—Te lo estoy diciendo. este país está de cabeza, el mundo está de cabeza.
—No se ve tan mal.
—La mayoría abandonó su inteligencia, y en el mismo saco se encuentran sus principios, están tan entretenidos en acariciar el final que olvidan apreciar el desenlace, como si les cobrarán la hora de vida. son todos unos terroristas ocultando su mejor arma.
— ¿Cuál arma?
—La puta manipulación. aquella que vive cuadras arriba de su empatía, pero nunca cruzan la avenida.
—Mira, entiendo lo que te aflige, pero el cambio es personal.
— ¿A qué te refieres?
—Sé que la vida puede cogernos de repente, pero siempre estás tú viéndote, y aunque lo correcto sea cuestión de perspectivas, no hay ni una sensación que nos complete como lo es hacer lo correcto, esa satisfacción que nos ofrece la vida es gratuita. Encuentra tu felicidad interna, desarrolla tu paz.