Devuélveme a mi chica

seulement

Había hecho oídos sordos cuando sus amigos le advertían que a aquella joven pelinegra solo le importaba el dinero. Pensaba que solo era algo de envidia por haber ganado a una de las chicas más bonitas que había conocido, se sentía dichoso al salir con ella de la mano, poder besarla en el cabello o en sus labios, para dar a entender que solo a él, y solo a él le pertenecía. Una confirmación muy pronta por desgracia.

Nathan, aquel primo con el que había compartido su infancia e incluso su vida, había aparecido con su grande y lujosa camioneta negra, unos pantalones y camiseta marca Calvin Klein, solo ese pequeño segundo fue necesario para Alisha.

Si bien, ella quería mucho a Josh, no iba a dejar ir aquella grandiosa oportunidad. Desde que era niña se le había contado las historias tanto de su madre como de su abuela, quienes al poseer una belleza exuberante se les presentaban oportunidades que rechazaban por seguir a su corazón, unas decisiones de las que siempre se arrepentían. Se prometía que nunca en su vida cometería esa espantosa idea de seguir a su estúpido corazón, quería enorgullecer a su familia, y Nathan era el elegido.

Josh no se había imaginado el dolor tan grande que abarcaba el área del pecho al escuchar hacía tan solo un mes, pronunciar de esos labios sedosos que le pertenecían a su novia en ese momento un hasta aquí.

Y ahora, sentado en el sofá blanco de la sala de estar, no dejaba de rebotar las advertencias de todos, hasta de Jennifer Robertson, la mejor amiga de Alisha. En aquella época no había logrado entender el como ella podía decir tales barbaridades tratándose de alguien que su novia la consideraba una hermana. Lastimosamente, Jennifer estaba en lo correcto.

No pudo evitar que le escociera la herida que aun se encontraba abierta. Y no solo él había sufrido, Jennifer había tomado la mala desición de fijarse en Nathan. Nunca se había imaginado que aquel con el que se reían de algún chiste estúpido de un dibujo animado, hubiera hecho tal daño a Jenn.

El sonido del timbre resonó por la estancia, tiró la cabeza hacia atrás en un gesto de fastidio y pereza, suspiró y se dirigió hacia la puerta.

Una cabellera rubia, unos labios rosa y unos lentes fue lo primero que lo recibió al abrir esa cosa de madera.

—¿No se te olvidó algo?— preguntó la joven, abriéndose paso con el bolso a un costado tambaleandose y estableciéndose en el sofá. Josh se frotó la cara con las manos.

—¿Cómo podría olvidarme de eso?— declaró— El sentimiento de culpa me carcome.

Jennifer lo miró de arriba para abajo y suspiró.

—Algún día tendrás que salir y enfrentar tu realidad— señaló aquel álbum encima de la mesita café, con el que ayer él se desveló observándolas—. Estás así desde hace un mes.

—No vengas con sermones ahora— avanzó hacia ella— Recuerdo que tu estuviste así— reclamó.

—Disculpa, pero solo estuve así durante dos días— miró hacia la mesa donde había una foto de los primos—. Me costó saber que no se merecía mi amor—murmuró.

Se colocó al lado de ella, observándola. Jennifer se giró hacia Josh.

— Alisha tampoco lo merece— concluyó.

Se quedaron allí, observándose, detallando los rasgos de cada uno, había perdido la noción del tiempo, aunque eso era normal en el desde Alisha, se acercaban poco a poco, tal vez era el despecho de ambos, la ira, la desolación que compartían, y fue solo eso, un ligero rose de labios, Josh se apartó poco a poco, pestañeado rápidamente.

—¿Cuando se supone que vendrá Terry? — inquirió, tratando de sofocar el silencio que ahora reinaba.

Jennifer lo observó por un instante, desvío la vista al bolso beige que se hallaba al lado de ella y sacó su móvil.

—No debe de tardar— fue lo único que dijo.

Hubo un instante de silencio.

—Al parecer la actuación se da entre familiares—dijo sin pensar.

Ella lo miró con el ceño fruncido y al comprender sus palabras, apretó la mandíbula.

—Lo hago por ambos— le recordó.

El aparato vibró entre las manos de Jenn, quien recibió la notificación de su amigo.

—Ya está aquí— informó.

Ambos salieron al encuentro de aquel chico castaño que los ayudaría en el asunto.

[…]

—Sabes lo que tienes que hacer ¿no?

—Lo tengo en claro, Jennifer — le recordó Terry en tono cansino.

—No puedo creer que vayamos a hacer esto— susurró Josh.

—Le mostraremos como es Alisha, créeme que caerá.

Los tres respiraron hondo.

—Es hora— Jenn tomó de la mano a Terry— Vamos.

Se dirigieron al automóvil, Terry eligió el asiento del copiloto-luego de que Jenn se lo ordenara-, ella quedó enfrente de la puerta del auto, miró a Josh sin ninguna expresión, se colocó sus lentes y arribo el automóvil.



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En el texto hay: amor tristeza, amor y venganza, amor robado

Editado: 30.09.2018

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