesora de historia y empieza con su clase, presto a mayor atención posible ya que el tema de hoy es civilizaciones antiguas y me apasiona este tema. Mi trabajo para el ingreso a la universidad es sobre historia así que no debo perderme nada.
El día pasa igual a los demás, tareas, pequeños diálogos, uno que otro chisme y bromas en el almuerzo.
Cuando salgo me subo a mi moto rumbo a casa. Al llegar, la guardo y tiro mi bolso en el sofá del living, me preparo algo para comer mientras veo una película. A media tarde recibo un mensaje de Lee diciéndome que en 30 minutos está en mi casa.
Cuando llega me bombardea con chismes de los chicos del instituto, sin olvidarse de las fiestas de esta semana y discutir qué ropa nos íbamos a poner. Luego de hablar de todo un poco me pregunta como voy con mi proyecto, le comento que voy un poco atrasada y que tenía ganas de pedirle ayuda a mi padre.
Hace 8 meses que no veo a mi padre, un hombre de negocios, con una vida de puros lujos, eligió Egiptología por carrera principal, luego se fue especializando en otras áreas similares y le fue bien, muy bien. Encontró el “Amor de su vida” o sea mi madre, tuvieron dos hijas; luego de que mi hermana naciera vivimos 4 felices años juntos, hasta que a papá le dicen que tiene trabajo en Egipto y se tiene que quedar por 5 años, el propone que nos mudemos y mamá le dice que no porque aquí tenemos una vida ya hecha, discuten, se pelean y se terminan divorciando. Al final papá se va a Egipto y mamá se queda aquí con nosotras, como no puede estar cuidando a Kaysa todo el tiempo porque con su condición no la podían mandar a una escuela normal la cuidaban mitad del día papá hasta que se iba y la otra mitad del día mamá ya que era cuando llegaba de trabajar, ahora no tenía a papá para que la cuide así que la manda a un internado especial. Obvio que mi padre ayudaba con mis estudios y los de Kaysa de manera económica. No estaría mal que lo visite, eso sí tiene tiempo libre. Primero tendría que avisarle a mi madre y luego preguntar a mi padre si tiene tiempo para mi.
– Podrías venir conmigo – le digo a Lee muy entusiasmada. Sería genial tener a mi amiga en un país que no conozco. –Gran idea. Podríamos arreglar todo para ir en las vacaciones.– – Si, perfecto. –
– Bueno ya me tengo que ir – dice Lee mientras mira su celular. La acompañó hasta la puerta, nos despedimos y en eso llegó mamá.
Entramos y le comento mi idea de ir a Egipto a visitar a papá para que me ayude con mi investigación. – Es muy buena idea Imis –
– Si lo sé y voy a llevar a Lee conmigo ¿qué te parece? –
– Me parece perfecto – respondió con una sonrisa. – Tienes que llamar a tu padre primero, ya sabes que está muy ocupado.
– Lo sé, lo sé – digo mientras doy media vuelta y subo las escaleras – mañana temprano lo llamo, lo prometo – terminó la conversación, para luego cerrar la puerta de mi habitación a mis espaldas.