AMOR CON HIELO

—Amigo, es cierto, siempre hemos tenido esa sombra al acecho, como un cañón cargado apuntando directo al epicentro, juro que si hubieses oído sus labios pronunciar un te quiero, hubieras caído envuelto en felicidad. Y si cometí un error en recorrer ese sendero, entonces todo ha perdido sentido en mi vida.

—No sé qué decir, por un lado, el amor aporta sentido, pero tus gritos internos persisten.

—¡Oh! no, compañero, pido perdón si alimento tus oídos de mis delirios que me atormentan, han transcurrido seis primaveras desde su partida; aunque, según el calendario, fue tan solo una. Todas las estaciones transmiten lo mismo. y todos los números saben vacío.

— ¿Qué ocurrió?

—Ella empezó a vivir en mecánico, ya sabes, se enredó de toda esa basura tóxica, y de ese mundo confuso lleno de burlas y prejuicios.

—Bueno, ese no es motivo suficiente para dejar en el pasado un querer que aceptaste.

—No entiendo.

—El amor es un guión improvisado, puede devorar cómo revertir el reloj cuando la luz oscurece. Quizá has jugado con un poco de calor de otro, pensabas que era la mujer correcta, idealizando su belleza, y tus problemas codificados parecían resolverse, y pasado un tiempo, ella muestra su arrogante actitud. Tío, eso siempre estuvo ahí; tal vez estabas aturdido por la fragancia que emanaba de su rostro, pero siempre estuvo a tu lado.

—Ya no se puede confiar en nadie, ¿verdad?

—La confianza es una escalera.

— ¿Qué?

—Lo que dije; ir abriéndose paso a paso.

—Ella traicionó mi confianza.

—Tienes que dejar de culpar al resto por las consecuencias de tus acciones, lo intentaste, no funcionó, ahora de qué aquejan tus latidos, suelta ese abrigo anti-empático, el amor no es una novela escrita a tu gusto, los hechos no dependen únicamente de ti.

—Me estoy volviendo loco.

—Sería de temer si no fuera así.