La mejor noche de la Vida.
Elizabeth.
—¡Vamos, Lizzy se nos hace tarde!—me apresuró.
—Sigo sin entender por que debemos ir a esa fiesta.
—¡Shhhh!—me calló poniendo su mano en mi boca—Mamá cree que estaremos en tu casa viendo películas—susurró.
Eva nos esperaba dentro del auto.
—Odio cuando me obligas a mentir—aparte su mano de mi cara.
Me causaba tanta incomodidad cuando hacía contacto fisco conmigo. Por más que se lo decía, no lo entendía.
—¡Vamos, vamos!—me tomo del brazo.
Hoy había tomado la decisión no asistir al instituto. A mi padre no le agradó la idea, aún así no se opuso. Con la condición que lo acompañara al despacho. Toda la mañana me estuvo enseñando lo que hace. Básicamente no me libre de estudiar, porque papá me puso a escudriñar su profesión para en un futuro ser una gran abogada como él.
No es que lo quiero, por ahora es mi único opción para la universidad, así que según sus palabras, debo prepararme y esforzarme.
Me sube a la parte trasera del auto. Ella aborda el asiento de copiloto, indicándole a su madre que avance.
—Elizabeth ¿Qué tal tu día?—cuestiona Eva después de saludarme—Jane me contó que estarías hoy con tu padre.
—Estuvo Bien, supongo.
Me la había pasado todo el día encerrada en la oficina de papá, no tuve la oportunidad de ver a cierto chico con ojos hermosos… digo azules. Seguía dando vueltas en mi cabeza por alguna razón ilógica.
—¿Por que no fuiste al instituto?
—Mi padre quería que viniera hoy con él.
Jane se alzó un poco, moviéndose para girar la mitad de su cuerpo.
—No era en serio eso de repetir el año, ¿Verdad?
—Jane, siéntate bien—la reprendió Eva.
Ella obedeció, colocándose el cinturón de seguridad.
—Si no tengo más opción...
—¿Repetir el año? ¿A propósito? —Eva pareció preocupada cuando asentí—¿Por qué quieres repetir el año a propósito?
Alterna a la vista entre el espejo retrovisor, donde me veía y la carretera.
—No es precisamente eso—respondí.
—Lo que pasa es que a Ellie le toco hacer el proyecto de biología con un muerto—Jane le explicó.
—¿Con un muerto?—Eva no comprendió.
—No es precisamente un muerto, es...
—No existe. Preguntamos por el en toda la escuela y nadie lo conoce—aclaró—, y ahora resulta que si existe y que tienen que hacer el proyecto juntos por las próximas tres semanas.
—Eso.
—Va, ya entiendo.
—Mami, pero es un tipo que da miedo—para agregarle dramatismo a la situación, Jane se removió como si sintiera un escalofrío—. Muchísimo miedo. Es demasiado raro.
—Si es muy raro.
—Lo peor de todo es que si no hace el trabajo juntos podrá asistir al baile primavera.
—No es lo que me importa—aclaré.
—¿Eso que tiene que ver con repetir el año?—inquirió cuando Jane se desvío del tema.
—Cierto, es que como es el último proyecto de biología vale más de la mitad de nuestra calificación final, entonces si no lo hace no podrá graduarse.
—No sacrifiques tu futuro solo porque esa persona no te agrada—volvió a hablar su madre—. Cuando termines ese trabajo, y veas el resultado de tu esfuerzo no importara con quien es que lo hiciste.
—Suerte que a mi me tocó Rod Harris—ya volvía con eso—estos dos días que hemos estado juntos ha sido maravilloso.
—Jane, no estamos hablando de ti ahora.
Mi amiga solo frunció los labios.
El parecido físico entre ambas era exorbitante. El cabello claro, los ojos marrones, la complexión delgada, las facciones del rostro. Aunque eran tan distintas, pero suponía que era solo por la edad. Eva es una adulta responsable, Jane una adolescente qué quería vivir la vida al máximo, aunque a veces le mintiera a su madre sobre muchas cosas.
El resto del viaje Jane se la pasó contándole a su madre algo sobre una revista de moda que había visto. Entendí algo sobre pasarelas, vestidos, y algo parecido. Y que a eso se quería dedicar.
Me alegre por ella, que tuviera claro su futuro.
Pronto terminaríamos el instituto y deberíamos comenzar con la universidad.
Llegamos a casa, Jane bajo su bolso y se despidió de su madre.
—Diviértanse en su noche de chicas—dijo antes de irse y dejarnos en mi puerta.
—Traje varios vestidos para que me digas cual se ve mejor ¿Vale?
Me llene de paciencia para soportar una vez más la misma escena.
Esta va a ser una tarde muy, pero muy larga…
—A veces me pregunto ¿por qué sigo siendo tu amiga?—me adentre a mi hogar seguida de ella que cerro la puerta.
—Porque no tienes otra amiga más linda y más cool qué yo—nos sentamos en el sofá de mi casa—Traje todo mi maquillaje para ponernos súper lindas. Bueno yo, tu un poco.
Le saque el dedo medio al mismo tiempo que me levante yendo hacia la cocina por un vaso de agua.
—¿Qué vamos a comer? —pregunto abriendo el refrigerador.
—¿Qué no comes en tu casa?
—Si, pero le dije a mamá que comería aquí, y me encanta la comida de tu madre.
No se que toma, pero lo mete al horno para calentarlo.
—Será una noche magnífica. ¡Al fin conocerás a mi novio!—dio un pequeño grito de felicidad.
—Wow, cuanto entusiasmo.
—¡Traje todas mis cosas para arreglarnos juntas!
Le encantaba jugar conmigo como si fuera un maniquí de exhibición.
Cuando el horno suena, indicando que su comida esta lista, saco dos platos y lo sirve en ambos.
—Tu vas a lavar eso.
—Por supuesto, mamá. Tranquila, que dejaré todo como estaba para que no entres en corto circuito.
—Gracias—conteste con el mismo sarcasmo que ella usó.
No tardó nada en terminar de comer, por mi parte solo di unos bocados. Odio la comida recalentada.
Una vez limpiamos lo poco que ensuciamos, me arrastró hasta mi habitación, corrió las cortinas, y abrió su bolso.