Diario de una lesbiana adolescente [sin Corregir] ©

Capítulo 2 "Taller de Cuidado infantil de comedor"

Y así concluye el tema familia actualmente, el curso al que me apunte era un “Taller de Cuidado infantil de comedor”, no es lo que más me gusta ,ni mi vocación de niña, pero era de lo que había plazas y gratuito, para una estudiante sin dinero, era lo más aceptable en ese momento.

 

Una vez había una chica en clase que miraba mucho a Lulu, en el instituto, y se comento que esa chica podría ser lesbiana, pensé para mi “bien, así podré ver como reaccionan”, y dijeron “que ellas no tenían ningún problema con que lo fuera pero que era incomodo que la mirase”, vaya, eso no me solucionaba mucho, mucha gente va de, “yo respeto”, “tengo amigos gays”, pero, ¿y lesbianas?

 

No se, también, esa chica no era amiga, ni de Lulu, ni de Marta, ni mía, entonces, eso no puede ser una reacción de amiga, el miedo a que me mirasen mal, se alejasen de mí, y no solo quedarme sin ellas, que son mis amigas, si no, que se lo digan a la clase, o a alguien, o simplemente que alguien lo escuche, es algo que me daba miedo, y si sufro algún tipo de insulto o algo así por ello, no, prefería pasar del tema.

 

Con ellas Hablaba con bastante cuidado, si soltaba algún comentario un poco dudoso me decían; “¿Pero que dices?”, y yo rectificaba cambiando el rumbo de la conversación, el intentar meter algún tema un poco controvertido era difícil, y daba miedo.

 

Así pues, me fui sin decirlas nada, se que son mis amigas, pero el miedo de perderlas es mayor.

En mi casa la cosa no iba mucho mejor.

 

Empecemos por mis abuelos, son mayores, y de otra época, sí, pero, hay cosas que no me quedan claras, porque muchos de sus “famosos” favoritos son homosexuales, y no pasa nada, y si es alguien cercano, la cosa cambia. En mi familia se plantearon una vez si un pariente cercano era homosexual, al final se descarto y no se habló ni bien ni mal, pero luego se podían oír comentarios como “qué asco” o incluso “que guarras”, ¿Que guarras por que? Por besarse en público, vale que hay a gente a la que se “le va un poco la pinza” en el día del orgullo, pero, no hay que generalizar, y menos a mal, quizás nunca entenderé el tipo de mentalidad de las personas mayores sobre este tema.

 

Lo otro era mi padres ¿Que diría si se enterara?

 

El taller no estaba mal, dábamos coordinación, organización, el desarrollo de los niños, y cosas de la comunicación educativa, sencillo, vamos, no era difícil, y me proporcionará un futuro empleo en algún momento, o espero que sea así.

 

Sobre los compañeros, había un poco de todo, los primeros días no hablaba con nadie, no soy muy de hablar con todo el mundo, prefiero estar mas a mi rollo, y se empezaba a entrever que se creaban grupos, supongo, que como en todos los centros con gente variada.

 

Empecé a hablar con un par de chicas, Sonia y Ana, muy majas, las dos con dos estilos completamente diferentes, una era más estilo “de barrio”, y la otra era mas “friki”, sí, se que es irónico que yo misma le vaya poniendo etiquetas a la gente, cuando me da miedo que me etiqueten de “lesbiana”, pero, es para que os hagáis una idea de su forma de ser.

Las dos parecían muy buenas personas, y al menos durante el curso seriamos “amigas de clase” como mínimo.

 

Aparte de mi familia, Lulu, Marta y ahora Sonia y Ana, tengo más amigos, no soy tan antisocial como pudiera parecer desde fuera, mis amigos son muy liberales, entre ellos hay algún que otro homosexual y una bisexual, tengas la orientación puedes entrar perfectamente en nuestro grupo de amigos.

 

Yo no sabia si alguno de mis amigos había salido del armario alguna vez, entre nosotros todo era claridad y por lo tanto nunca tuvimos que “salir del armario”. Había algunos amigos que tenían algo de pluma y eso me hacía preguntarme qué pensarían sus padres de ellos, a mi al fin y al cabo nunca se me tendría por qué notar y lo podría ocultar toda la vida, pero ¿Realmente lo quería ocultar toda la vida? Estar pensando cuidadosamente mis palabras ante cualquier conversación para que no se note, si tocamos algún tema delicado, no se, quizás este mundo seguía siendo demasiado complicado para mi.

Pasaron las semanas, y me seguía llevando bien con Sonia y Ana, en fin, nos teníamos que ver todos los días, perdí el contacto con Marta, la llamaba y no me cogía el teléfono, e incluso le mande un mensaje felicitándola su cumpleaños, pero ella no me felicito el mio, nunca más recibí respuesta, supuse que estaba demasiado ocupada con su vida como para darme algo de tiempo, y así fue como pasaron los días, y desistí en continuar una amistad de uno, yo y la pantalla del móvil, que nunca me respondía.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.