CAPITULO TRES

08 de Abril del 2021.

Había pasado una semana desde mi encuentro con Luca, rodeaba toda la cuadra para evitar verlo. Una parte de mí estaba completamente asustada, pero no era miedo de sentirme en peligro, era un miedo que involucraba a mi alma. Temía que si lo veía otra vez el mar de su presencia me ahogaría y me perdería para siempre en el.

Una tarde iba de camino a casa, rodeando la cuadra como siempre, estaba tomando mis precauciones cuando mi teléfono empezó a sonar asi que detuve mi camino para contestar, tenía el teléfono en las manos cuando choqué con una persona, al alzar mi mirada lo primero que ví fueron esos ojos, que se convertirían en mi perdición.

Era él, de nuevo lo tenía frente a mí... Luca.

Su mirada era serena pero firme, tenía una ceja alzada como si estuviera esperando una respuesta de mi parte, su boca no expresaba nada pero en esta ocasión tenía una barba que empezaba a salir y pude ver cómo sombreaba perfectamente su mandíbula.

Mi corazón empezó a latir descontroladamente pero no sabía si era de nervios o por emoción de verlo, mi cuerpo empezo a temblar.

- Así que has decidido caminar más para no verme -

- No le debo ninguna explicación, puedo caminar hacia donde yo quiera - respondí tratando de sonar con firmeza.

- Primero intenta convencerte de esa historia antes de decirla - dijo mostrando una sonrisa burlona

- No me interesa hablar con usted -

- No es necesario que hables, con solo verte es suficiente para mí - tomó mi mano.

- ¿Si acepto su invitación me dejará en paz? - pregunté con mi mano aún en la suya

- No se lo puedo garantizar, puede que quiera verla mañana y al día siguiente o todo lo que me quede de vida - dijo sin dejar de mirarme y entrelazando nuestros dedos.

Mi sangre ardía, su mano me quemaba, me estaba derritiendo.

- Por favor acéptame - dijo acercando su frente a la mía.

Podía sentirlo, lo estaba sintiendo y me encantaba, su aroma era delicioso y podía escuchar su respiración, delataba que estaba igual o más nervioso que yo.
Nuestras manos seguían juntas y nuestras frentes unidas trataban desesperadamente unirse una con la otra.
Luca tenía los ojos cerrados, yo abrí los míos y la vista que encontré era indescriptible.

Sus cejas eran oscuras y sus pestañas eran largas, tenía pecas justo debajo de sus ojos, eran tan pequeñas que tuve la tentación de  besar cada una de ellas, ví que tenía un lunar en la unión derecha de sus labios.

- Acepto - dije en un susurro.

En cuanto dije eso abrió los ojos y me llevo a una calle que no conocía, seguíamos caminando, Luca no me decía nada pero en mi corazón algo me decía que no me preocupara.

Seguimos caminando por unos treinta minutos hasta que llegamos a una iglesia, era algo antigua, en su fachada tenía detalles grabados en la piedra que tenía y su campana empezó a sonar indicando que eran las seis de la tarde.

- En esta iglesia se casaron mis padres, ellos se amaron tanto que les faltó tiempo para seguir demostrándose cuánto se amaban - dijo mirando hacia la campana

- ¿Qué.... - me interrumpió.

- En esta iglesia nos casaremos -

¿Casarnos? Si esta es la segunda vez que lo veo, no es posible que diga eso.

- Creo que te equivocas - respondí soltando su mano.

- Sé que te parezco un psicópata al decir todo esto, también sé que pensaste que era un raro al decir que llevaba mucho tiempo esperándote-

En ese momento pensé que me estaba leyendo la mente.

- Pero no te asustes no soy un acosador o un loco, bueno a lo mejor loco si un poco, pero jamás te haría daño -

Estaba petrificada, no sabía cómo reaccionar o qué debería decir.

- Pero no miento al decir que llevo mucho tiempo esperándote-

- ¿Pero qué quieres decir con eso?- por fin pude preguntar.

- Te ví en el aeropuerto y desde ese entonces supe que estábamos destinados -

- No responde mucho a mi pregunta -

Él me confundía, era mi pregunta y me respuesta, sentía completa seguridad pero no podía evitar obtener respuestas.