[El amor puede doler... pero es la única cosa que nos hace sentir vivos]
-Eso es Alice ¡lo tienes!-dije mientras sentía el ritmo.
-Soy fabulosa ¡Yo lo sé!-Grito dando un pequeño salto que segundos después se convirtieron en un traspié.
-¿Estás bien?-Dije sosteniéndola levemente por el antebrazo, la vi apretar los ojos unos segundos para luego asentir.
Mi error, fue no prestar atención a los pequeños detalles, a ese cambio rotundo que su cuerpo estaba teniendo, a esas noches de nauseas e insomnio, ella lo atribuía a un virus, le restaba importancia...
-Si, no te preocupes-Respondió dándome un leve empujón mientras soltaba una risa juguetona.
Sonreí levemente.
-¿Y entonces...Quién te enseño?-dije colocando mis brazos como jarra a cada lado de mi cintura.
-Tú -dijo mientras me guiñaba un ojo y me abrazaba.
-Recuérdame ir al médico- dije mirándola- algo no está bien en ti y eso me preocupa un poco.
-Ya se me pasara- me beso levemente- confía en mí...- Susurro.
Asentí inconforme.
-Te quiero-susurro contra mis labios.
-Te amo-susurre uniéndonos por toda una vida.
Volvimos a lo nuestro, volvimos a ser ella y yo con un prometedor futuro frente a nuestros ojos.
Las pequeñas cosas que un día sentí, ahora las veo como gigantes momentos que deje ir.
No podía tapar el sol con un dedo después de lo ocurrido, Alice no volvería a ser la misma...
Y no lo fue...
Porque a pesar de las cosas nuevas a pesar del nuevo presente, la estrella que un día cegó mis ojos dejo de habitar el cielo.
Solamente dijo una cosa aquel día...
-Todo no puede ser siempre como uno quiere Harry.
Y la realidad era que no mentía...
Porque la ebriedad no dura por siempre y la culpa a veces carcome lo más recóndito del cerebro...
El padre de Alice sospechaba, investigaba y desde luego sabía que su hija tiempo antes se escapaba, duraba altas horas de la noche hablando por el móvil y a veces hablaba consigo misma... susurraba poemas de amores... dirigidos especialmente a una sola persona.
Dirigidos a mí.
Y como felino vigilo desde la lejanía a su presa... Y sin dudarlo ataco en el momento menos esperado.
[Harry Evans 16/07/2013]