CAPITULO DOS

28 de Marzo del 2021

Ha pasado casi una semana desde que te encontré y decidí retomar mi escritura pero lo único que me provocó fue recordar cosas que yo ya creia superadas pero que en realidad solo estaba ocultando, nunca me enfrente a ellas, solo me escondí y aprendí a vivir con el dolor, tristeza, soledad y mis temores.

También estos días estuve recordando a el hombre que describí antes y me dí cuenta que lo extraño tanto y nunca lo pude soltar, me engañé a mi misma y a mi corazón.

Con él confirme que el primer amor nunca lo olvidas y que siempre te deja huella pero él me dejó una huella tan hermosa y dolorosa a la vez.

Creo que contar mi historia me ayudará a mi proceso de despedirme de él y que en el futuro al recordarlo lo vea como una experiencia que me dejó aprendizaje en vez de sentir que ni corazón duele y pesa como una roca.

Él se llamaba Luca, lo conocí cuando recién me gradué de la universidad, justo después de eso me fuí a Milán a un programa especial por parte de la escuela antes de que empezará mi maestría, solo estaría ahí por seis meses. Yo cuando lo conocí llevaba una semana de que había llegado al país. Estaba en una tienda comprando unas cosas para hacer la cena, estábamos en otoño, el aire era suave y frío.

Yo salía de la tienda cuando lo ví, Luca estaba del otro lado de la calle, estaba con sus amigos en la cafetería.
Cuando lo ví pensé que era atractivo como la mayoría de los hombres que había visto hasta ese momento.
Había empezado mi camino hacia mi departamento que estaba a dos calles, estaba recordando lo que había estudiado en mi clase de italiano que había tenido en la mañana cuando siento que sujetan ni brazo con la intención de detener mi paso, cuando gire para ver quién era me dí cuenta que era el hombre que había visto hace un momento.

- Al fin apareciste ¿sabes cuánto tiempo te he esperado? -

Estaba confundida por sus palabras ¿Me había estado esperando?¿Qué era lo que pretendía?

- Disculpe no entiendo a qué se refiere, por favor suelteme - respondí tratando de safar mi brazo de su agarre.

- Temo que si te suelto no te vuelva a ver, por favor déjame invitarte una copa de vino -

- Lo siento pero no puedo aceptar su invitación, por favor déjeme ir-

En este punto ya me estaba empezando a asustar.

-Te esperaré todos los días a esta hora en la cafetería dónde nos vimos-

- No haga eso, no pierda su tiempo... -

-¿Por qué perdería mi tiempo? Usted vale todo mi tiempo, mi vida... todo de mí-

Pero que tonterías estaba diciendo este hombre, apenas nos habíamos visto.

-¿Qué? No ....-

-Por favor - me interrumpió - Solo será una copa, le repito esperaré aquí todos los días, esperaría por tí toda la vida-

En este punto ya estaba completamente sonrojada, la mano que sujetaba la bolsa de compra se me resbalaba de los nervios.

-Una cosa más antes de irme- se acercó a mi oído - a pesar de que no me haya dirigido la mirada en toda esta conversación debo decir que tú rostro sonrojado es divino-

Se fue ... así sin más se había ido, estaba tan nerviosa, me dí la vuelta para seguir mi camino cuando llegué a casa y cerré la puerta me recargué en ella y dejé salir todo el aire que tenía contenido y pude sentir mi corazón latir tan rápido como si hubiera corrido por todo Milán.

Eran las tres de la mañana, estaba intentando dormir pero al cerrar mis ojos volvía al momento donde el se había acercado tanto a mí que sentía su aroma, su aliento, su respiración y el sonido de su voz llenaba mi cabeza y hacía que mi corazón bombeara más rápido. Pero debo admitir que me gustaba recordar ese momento, al recordar su voz sentía que estaba en un bote y el sonido de su voz eran olas que me mecian y que si era mentira que me esperaría todos los días no me preocuparía porque al menos tendré un mar donde pueda mecerme cuando yo quiera