Destructiva.

04

No se ni que hora es, me levanto y hago lo que cualquiera hace en las mañanas. 
Estoy confundida, no se que quiero hacer.

Camino por las grandes escaleras y llego hasta la cocina donde una mujer muy atenta y amable me sirve el desayuno.

-El señor "H" te espera en su despacho.- me da las indicaciones para llegar y luego de terminar el desayuno me dirijo hacia allí.

Toco la puerta y luego de un "pase" entro.

-Buenos días.- dice mirando unos papeles- siéntate.

-Buenos días.- le respondo y me siento.

-Queria hablar de algunas cosas-empieza a hablar luego de un largo e incómodo silencio.-pero primero, me llamo Parker Wood.- estira su mano para que se la estreche.

-Phoebe.- digo y estrechó su mano.- ¿de qué quieres hablar?- pregunto.

-Se lo que haces- lo miro confundida.- Tu plan de venganza.-continua- quisiera que trabajes para mí y así seguir conociéndonos.

-¿Trabajar para vos?- pregunto aún más confundida.

-Me presento, soy el Señor "H" rey del narcotráfico.

-Definitivamente no trabajaré para vos.-le digo seria- puede que los Jones no sean mis verdaderos padres pero ellos me educaron demasiado bien y con muy buenos valores para saber que eso está mal. Si, asesiné gente, personas malas, personas que no merecían vivir, que solo arruinaban el mundo. Y a pesar de que esto empezó como una venganza la terminaré acá.-dije decidida- ya no tengo una razón, ya se que no son mis padres y se que si no me detengo ahora no me detendré más. Así que hoy doy por terminada esta etapa de mi vida para comenzar con una vida tranquila como la que siempre quise.

-Respeto tu decisión. No insistiré en que trabajes para mí, pero quiero conocerte.-dice mirándome a los ojos.

-esta bien.

Me voy del despacho y salgo a conocer el lugar.

Es muy lindo y tranquilo.
Varios me quedan mirando y sueltan piropos. 
Nunca me eh considerado fea, pero no soy la gran cosa.
Mi cabello pelirrojo siempre llamo la atención, mis ojos son verdes y tengo varias pecas que resaltan por mi pálida piel.
No soy muy alta ni muy baja y mi carácter no es el mejor. 
Lo único que tengo para decir sobre mi.

Veo a lo lejos un chico que llama mi atención y me parece muy conocido. 
Me mira fijamente y es el chico misterioso del bosque. Una sonrisa sinica se asoma en su rostro y lo miro detalladamente para sonreír igual que el.

-Mucho gusto soy Ronald.- dice cerca de mi y estrechando su mano.

-Phoebe.- dejó su mano en el aire y sonríe.

-Entonces Phoebe.....¿que ocultas?-pregunta mirándome a los ojos.

¿Es idiota o qué?

-¿qué te hace pensar qué te voy a contar sobre mi?- es idiota.

-¿lo tengo que descubrir?- pregunta.

- Ni que pudieras.

-Te descubriré. Y cuando lo haga no te librarás de mí, ni siquiera querrás hacerlo.- lo miro confundida, sonríe y se va.

Esta loco.

Luego de intercambiar números con Parker me voy a mi cabaña. No me quería quedar ahí.
Luego de una larga y relajante ducha me tiro sobre mi cama.

No me gusta este pueblo, pero es suficiente para contenerme. 
Si voy a la ciudad voy a querer matar, a todo aquel que cometa una injusticia, pero pensándolo bien tendría que matar a mi padre. Suena raro decirle así.
Este es un lugar tranquilo, demasiado aburrido sin nada de acción.

¿Enserio quiero dejar de matar? Lo hacia por venganza y justicia pero me encantaba la adrenalina de hacerlo.

Ronald. Se me vino ese nombre a la cabeza y no se porque.

Es muy lindo, su cabello negro al igual que sus ojos, esa sonrisa que a cualquiera le daría miedo pero a mí me reta y a decir verdad me gusta. Su actitud de yo soy mejor que vos. 
Sacudo mi cabeza dejando de pensar en el. Es un idiota.
"Te descubrire" ¿es algo bueno o malo que lo haga?

Creo que debería dormir.

Un golpe seco en mi puerta me hace despertar sobresaltada. 
Saco mi arma y me acerco silenciosamente.
Veo si está cargada y abro la puerta.
Me sorprende ver a Ronald ahí.

-¿Que haces aquí?- pregunto enojada.

-Hola preciosa, quisiera hablar pero por si no lo notaste me estoy desangrando.-miro hacia el costado de su abdomen y es verdad.

-¿y?- le respondo seca.

-¿me podrías ayudar?- lo dudo pero que más da.

-Entra antes de que me arrepienta.

Me hago a un lado y pasa.

-sientate ahí.- señalo una silla y se sienta.-Quitate la remera.-me mira pícaro.

-Si quieres hacer algo solo pídelo preciosa.-sonrie.

-Callate o vete.-este chico me saca la paciencia.

-bien bien tranquila.-se quita la remera y veo que es una herida de bala sin orificio de salida.

Entro a mi habitación y saco un botiquín de arriba del armario. Lo tengo por si esto me pasaba a mí.

Me acerco a él y me agacho para poder curarlo mejor.

-Dices algo y te vas.- hablo antes de que el lo haga.

Sonrie pero no dice nada.

Saco un par de pinzas y quitó la bala con cuidado. Luego desinfecto la herida y la vendó.

-Listo puedes irte.-me paro y me dirijo al baño para ducharme quitándome todo rastro de sangre.

Al salir me visto y voy por un vaso de agua.

-¿por qué sigues aquí? ¿No escuchaste cuando dije que te vayas? ¿Acaso el disparo te dejó sordo o que?- le digo seria.

-Tranquila ya me iba. Pero antes-se acerca y lo miro. Se lanza hacia mí besándome y me quedo quieta. Lo empujó.

-Vete te dije.-me mira y lo golpeó- eso es por el beso- lo vuelvo a golpear- y eso es por decirme preciosa.

Sonrie y parece que si es sordo porque me vuelve a besar. Se lo sigo torpemente pero fueron solo unos segundos porque lo vuelvo a empujar.

Lo miro y sonríe egocéntrico.

-Vete.

Me doy media vuelta y me acuesto. Cierro los ojos al escuchar que cierra la puerta y al fin puedo volver a dormir.

Al otro dia me levanto y hago lo que cualquier persona normal haría, pero como no soy normal escucho que hay alguien en la cocina y saco mi arma. ¿Es que no puedo tener un día normal no?




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