Querido diario:
De camino a casa le conté a Ben lo que había sucedido, me dijo que le tenía que decir a mamá para que me ayudara con el cabello así que eso hice, después de que mamá saliera a “Trabajar” hace unas semanas ha estado rara, el señor Agustín y ella han estado muy ocupados, lo digo porque un día de regreso a casa los vi muy placidos e un café.
Le conté a Ben que ya no quería que esto pasara y dijo Ben que fuera cruel como ellas lo eran conmigo y me dijo que si me mandaban a la dirección el luego iba a hablar con la dirección escolar.
Al día siguiente, me levante muy temprano para juntar lombrices, las lleve a la escuela y espere muy ansiosa a que fuera receso y cuando por fin fue, seguí a Dana y Vera hasta la cafetería, espere a que tuvieron su desayuno en mano y cuando estaban distraídas tire las lombrices en sus malteadas.
Me fui a una esquina de la cafetería para poder apreciar sus rostros, no fueron ni dos minutos cuando se dieron cuenta y empezaron a gritar y yo me empecé a reír, Dana claramente se dio cuenta, salió furiosa de la cafetería vera detrás de ella.
—Muy buena broma, pero si te das cuenta que podrían despedir a la cocinera ¿no? — dice alguien a mis espaldas.
Es Basil, “tiene razón” realmente no había pensado en eso, y-yo solo quería que ellas también sintieran lo que yo sentí y no pensé en el daño colateral.
—Si quieres tomar venganza adelante, pero debes pensar en las personas que dañaras — vuelve a decir Basil al ver que no dije nada.
“Pero…quien ha pensado en i cuando me hacen daño”
Salgo de la cafetería chocando con la Barbie, le pido una disculpa y me voy, me duele la cabeza, no he dormido bien, aparte a noche no pude dormir nada, escuche cuando mamá y papá estaban discutiendo y eso me dejo preocupada, no vi a Ben en la mañana y mamá se veía triste.
Alguien jala de mi suéter pegándome a la pared “Zac”, un miedo incomparable me invade, maldición y estamos en un pasillo donde no pasa nadie, quiero gritar, pero parece como si hubiera perdido mi voz.
—No saber cuánto me prendió lo que hiciste a las chicas — dice en un tono seductor.
“Quiero vomitar”
—S-suéltame — le digo con lágrimas en los ojos y él se ríe.
—Cuando me lo pides así solo me prendo más — dice burlón.
Estoy aprisionada con sus brazos, es imposible que pueda escapar, solo veo cuando se acerca e intenta besarme hago la cara a un lado y él toma mi mandíbula con fuerza, me obliga a besarlo, cuando me suelta hago una arcada y eso al parecer lo molesto.
Me toma del pelo y me da una cachetada y me vuelve a besar, me siento mareada, empiezo ver todo borroso, escucho dos voces gritando, me suelta y siento que caigo al suelo, pero no me golpeo, veo el árbol moviendo sus hojas, “que paz” pienso antes de cerrar los ojos.
“ELLA NUNCA SE RECUPERO”
“Su lugar es aquí”
Escucho gritos, sollozos, sonidos de máquinas, huelo a medicinas, estoy en un hospital, no puedo abrir los ojos, siento el cuerpo muy pesado.
“Por eso me pediste el divorcio ¿no?”
¿Qué? Esa es la razón por la que Ben ya casi no estaba en casa, porque se van a divorciar.
“Ni siquiera eres su padre”
“Agustín se la llevara y no lo impedirás”
No me quiero ir, Ben di algo por favor, tu siempre has dicho que un padre es el que cría no el que engendra, Agustín solo es el hermano de mamá, antes de venir a la escuela le pregunte a mamá y me dijo que era su hermano solo que se habían distanciado porque Agustín no era feliz en su casa decidió buscar la felicidad, hasta apenas que busco a madre.
“Está bien solo deja que acabe su último año escolar aquí, solo eso te pido”
Escucho a Ben decir y eso me rompe el corazón, quiero despertar y en lugar de es vuelvo a caer en un sueño profundo.
#3134 en Thriller
#1228 en Suspenso
#14284 en Novela romántica
saludmental, traicion decepcion amor odio celos, tragedia drama amor
Editado: 05.12.2023