Diario de un Asesino Serial 2

PRÓLOGO

Me herían con sus pensamientos e ideas crueles, criticar a una persona sin ser perfecto, es totalmente ilógico. Que el más débil sufra por el más fuerte, es un comportamiento lleno de cobardía. Usualmente, el hombre sano no tortura a otro, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador. Ese es mi caso.

Cuando era chico y mi madre me llevaba a cualquier parte, ya sea al centro o al parque; yo me ponía a observar a las personas. Seleccionaba a alguien específicamente y trataba de imaginar que era lo que pasaba por su mente en ese instante, pensaba como era su vida, su familia, sus amigos. Para no sentirme solo y triste, creía que esa persona era más miserable que yo, sentía lástima durante unos segundos y luego recordaba que nadie en este mundo, podría ser más infeliz que yo. En mi interior, se creaba un vacío tan grande como los agujeros negros que crean las estrellas, luego de que explotan.

Todas las noches, despertaba transpirado y la cabeza me estallaba por el dolor agudo que se producía debido a aquellas horribles pesadillas. Un día, harto de todo, estuve a punto de acabar con mi vida. Tenía trece años, había sido mi primer día de clases y ya no aguantaba. Escribí una nota, muy breve, en la cual puse “Todo el mundo tiene un límite, y yo llegué al mío-Daniel”.

Tomé un cuchillo muy afilado de la cocina, cerré la puerta de mi habitación, me acosté en la cama y me coloqué los auriculares. La canción que sonaba en ese momento decía rodeado por los lobos, me quieren muerto, no era difícil lo que tenía que hacer. Dos cortes verticales en mi muñeca bastarían. No habría manera de detener la sangre, unas horas de agonía y obtendría el descanso eterno. Cuando el cuchillo comenzaba a arder, la canción había terminado y en su lugar sonaba otra, de la misma banda, de la cual no voy a revelar el nombre. Esta tenía un tono diferente, enojo e ira se notaban en cada oración. Decía aprende a nadar antes de que te hundas, no puedo recordar la última vez que sonreí.

Por simple curiosidad, solté el cuchillo y escuché atentamente, tanto odio que he mantenido en mi interior, detrás de estos ojos hay un demonio dentro, la vida es demasiado corta para que mueras, ignora las caídas, asegúrate de estar siempre arriba y no vuelvas a mirar atrás. Me paré en la cama y puse el volumen al máximo Déjalo dormir, déjalo dormir, déjalo dormir, casi me he dado por vencido, algo no está bien, tengo que salir de este lugar, fuera de mi mente, fuera de la vista, mis malos pensamientos no se pueden ocultar y estoy atrapado en mi propia mente, no hay algo que puedas hacer, estás jodido y yo también. Saltaba mientras cantaba a toda voz atrapado en el infierno estoy solo, con mis pecados mirando a través de mi alma, supongo que no hay salida, déjalo dormir, déjalo dormir, déjalo dormir y suplica para que no se despierte. Se venía la mejor parte, salté de mi cama hacia el piso, mi cara transmitía una sonrisa inigualable y canté Rezo por la muerte, no queda nada porque vivir, harto de sus malditas mentiras, escondido detrás de ojos muertos, nunca los necesite. No hay un Dios en las alturas, ni un infierno debajo de mí, gritando pero nadie está ahí, rezando para que a alguien le importe, nadie cree en ti. Aún con vida, pero apenas respirando. Los odiooooooo.

Mis padres entraron en la habitación, asustados por mis gritos. Yo estaba cantando en inglés, no entendían lo que estaba diciendo. Me preguntaron que me pasaba. Les contesté que estaba feliz, demasiado feliz. Me pidieron que no hiciera tanto ruido y se retiraron. Esa canción lo es todo para mí, fue la que me dio aquella idea descabellada, que elaboré con el tiempo.

En aquel Diario, que construí con los cartones de una caja de zapatos y lo forré con papel y cola para dar un efecto de cuero, fui relatando uno por uno, los asesinatos que cometí. Mis venganzas eran despiadadas, algunas me pusieron la piel de gallina cuando las llevé a cabo. Eso no evito que me detuviera. Nada me detuvo. Pero llegó un momento, en el cual decidí relajarme un poco. Más bien, quise darles esperanzas a los demás. Once años han pasado y jamás imaginé que un muchacho pudiera descubrir mis secretos, no entiendo como mi escondite súper secreto fue revelado. He vuelto y a partir de este momento yo seré el narrador. Acompáñenme y juro que les voy a describir el mejor espectáculo de sus vidas, bienvenidos a mi venganza.



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En el texto hay: asesino serial, torturas, venganza

Editado: 05.05.2020

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