Detrás de la máscara rota

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Volteo mi cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda, y repito ésta acción reiteradas veces, asegurándome de que mi madre no haya regresado del trabajo y esté merodeando por los pasillos de casa... Bien, parece que aún no ha vuelto. Regreso mi cuerpo hacia el interior de mi dormitorio y cierro la puerta con llave; es mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?

—Eliminen sus dudas ahora —digo, girando sobre mis talones y quedando frente a frente con mis amigos, quienes se encuentran esparcidos por la habitación.

—Dinos todo lo que sabes —responde al instante Kilian, con simpleza.

Mierda.

«—Empieza por lo esencial, Aleksy, cuéntales sobre dónde estoy.»

Asiento lentamente, con la mirada perdida, pensando en qué palabras utilizar para expresarme como corresponde.

—¿Alguna vez han oído hablar del purgatorio? —pregunto, agitando la cabeza y regresando la vista hacia ellos. El único que asiente es Kilian, mientras Abner y Enzo me miran desconcertados —, bueno, no sé si ustedes creen que hay algo más allá de la muerte, pero yo sí. Y el purgatorio es el sitio adonde las almas se dirigen cuando sus pecados no les permiten ingresar al Reino de los Cielos, pero tampoco son motivo suficiente para condenarlos al infierno —explico, aunque siento que me expresé pésimo —. Bueno, ignoren esa introducción. En resumen, el espíritu necesita de nuestra ayuda porque está en el purgatorio y tiene la oportunidad de arrepentirse verdaderamente de sus pecados e ingresar al paraíso, y...

—¿Por qué no se arrepiente de sus pecados y ya? —me interrumpe Abner.

A veces envidio lo sencilla que parece ser la vida para el rubio.

—Si no me hubieses interrumpido, sabrías que ahí es donde nos involucramos nosotros —respondo, impacientándome —. El problema del chico enmascarado es que no recuerda quién era cuando estaba vivo, lo que significa que tampoco puede recordar sus pecados, y por ende no puede arrepentirse verdaderamente de ellos.

—Alto, alto, alto. Un momento —toma la palabra Enzo — ¿Nosotros debemos ayudarlo a descubrir quién es? —pregunta, a lo que respondo con un dudoso asentimiento de cabeza —, ¿Cómo haremos eso, si él es incapaz de recordar su existencia? Somos buenos siguiendo las pistas de Blue, Alek, pero esto va más allá de un programa infantil y no podemos rebuscar en su memoria el nombre y apellido que llevaba cuando estaba con vida.

Bien. No había pensado en eso. Lo único que sé de Nadie es lo que acabo de explicarles a mis amigos, es decir, él jamás me ha dado alguna indicación acerca de cómo ayudarlo, y tampoco se me había ocurrido preguntarle, estaba demasiado ocupado culpándolo y odiándolo por arruinar mi vida, como para razonar su muerte.

Giro mi cabeza hacia diferentes direcciones, buscando a Nadie, y no hace falta que emita alguna palabra cuando lo veo; como él mismo lo dijo, reconoce a la perfección mis miradas y los pensamientos que se reflejan en ella.

«—Tengo recuerdos borrosos de mi vida —explica, de inmediato»

—Tiene recuerdos borrosos de su vida —repito, regresando la mirada hacia mis amigos.

Al verlos, mi corazón se acelera, porque sus ojos están clavados sobre Nadie. Durante un segundo, la idea de que pueden verlo me provoca escalofríos y una corriente de emoción invade mi cuerpo. Pero esa emoción no tarda en ser reemplazada por una desilusión que me estremece por completo. Ellos no pueden verlo, simplemente dedujeron dónde está porque yo lo había mirado sin ningún tipo de discreción minutos atrás.

Kilian se deshipnotiza cuando oye mi voz, y posa toda su atención sobre mí.

—¿Puedes... Puedes preguntarle si alguno de esos recuerdos borrosos, nos puede servir como una base para averiguar quién es? —formula, inseguro.

—Él puede oírte —aclaro, recuperando la atención de Enzo y Abner —, bueno, tal vez no lo habías notado porque tú no puedes oírlo a él.

Debo reconocer que eso sonaba mejor en mi mente

Los tres tragan saliva y empalidecen.

¡Genial, Aleksy! Ya los espantaste. Eres un completo imbécil, idiota, inservible, estúpido, bobo, y...

«—Creo que tenía un amigo —dice Nadie, interrumpiendo mis pensamientos. Pero se oye inseguro—, no recuerdo su rostro, tampoco su nombre, pero sé que lo quería, y mucho.»

Me llevo la palma de la mano a la frente, mientras río irónicamente. ¿A eso se refería con "recuerdos borrosos"? ¿Cómo mierda nos servirá eso para descubrir quién es? Esto es fantástico, ¡fantástico! Además de espantarlos, haré que crean que estamos ayudando a un idiota.

—¿De qué te ríes? —pregunta Abner, desconcertado.

Me quito la mano del rostro y lo miro.

—Él tenía un amigo, pero, adivinen qué... —hago una pausa, reteniendo la risa —. ¡No recuerda nada acerca de él! —concluyo, rompiendo en carcajadas, las cuales, lentamente, cambian de dirección, amenazando con convertirse en llanto —. ¿Saben qué? Esto es absurdo. No hay nada que podamos hacer para ayudarlo... No hay nada que ustedes puedan hacer para ayudarm...

—¿Recuerdas a qué preparatoria iban?—me interrumpe Kilian, mirando en todas direcciones —, ¿O algo que hayan hecho juntos? ¿O algún pasatiempos?

Y, antes que pueda decirle al pelirrojo que deje de intentarlo, que nada de esto tiene sentido, la voz de Nadie aturde mis oídos.

«—¡Sí! ¡Acabo de recordarlo! —grita, con emoción —. ¡Estudiábamos en tu preparatoria, Aleksy, en la preparatoria Neón! —exclama, dirigiéndose a mí —... ¡Y él era el mariscal de campo en el equipo de futbol americano!»

Sin mi permiso, una esperanzada sonrisa se forma en mis labios.

—¡Asistía a nuestra preparatoria! —grito, igual de emocionado que él —. ¡Su amigo era mariscal de campo en el equipo de fútbol americano de nuestra preparatoria!



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En el texto hay: espiritus, amor, amistad

Editado: 22.04.2020

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