Diario de un corazón roto

Día 3

Hoy tuve que ir al oftalmólogo. Desde el año pasado vengo pasando mucho tiempo sentada frente a la portatil y mis ojos están muy cansados y aún más a raiz del término de lo nuestro. Lloré de camino al doctor. Lamentablemente a mi mente llegaron los recuerdos de todas las veces que te decía que iba a un lugar y tú hacías pucheritos y me decías: ¿No me quieres llevar mi amor? Y yo te decía: No puedo, estás lejos, pero te llevo en mi corazón y en el movil. 

Mi madre vio la trizteza en mis ojos, pero no dijo nada más. Ella sabe que me está costando dejarte ir, pero que me prometí a mí misma recordar y sufrir por lo nuestro 3 días. Hoy es el último y duele demasiado. No puedo seguir llorando por alguien que no me valoró, por alguien que dió por sentado que lo perdonaría. No puedo seguir llorando por alguien que se despidió dejándome miles de dudas en la cabeza. No puedo. Mientras espero que me atiendan, una de mis mejores amigas intenta animarme. Sabes, he descubierto que he sabido escoger bien a mis amistades. Se turnan para escucharme, darme ánimos y alegrar mis días. Estos 3 días que más las he necesitado han estado para mí sin objeción. 

Ahora mismo mi amiga me habla del chico con el que intentó algo pero tampoco llegó a nada. Me dice que lo bueno fue que nunca se dedicaron canciones y recuerdo que tú si lo hiciste. Me has malogrado el recuerdo de Chayanne. Era de mis favoritos y tú me has arruinado el recuerdo. Que tristeza. Al menos yo nunca te dediqué nada y mucho menos Bruno Mars. Para mi amiga y para mí, las canciones de Bruno Mars son cosas sagradas que no se le dedica a cualquier persona y sabes, alguna vez estuve tentada en hacerlo, pero al final me detuve. 

Acabo de salir de la consulta. El doctor dice que mi visión está muy bien y solo debo usar lentes de descanso. Me entran muchas ganas de buscar tu número y contártelo. Pero me detengo. Voy con mi madre hacia la otra oficina para elegir la montura. Es algo loco, pero la señorita encargada me da una montura igual a la tuya y recuerdo todas las veces que me he burlado de tus gafas porque parecen de abuelitos. Miro la montura y le digo que no me gusta, que es para ancianos y ella se ríe. Me río con tristeza; una lágrima quiere salir, pero la detengo. Escojo una montura para jóvenes, pagamos y quedo en recoger los lentes dentro de 2 días. 

Después de eso, mi madre me lleva al Mall para comprar los abarrotes del mes. Mientras vamos a ello, mi madre me pregunta por ti. Quiere que le cuente todo; desde el inicio hasta cuando nos dijimos adiós. Le digo la verdad. Mi madre dice que tú a raiz de todo lo que has sufrido tienes muchas heridas que necesitas sanar y talvez hiciste lo que hiciste por tus propias inseguridades y tu egoismo. Supongo que tiene razón. Las madres nunca se equivocan. 

Mientras compramos en el supermercado, recuerdo las veces que conversabamos mientras hacia lo mismo. Comprar. Te extraño mucho; quiero llorar otra vez y me pregunto si tú me estrañas tanto como yo o si por el contrario, te importé tan poco que ya estás haciendo tu vida con otra persona. Es tan duro seguir. A partir de eso momento ni siquiera recuerdo lo que pasó hasta llegar a casa. Tomo un baño e intento descansar. Me llega un mensaje. Es una de mis amigas a las que le di tu usuario de Instagram. Ella me dice que tú has estado tomando y fumando. Cosas que me prometiste que no harías por el bien de ambos. ¿Es tu manera de rebelarte? ¿Romper nuestras promesas? No lo sé. Mi amiga me pasa la cuenta falsa y puedo verlo con mis propios ojos. Mientras yo he llorado estos 3 días, tú has estado de juerga con tus amigos, cantando, bebiendo y fumando sin control. Me pregunto si has estado con alguien más, pero ya no viene al caso. 

Abrazo mi almohada y lloro un poco. Pero me detengo, pido a Dios por calma y cierro los ojos, esperando que tú estés bien. Aun te amo.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.