DetrÁs De Una Pantalla

CAPITULO 7

Buenos días, hora de levantarse, pero parece que Brianna no quiere levantarse.

Brianna se movía de un lado a otro, le daba flojera, era sábado, ¿Quién se levanta temprano?

—Bri, hija, levanta —dijo Giovanna acercándose a ella.

—No quiero, de verdad no quiero.

—Necesito que me ayudes, levántate hija.

Brianna con toda la pereza del mundo se sentó en la cama.

—¿En qué puedo ayudarte?

—Quiero que vayas al mercado, sé que tú no has tenido la oportunidad de salir, pe... —iba diciendo Giovanna, pero Brianna se paró y le sonrío.

—Si quiero ir, tu tranquila —le respondió dándole un beso.

Brianna realmente quería salir, hace mucho tiempo no sale de casa, al menos no sola, hoy por fin saldría, así sea al mercado, pero saldría.

Giovanna sonrío y comenzó a hacer la lista de lo que tiene que comprar.

Brianna se puso el mejor outfit que tenía.

—Estoy lista —dijo ya en la sala.

—Te vas al mercado, no te vas a pasear —dijo Giovanna riendo.

—Me voy al mercado, lo sé, pero déjame lucir está ropa —dijo con una sonrisa.

Brianna tuvo la lista, llevo el carrito de mercado y salió de casa.

—Bien, vamos a hacer las compras.

Brianna caminó y se dio cuenta que la casa de lado ya estaba alquilada.

—¿Por qué no me dijo mi mamá de esto? —dijo Brianna mirando la casa.

Dejando la casa atrás siguió su camino, con sus audífonos escuchando una buena música e ignorando al mundo, esa era Brianna, la chica que se toma las cosas con buena cara.

Brianna llegó a su destino y comenzó a hacer las compras.

—Si, me da un sol de cebolla, por favor —dijo Brianna entregando el dinero.

La señora muy amable le entrego, un gracias por parte de Brianna se escucho y salió del puesto.

Siguió caminando mirando todo lo que vendían y saludando a todos con los que se cruzaba.

Paso por una librería y tomó la decisión de entrar.

«¿No importa si demoro un poco?, no, no creo», pensó Brianna con una sonrisa en los labios.

—Hola —saludó.

—Brianna, mi niña —dijo don José.

Don José era un hombre de cuarenta años, es el dueño de la librería. Brianna y él se hicieron amigos cuando ella tenía doce años, el papá de Brianna compró ahí su primer libro, "Canciones para Paula", como olvidar ese día, Brianna estaba feliz de empezar a leer. Desde aquel momento, se volvieron inseparable, don José la esperaba los sábados a las seis de la tarde para sentarse en la librería y tomar lonche, ya que la librería también era con cafetería, mientras tomaban lonche, él le prestaba un libro y se ponían a hablar de eso.

Brianna considera a don José como su tío o un segundo papá incluso, él le aconsejaba bastante al igual que su papá, solo que ahora por la pandemia no han podido verse mucho ni compartir los lonches.

—¿Cómo ha estado?, ¿Le puedo dar un abrazo? —preguntó Brianna con los brazos estirados.

—Como negarte algo a ti —don José se acercó y la abrazó.

—Veo que el café aún no abre.

—No lo quiero abrir aún, no tenemos los permisos por la pandemia, pero la librería siempre estará abierta para que no se aburran y puedan leer.

—Qué bueno, esta vez no podré comprar, no tengo dinero juntado, me lo gasté para comprarme unas zapatillas —río Brianna.

—Yo te regalo uno, elige el que quieras.

—¿Enserio?

—Claro que sí, siempre compras los libros desde que tenías doce años, ¿Cómo no crees que te regale una?

—Pues disculpe que me aproveche de su ayuda, pero quiero dos libros —dijo Brianna con una carita de "por favor".

Don José comenzó a reír y con la cabeza aceptó, Brianna le sonrío y comenzó a buscar.

Ella pidió dos, porque quería un libro romántico, pero también quería un fanfic de romance, la cual ya lo habían sacado en físico.

—Perfecto, estás muy arriba —dijo Brianna parándose de puntitas.

Al lado de ella había un chico más alto que ella riéndose.

Brianna lo miró y se paró normal —¿Y si en vez de reír me ayudas?, digo nomás.

El chico río aún más y logró agarrar el libro para entregárselo.

—Aquí tienes —dijo con una sonrisa.

«Ya, pero hablaré de la sonrisa más hermosa que tiene este niño», pensó Brianna.

—¿No escucharé un "gracias"? —dijo el joven.

—Claro que sí, muchas gracias, iré por otro libro, ahí nos vemos.

Dijo Brianna y se fue al otro estante de libro.

—¿Qué libro me gustaría leer? —dijo Brianna caminando.

—Te recomiendo "Renacer", es muy profundo y escuché por ahí que es muy bueno, esta también en Wattpad, si es que lees en digital, claro —dijo el mismo chico de hace un momento.

—Gracias, ¿Me estás siguiendo? —dijo Brianna con una ceja alzada.

—Stiven, ¿Tú? —dijo estirando la mano.

Brianna sonrío y estiró su mano —Brianna.

—Bonito nombre, y de verdad, Renacer es un diez de diez.

—Bien, lo agarraré —Brianna agarró el libro y se fue donde don José.

—Me llevaré los dos.

—Está bien niña, Un te amo es para siempre y Renacer, que interesante los títulos —dijo sonriendo.

Los embolsó y se los dio.

Brianna salió de aquella librería y volteó a ver por última vez al chico, sonrío y se fue.

Camino por todo el mercado y siguió haciendo las compras.

Una vez acabado las compras iba caminando de regreso a casa, pero algo andaba mal, Brianna sentía que la estaban siguiendo así que caminó más rápido, tanto era su paranoia que creyó que la persona también caminaba rápido así que volteó.

—¡Deja de seguirme! —dijo gritando.

—¿Perdón? —dijo Stiven.

Exacto, era Stiven, la pregunta es ¿Por qué la estaba siguiendo?

—¿Stiven?, ¿Por qué me sigues?, me das miedo.

—No te estaba siguiendo, vivo por acá.

—Qué raro, porque yo jamás te eh visto por aquí.

—Recién me mudé hace una semana, ¿Está mal mudarse?




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