Diario de un cambia formas //fanfic Mewgulf

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Marzo 18, 19...

He perdido la cuenta de los días que llevo sin poder escribir en las páginas de este diario.

Recién ahora tengo un respiro. Siento el cuerpo entumecido y agarrotado. Y tengo miedo. Nunca antes lo había tenido. Ni aún cuando mi propia vida estuvo en riesgo. Uno sólo teme de verdad cuando la persona que ama está en riesgo de muerte.

Me tiembla el pulso con sólo recordarlo. Pero quiero contarle al hipotético lector que llegue a leer estos garabatos el porqué de mi temor.

No soy bueno con las palabras. Así que lo contaré abreviadamente. No porque no sea importante sino porque el solo hecho de recordarlo todo otra vez hace que cada fibra de mi cuerpo tiemble de miedo.

Y el miedo no es bueno con la naturaleza de los cambia formas. El miedo acelera la transformación, aún cuando no haya Luna Llena, pirque como lobos nos defendemos mejor, contra casi cualquier enemigo, excepto quizás contra un amor no correspondido.

La misma mañana en la que había decidido irme llegó a mis oídos la noticia de que estábamos en guerra. Parecía que el ser humano no era capaz de sostener por mucho tiempo la paz, o no quería. Como cambia formas he vovido más que ellos, y como consecuencia, he padecido más guerras que ellos. Aún así ninguna me había afectado de una manera tan radical como lo haría ésta.

Con el estado de sitio instaurado y los movimientos de las milicias mis planes tuvieron que modificarse. Esperé agazapado en una casa en ruinas en las afueras del pueblo por un par de días. Debía esconderme para evitar que me reclutaran. Había decidido que ya había peleado demasiadas guerras humanas.Mi plan era recibir la segunda noche de Luna Llena sin cadenas.

En forma de lobo iba a ser más sencillo cruzar el bosque, y atravesar el caudaloso y helado río. Y mi olfato de lobo los detectaría a ellos - soldados amigos y enemigos- mucho antes de que ellos me detectaran a mí.

La primera parte de mi plan funcionó. Pero cuando iba a cruzar el río mi parte bestial me traicionó. Mis fosas nasales inhalaron un olor tan familiar como doloroso. Y antes de que me diera cuenta, mis patas fornidas me llevaban en una carrera alocada directo hacia él.

Unos cuantos kilómetros adelante lo vi. Mew estaba distinto. Tenía el cabello corto, casi rapado, estaba más delgado, ojeroso. Su ropa militar estaba manchada de barro y húmeda. Portaba un fusil y le temblaban las manos. Tenía miedo. Estaba aterrado. Su olor lo delataba.

Avanzaba junto a otros soldados, por la vera de un camino cubierto de nieve. El miedo de todos rllos me quemaba las fosas nasales.

Pero mis rojas pupilas no se despegaron de Mew ni una sola fracción de segundo.

Mi cuerpo de lobo blanco no me hubieta obedecido si hubiese querido alejarme de allí. 

"Lo sigues amando, Gulf.", me dijo el cambia formas.

Y así era. Aún con sus palabras clavadas en mi crebro y el recuerdo de su mirada glacial, aún con el miedo que emanaba de su cuerpo humano, frágil y limitado. Su debilidad me hacía amarlo más. Mi cuerpo bestial rugió regodeándose pero no tuve tiempo de nada más.

Lo sentí mucho antes que ellos. Otro rugido. El rugido de una bestia metálica sobrevolando desde el sur a baja altura. Y oí con horrenda claridad cómo aquel avión vomitaba un racimo de bombas oscuras y pesadas.

Y ya no pude pensar en nada más. Mi lobo tomó por completo el control...

Clavé mis colmillos en la ropa de fagina de Mew. Y lo arrastré como si no pesara nada, durante varios metros, haciendo caso omiso de sus gritos y sus forcejeos buscando liberarse.

Pero no duróucho. En seguida nos llegó el estruendo de las bombas explotando. Gritos, fuego, calor...y luego silencio absoluto.

Solté la pierna de Mew cuando sentí en mi lengua un sabor que me desconcertó. Su sangre. Lo miré creyendo que lo había lastimado sin querer. Pero entonces que la sangre le caía a borbotones de su muslo y no de su tobillo, de donde yo lo había arrastrado.

Un pedazo de metal retorcido al parecer había volado expulsado de la explosión y se le había clavado varios centímetros en la carne.

Mew me miró por un segundo. Estaba aterrado. Reconocí un segundo avión acerçandose y no lo pensé más. Volví a morder su tobillo y lo arrastré por la nieve, a toda velocidad, dejando un terrible rastro rojo en la nieve detrás de nosotros.



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En el texto hay: fanfic, romancegay, cambiaformas lobo

Editado: 26.07.2023

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