Diario De Un Asesino Serial

10/04/2006 DIARIO PÁGINA 35 “PRIMERA SOSPECHA”

“San Rafael se está convirtiendo en la ciudad del crimen y la policía está desconcertada” Eso aparece en casi todos los diarios y noticieros. Que risa me dan esos incompetentes. Ni siquiera se han dado cuenta que las víctimas están conectadas. Sospechan que solo se trata de algunas desapariciones. Los padres de Pilar están desesperados, se imaginan que sus amigas se resistieron al secuestro y solo se la llevaron a ella; también dicen que se podría tratar de una especie de venganza hacia sus padres. Si supieran del destino de su “hijita la santa”, que se note mi sarcasmo. Podría enviarles una carta, diciendo cuál de sus partes quieren de vuelta. Pero no, podría levantar sospechas.

Lo bueno es que nadie sospecha de mí. Están buscando por todas partes. Por las dudas mi casa está completamente limpia, no tiene ni un solo rastro de que alguien haya estado aquí. Mi auto está limpio de par a par, ni un solo cabello, ni un anillo o botón, ni siquiera un alfiler. Obviamente no soy tonto, sé más que nadie que el hecho de tener mis cosas totalmente limpias podría levantar sospechas.

Cuando iba al psicólogo, fingí tener un trastorno obsesivo compulsivo con la limpieza; fue mi mejor actuación. Incluso, llegué a inventar algunos “rituales” para poder aumentar mi credibilidad. Por ejemplo ordenar mi ropa por colores dejando los más oscuros al final y los más claros al principio, casi toda mi ropa era negra asique no fue un trabajo muy difícil. También ordenaba todos mis útiles muy simétricamente, etc. El psicólogo me creyó y me dio un papel donde certificaba que padecía de T.O.C. Por lo tanto tengo una muy buena razón para que toda mi casa y mi auto estén totalmente limpios, además de muy ordenados.

La razón de mi desconfianza, es que las autoridades siempre comienzan a buscar en casas alejadas. Mi casa está bastante lejos del centro, por eso siempre me manejo en auto para poder dirigirme hacia algún lugar. Es un Ford Torino, muy resistente y de hecho tengo pasión por mantenerlo en pie, tanto que parece un auto 0km. He tenido muchos compradores pero no lo quiero vender. Tiene un valor sentimental para mí, es tan culpable de mi venganza como yo, ya que él transporta a los “desafortunados” hasta su tortura. Es como una especie de coche fúnebre, pero bastante extravagante. Esos miserables deberían agradecer que sus inmundos cuerpos, se transporten en semejante automóvil.

Mi casa, es uno de los pocos lugares en donde puedo sentirme tranquilo y cómodo. Ser yo mismo, sin miedo a que me molesten o critiquen. En mi casa siento que nada puede salir mal. Todo es como yo lo planeo, nadie puede pasarme por encima. Creo que por esos motivos jamás me fui, jamás deje esto, va a ser muy difícil cuando tenga que hacerlo. No quiero ni imaginar ese momento. Quizá pueda quedarme para siempre; tengo miedo de lo desconocido, lo ajeno. No conozco otro lugar que no sea mi casa.

Y como si mis sospechas hubieran sido leídas a través de mi mente, puedo ver como un auto policía viene acercándose a mi casa. Perfecto que se abra el telón porque este acto acaba de comenzar. Antes de que toquen el timbre, abro la puerta. Parados en el pórtico se encuentra una policía de unos 37 años más o menos, castaña de pelo, tez blanca de piel; y un policía de unos cuarenta años, cabello rubio, y tez blanca. Ambos me miran y el hombre me pregunta:

-¿Usted es el señor Montenegro?

-Si soy yo ¿En qué puedo ayudarles oficial?- Le respondo con total tranquilidad, tanta que me parece que es sospechosa.

-Me imagino que se habrá enterado sobre las desapariciones, yo soy el oficial Horacio Cruz y ella es mi compañera Isabela Pérez-El oficial estrechó mi mano- Tenemos que revisar las casas más alejadas en San Rafael ¿Usted vive solo?

-Sí, vivo solo asique dígame ¿En qué los puedo ayudar?- Dije con un tono bastante simpático.

-Necesitamos revisar su propiedad y si posee vehículo también debemos revisarlo ¿Podemos pasar?

-Sí claro pueden pasar- dije pero cuando dieron el primer paso para poder entrar, obstruí la puerta con mi brazo- En cuanto me enseñe una orden de allanamiento.

-Disculpe señor, no sé si entendió lo que le quise decir. Hay muchas personas desaparecidas, no tenemos tiempo de pedir una orden, si es tan amable y quiere ayudar en algo a la sociedad nos va a dejar revisar todo lo que nosotros queramos, más aun si no tiene nada que esconder- ¿Ayudar a la sociedad? Pero si yo la estoy limpiando, pensé.

-Mire, a mí no me molesta ayudar a la sociedad, soy un buen ciudadano pago todos mis impuestos y jamás en mi vida he molestado a alguien. Pero, no por eso voy a permitir que un policía cualquiera venga hasta mi casa a desordenar todas mis cosas, para que se acabe de convencer de que no tengo nada que ver con las desapariciones sin una orden ¿Ahora me entendió usted a mí?- Dije con un tono bastante desafiante y ya frustrado.



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En el texto hay: asesino serial, torturas, venganza

Editado: 15.07.2018

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