Un hipido me vino de la nada haciendo que todos en la clase se me quedaran viendo nada nuevo por supuesto.
Era algo que no podía controlar, simplemente el hipido salía a toda potencia. No era mi culpa.
-Dejen de mirarme.-Hice cara de pocos amigos y los demás volvieron la vista al frente.
-Te hipo me da risa.-Comentó Evangeline a mi lado.
-A mí me da risa tu cara.-Rodé los ojos y mi mejor amiga comenzó a reírse.
¿Qué le pasa? Se supone que le estoy haciendo bullying.
-Debido a tu falta de respeto, iré a tu casa y me alimentarás.-Alzo las cejas y sonrío ampliamente.
-Eso haces siempre.-Negué mirándola y sacando una hamburguesa de mi mochila.-Pero no puedo hoy.
-¿Porque? ¿Desde cuándo no tienes tiempo para tu mejor amiga?
-Ay por favor, siempre tengo tiempo para ti no seas exagerada.-Agarre una de mis papas fritas gimiendo de amor.- ¡QUE JODIDOS CHISMOSO!- Hable en voz alta pero en susurro cuando todos se me quedaron viendo.
-Ignóralos.-Evangeline todo los ojos e intento robarme una de mis deliciosas papas pero le di un manotazo impidiéndoselo.- ¡Que mierda te pasa!
-¡Tengo hambre! Mi padre no me alimenta.
-Por favor tus padres cagan dinero, literalmente.
-Solo mi papi, no hablemos de la zorra de mi madre.
-Supéralo.-Susurro poniendo la vista enfrente justo en el trasero del profesor Cole.
-Tú no viste a tu madre fornicando con otro, si estuvieras en mi posición la odiaría igual que yo.
-Señorita Young, me podría explicar de qué tanto habla con la señorita Shepard.-Alzo la voz el profesor dirigiéndome una mirada reprobatoria.
-De nada.
-¿Segura?
-No le gustaría saber de qué hablamos.
-Ilumíneme.
Aclare mi garganta y me levante de mi silla.
-Hablábamos de como mi madre le fue infiel a mi papi, y después de eso yo, por ser una jodida loca según muchos por aquí, intenté acabar con mi asquerosa vida.-Sonreí falsamente alzando las cejas.
Nada de eso era real, claramente. Bueno no todo, mis padres se separaron cuando yo era pequeña, tal vez porque mi padre le fue infiel a mi mamá, pero amo a mi papi. Lo demás es pura mierda.
-Te puedes sentar.
-Te encanta el drama.-Susurro Eva cuando estuve sentada.
-Lo sé, soy la pobre niña ingenua que "se quería suicidar" por Dios que estupideces. Mi vida podrá ser miserable pero no soy demasiado idiota como para matarme.
-Jodidos rumores.-Suspiro Eva.- ¿Porque no puedo ir a tu casaaaa?
-Mi padre ira a una cena de la empresa, tengo que acompañarlo.
-¿No puedo ir?
-Noup, está vez no Eva.
-Demonios.
Toco el timbre del cambio de hora y rápido me dirigí a mi clase de física, lástima que Eva no está en mi misma clase. Todo iba perfecto enserio, estaba empezando a creer que iba a ser un estupendo día. Pero no. Me tuve que chocar con alguien y caer de culo al suelo.
-Auch.-Chille cuando caí y rebote sobre mi culo. Necesitaré una silla de ruedas.-Fíjate por donde va...
Wow, simplemente wow. Es demasiado sexy. Un chico muy alto estaba enfrente de mí, su piel era pálida y sus ojos eran de un color azul marino, se veía fuerte y condenadamente sexy. Lástima que sea Dexter Smith.
-Fíjate por donde vas-Dijo el lindo animal haciendo que parpadeara rápido. Patán.
-Tú fuiste el que chocó conmigo.-Grité levantándome y sobando mi pobre trasero.
-Como sea.
-Idiota.-Susurre en voz baja cuando él estuvo más lejos.
-¿Que dijiste cariño?-Se volteo a unos metros de mi viéndome fijamente.
-¿Que?
-Repítelo.-Dijo caminando a paso rápido hacia mí.
-¿Cómo escuchaste?-Fruncí mi ceño.
-Tengo mis secretos.-Murmuro a una distancia peligrosa de mi cara mirando mi cuello descubierto.-Tienes un lindo cuello ¿sabes? Siempre te veo por los pasillos, pasando desapercibida de todos, menos de tu amiguita esa, ¿Cómo se llama? Ah, Evangeline, Eva para los amigos.-Relamió sus labios aun con su mirada en mi cuello.- Eres realmente apetitosa, huelo tu sangre a kilómetros, fácilmente te puedo reconocer Haven, hueles realmente exquisito.-Respiró profundamente aún más cercas de mi cuello.- Cada vez se me hace más difícil no poder probarte.-Mi respiración estaba agitada, ¿De qué demonios habla?-¿No tienes idea de nada cierto? Te propondré un trato, estoy seguro de que no podrás negarte, de otro modo tendría que ser un proceso diferente que no te gustara para nada, te propongo esto: Tú me dejarás beber de tu deliciosa sangre y yo a cambio seré como tu sombra, aunque lo vengo siendo desde hace un tiempo, de no ser por mi estarías muerta, agradécele a tu padre tus múltiples intentos de homicidio.
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Editado: 26.05.2019